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"Habana Blues" le puso ritmo a la noche valdiviana

Este largometraje es uno de los que está compitiendo por el Pudú de oro en el Festival de Cine de Valdivia.

04 de Octubre de 2005 | 10:24 | Alejandro Herrero S., enviado especial a Valdivia


VALDIVIA.- El drama es la tendencia que domina a las películas presentes este año en el Festival de Cine de Valdivia, en mayor a menor grado todas las producciones presentes en la competencia sureña se las arreglan para dejar un sabor triste luego de verlas.

Un camino que ayer torció "Habana Blues", la película del español Benito Zambrano, un realizador que reconoce abiertamente su amor por la isla caribeña, donde se formó como cineasta. Él no esconde que detrás de este largometraje también hay una intención de rendirle un homenaje al país donde pasó largos años.

La cinta gira en torno a la vida de dos músicos, Ruy (Alberto Yoel) y Tito (Roberto Sanmartín), que sólo sueñan con la fama y la posibilidad de abandonar la isla gracias a su música, una posibilidad que se les abre gracias a la llegada de dos productores españoles que les ofrecen un contrato.

El largometraje le agrega algunos acordes de drama, los justos, a través de los problemas de Ruy con su esposa, pero el resto es una extensa partitura que va mostrando los contagiosos ritmos musicales que mueven a Cuba.

Los recorridos por las calles del sector antiguo de La Haban complementan la propuesta de Zambrano, que seguramente no va a ganar Valdivia, pero aporta una historia simple que a través de la música logra envolver.

Baño clausurado

Ayer, además, hizo su estreno en una de las muestras complementarias del festival, "El baño" de Gregory Cohen, un proyecto que llegará a los cines el 3 de noviembre luego de más de dos años de producción.

El largometraje, protagonizado por Alex Zisis y Pablo Macaya, fue mostrado en el Cine Club de la Universidad Austral y el mismo Cohen bromeó con la larga espera por el estreno de su proyecto, afirmando que ya parecía un "mito".

Con una cámara fija que graba todo lo que sucede en el baño de una casa desde fines de los ’60 hasta nuestros días, sin ningún tipo de movimiento de cámara, la película debe ser tomada como un experimento más que como un producto comercial, porque la monotonía se comienza a sentir rápidamente.

A eso se debe agregar que la historia se queda pegada largos minutos en la época del gobierno militar y en tratar de mostrar una vez más un argumento conocido.
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