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"El beso" de Doisneau se subastó en más de 200 mil dólares

La pieza, captada durante los años '60 en un café parisino, es hasta el momento la obra del artista vendida a un mayor precio.

25 de Abril de 2005 | 17:50 | EFE

El original de la fotografía, que dio la vuelta al mundo, se encontraba en poder de Francoise Bornet, su protagonista femenina.
PARÍS.- Uno de los originales de "El beso" (1950), la célebre fotografía de Robert Doisneau (1912-1994), que muestra a una pareja besándose en una calle de París, se adjudicó hoy en 155 mil euros (201 mil 402 dólares).

La pieza -de 18 x 24,6 centímetros-, salió a subasta con una estimación inicial de entre 15 y 20 mil euros. Y, aunque sus organizadores (Artcurial Briest-Poulain-Le Fur) desplegaron una campaña internacional de difusión, nunca pensaron que su valor subiría tanto. Sobre todo considerando que la mayor cotización alcanzada hasta la fecha por una fotografía de Doisneau es de 14 mil euros.

El comprador de "El beso" es un coleccionista suizo, cuya identidad prefirió reservarse y que pujó por teléfono durante la subasta, asesorado por un experto.

La propietaria del cotizado original de Doisneau era hasta la fecha su protagonista femenina, Francoise Bornet, quien hoy tiene 75 años y que llegó acompñada de su esposo, a quien conoció en 1960, diez años después de aquel famoso beso.

Beso trucado

La fotografía de Doisneau, que dio la vuelta al mundo, se convirtió en un romántico símbolo del amor y de la vida cotidiana en la capital francesa a mediados de los años '80. Y en 1992 batió todos los récords de ventas, con la comercialización de más de 400 mil copias sobre diferentes soportes.

Francoise Bornet estudiaba arte dramático en los Cursos Simon, al igual que su novio, Jacques Carteaud, cuando Doisneau buscaba material para cumplir con un encargo de la revista estadounidense America’s Life, interesada en un reportaje sobre los enamorados de París.

El artista, que los haría anónimamente famosos, los descubrió en un café parisiense donde ambos aceptaron servirle de modelo, dándose un beso apasionado en la calle.

Aunque el romance no duró más de unos meses, Francoise Bornet conservó la fotografía con el sello de Doisneau en la parte posterior, que éste les envió a cada uno pocos días después.

Ambos guardaron también el secreto del fotógrafo, pues pensaban que Doisneau prefería dejar creer al mundo que la fotografía había sido tomada a unos paseantes desconocidos, en un momento muy especial de sus existencias.

Francoise Bornet cambió, no obstante, de opinión, cuando en 1992 comenzaron a surgir candidatos reclamando el cobro de derechos de autor, asegurando que eran los protagonistas de la escena.

El fotógrafo y sus verdaderos modelos revelaron entonces la realidad trucada de aquel beso que todo el mundo creía captado por un feliz azar entre los ires y venires de la calle, desde la terraza de un "bistrot" parisino.
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