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Cuba no escapa al fenómeno de la piratería discográfica

Las investigaciones en el mercado pirata concluyeron que el género latino es el más demandado, seguido por la música pop anglófona.

02 de Mayo de 2005 | 12:34 | EFE
LA HABANA.- Cuba, la "Isla de la Música", no es ajena al fenómeno de la piratería discográfica, que ya preocupa a empresas fonográficas y artistas como el dúo trova-pop Buena Fe, cuyo CD es el más demandado en los puntos de venta de discos pirateados.

Marcada por el surgimiento de la era digital de la imagen y el sonido, la copia y comercialización clandestina de grabaciones musicales en Cuba presenta un desarrollo "abrupto", según evaluaciones de la Empresa de Grabaciones y Reproducciones Musicales (EGREM), la más antigua de la isla.

Un estudio realizado por EGREM reveló que en los últimos tres años las ventas minoristas han caído en el mercado local y en 2004 sus ingresos disminuyeron en 40.000 dólares, como efecto directo de la piratería, según dijo a EFE Reinaldo Hernández, director comercial de ese sello discográfico.

La EGREM posee el mayor catálogo de discos de la isla, con unas 10.000 matrices y 800 títulos en grabaciones de músicos tan reconocidos como el pianista Chucho Valdés, los legendarios Compay Segundo y Beny Moré, y las orquestas "Los Van Van" y "Adalberto Alvarez y su son".

Es, además, el único sello que creció internacionalmente en sus exportaciones -más de 700.000 dólares en 2004- y ventas mayoristas, indicó el directivo.

No obstante, admite que una legislación que no reconoce la piratería discográfica, una demanda insatisfecha de música internacional en el mercado local y unos precios muy por debajo de los que rigen en el mercado estatal propician el comercio ilegal.

La piratería discográfica en Cuba ni siquiera es reconocida como un acto ilegal y tampoco hay una penalización; sólo se limita a reconocer al autor de la obra, explicó Hernández.

Las investigaciones en el mercado pirata concluyeron que el género latino es el más demandado, seguido por la música pop anglófona.

Por su parte, la música popular bailable cubana muestra un crecimiento notable.

Además, advirtieron de que en cinco puntos de venta diferentes de La Habana se utiliza la misma presentación, lo que lleva a los especialistas de EGREM a creer que proceden de un mismo "reproductor" y que hay una red de distribuidores.

Los vendedores pueden encontrarse en los alrededores de las oficinas de cambio, tiendas de divisas y lugares frecuentados por turistas, de modo que sus ofertas son generalmente variadas.

Un CD pirata se vende en 50 pesos cubanos o 2 pesos convertibles (equivalentes a unos 2 dólares) y en entre ellos es posible encontrar a David Bisbal, Shakira, Chayanne, Christina Aguilera y Alejandro Sanz, entre otros, así como versiones del ritmo más popular del momento, el reggaetón.

También ofrecen copias de discos de artistas cubanos como la desaparecida Celia Cruz y la bolerista Olga Guillot, que han vivido exiliados en EE.UU. más de 40 años y cuyas grabaciones no se incluyen en las programaciones de la radio estatal de la isla.

Incluso atienden peticiones concretas de clientes.

Una asidua vendedora en el estacionamiento de una tienda de artículos en divisas dijo a EFE que "los más vendidos son los cantantes de música romántica, salsa y el reggaetón".
Entre ellos citó a la italiana Laura Pausini, al puertorriqueño Gilberto Santa Rosa y a los españoles Andy y Lucas.

Dentro del panorama de la piratería nacional, los más demandados y "seriamente golpeados" son las orquestas de "Manolito Simonet y su Trabuco", "La Charanga Habanera" y el dúo pop "Buena Fe", de acuerdo con los análisis de EGREM.

Según el gerente de la compañía, la mayoría de los artistas cubanos se opone a la piratería, porque "son razones obvias del sentido de propiedad que tienen sobre su obra, del derecho moral sobre la manera en que se comercializa".

Los integrantes del dúo "Buena Fe", Israel Rojas y Joel Martínez, afirman que son "los más perjudicados, porque somos los que potencialmente más discos podríamos vender", pero al mismo tiempo lo ven como "un termómetro que te dice que el disco más pirateado es el que más pide la gente", en estos momentos su CD Corazonero.

Sin embargo, consideran que es un problema "muy complejo" y de responsabilidad "tan remota" que al final el más afectado es el músico que "está trabajando gratuitamente".
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