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Sabina abandona el luto 28/10/2005

28 de Octubre de 2005 | 00:00 |
Estaba triste y casi decidido a no volver a pisar un escenario. Ahora el andaluz inició el regreso por el camino más difícil: aceptando invitaciones a la TV y dando entrevistas. Y no se queja: "Me he encontrado con los amigos", dice y cuenta en su recorrido a Maradona, Charly García, Cecilia Bolocco y un llamado de Menem.

Joaquín Sabina
Por Gabriela Bade


No ha pasado un minuto y Joaquín Sabina ya le hace tributo a su fama: saca su primer cigarrillo. Un poco más allá está la mesa con dos o tres botellas de cerveza y la primera la abrirá 20 minutos después. Todavía no es la hora del almuerzo, pero las "malas compañías" de su último tiempo ya le han cambiado los hábitos: "Los poetas son mucho menos drogadictos que los músicos, pero mucho más borrachos".

Y se ríe. Porque Sabina, lejos de ser un tipo malhumorado (aunque hay varios que intentan hacerle esa imagen), hoy está ligero de risa. Siempre con una pizca de veneno en cada frase, haciéndole muecas a la solemnidad.

Hacía tiempo que no estaba así. Se demoró tres años en volver a componer y grabar un disco y más o menos cuatro en decidir volver a un escenario. En 2001 tuvo un pequeño infarto cerebral que lo obligó a repensar el ritmo de su vida. Y en 2003, cuando partía de gira, tuvo que cancelar todos sus compromisos por problemas en sus cuerdas vocales.

"Pues mi vida cambió mucho. Yo me pasaba las noches gloriosamente en blanco, en los bares. Me pasaba tres días sin dormir. Sin llegar a lo de Charly García, llevaba una vida muy loca. Y de pronto, hace ya cuatro o cinco años, dejé de usar la nariz para nada que no fuera respirar, radicalmente hasta hoy. Decidí que la fiesta es mejor en casa o en casa de amigos, con gente elegida por mí y no gente que me elegía a mí al azar en la calle y me colgaba su baba en el hombro", dice. Pero ya está. Con Alivio de luto, su nuevo álbum, amenaza con retomar los escenarios el 11 de noviembre, con escala en Chile en marzo próximo.

En Alivio…, como en sus discos anteriores, es difícil definir lo que es biográfico de lo que no. "Es un disco un poco crepuscular, un poco tristón. Creo que fundamentalmente de lo que hablan algunas canciones como ‘Nube negra’ o ‘Resumiendo’, es de la salida de una depresión y eso sí está. Lo que ocurre es que los discos no son una biografía. Son de cosas que pasan en la calle. Hay páginas de cosas que uno quisiera que le pasaran o de cosas que le pasaron hace mil años. Pero todas las canciones que hablan de que me han dejado las mujeres son biográficas", dice.

"Es un disco más reposado, más literario porque he estado más con escritores que con músicos. He estado escribiendo un par de libros. Uno de cien sonetos, que se llama ‘Ciento volando’, que fue una terapia estupenda, porque como no tenía ninguna gana de cantar, traté de recuperar mi primera vocación que era la de escribir y ahí me vi rodeado por un grupo de poetas estupendos. Por Luis García Montero, Almudena Grandes, yo qué sé, Benjamín Prado. He estado mucho más de farra con ellos que con músicos".

Y ha retomado el gusto por escribir en un medio, el mismo interés que tuvo al comienzo de su carrera. "Estoy escribiendo coplas satíricas todas las semanas en una revista que se llama ‘Interviú’ (que fueron recopiladas en el libro "Esta boca es mía", editado en Chile por Ediciones B).

También ha buscado reconciliarse con sus hijas. En Alivio de luto hay una canción dedicada a una de ellas, Rocío. Es la primera vez que lo hace. "Yo decía siempre: ‘moriré sin descendencia como murió mi padre’. Así, imagínate. Las negué durante años. No me gustaba nada entrar en esos temas. Pero también con la edad las cosas se van normalizando". Decidió incluir el tema en este disco luego de que ella le mandara un mail reprochándole: "Me han dicho que anoche te emborrachaste. Sigue emborrachándote y sigue fumando, muérete. No te preocupes, podemos vivir sin ti". Él sintió que ella le había tocado el corazón y quiso que esa canción la persiguiera toda su vida. "Pero cuando le digo ‘hija de puta’ no me refiero a su madre. La puta soy yo. De todas maneras la madre lo tomó como un piropo", cuenta con humor. Y también hizo una para su otra hija. Pero no la incluyó en este disco porque "si iban dos canciones de amor a mis hijas, iba yo a parecer Michael Jackson".

Sabina no es de esos cantantes que gusten de los homenajes o las biografías. De hecho, hay una publicada sobre él, pero en la que decidió no participar. "El autor se empeñó y le dejé que mirara mi archivo. Pero nada más. Ni siquiera fui a la presentación del libro. Las biografías son cosas póstumas. Él y yo nos fuimos una semana a una casa de campo, sólo a charlar para un libro de entrevistas. Fue más diálogo que entrevista, porque como él ya había hecho el otro libro, sabía de mí bastante más que yo mismo".

Descreído y descarnado, sobre todo consigo mismo, Sabina se define como "un mal novio, un mal marido, mal amante, regular padre y muy buen amigo. La lealtad a los amigos y desde luego a las ideas. Aunque, ¡cuidado!, no soy de esos que dicen ‘no voy a cambiar nunca’. Cambio todo lo que quiera y más. Uno tiene todo el derecho a contradecirse".

Y él ejerce ese derecho con toda paz. "Ya ves que voy al programa de Cecilia Bolocco y hasta he invitado a los principitos de España a mi casa a cenar, sin quitar mi bandera republicana", lanza de ejemplo. ¿Militante de algo? "Para nada", aclara. "La política yo la detesto. La detesto tanto que creo que no se puede dejar en manos de los políticos profesionales. Creo que la gente tiene que ocuparse de ella y así es el modo en que a mí me gusta ocuparme. No por ninguna vocación política, que no la tengo. Como ciudadano, lector de periódicos y discutidor, sí. Como ganas de cambiar las cosas, también. Pero como profesión, quita. Eso de presentarme a gobernador a lo Palito Ortega, no…"

—Ni lo diga: Charly García acaba de grabar con Palito Ortega.
"Lo sé porque estuve con Charly. Qué trío. Estuvimos tomando unas copas Charly, Cecilia Bolocco y este humilde servidor. Coincidimos en lo de Diego (Maradona)".

—¿Y qué le decía Charly a Cecilia Bolocco?
"Bueno Charly, amiguísimo, porque es amigo de Menem".

—Y usted, ¿por qué vino al programa de Cecilia Bolocco, le hace falta promoción?
"He estado casi cuatro años sin agarrar una guitarra y sin subirme a un escenario. Sin ganas de subirme, creyendo que no me iba a subir más. Ahora he tenido que hacer una especie de terapia y lo primero que hice, antes de ponerme a ensayar, fue hacer promoción. Decidí hacerla, para volver a ponerme en contacto con el oficio. Entonces hay una gente que te da confianza y que te hace la agenda. De hecho tuve un problema con la Bolocco, porque en el programa de Diego conté que una periodista me había hecho un comentario: ‘¿a vos quién te hace la agenda, una tarada?’ Cecilia Bolocco lo entendió mal. Entonces cuando me acerqué a saludarla en el programa, me dice ‘Yo soy la tarada’, y le dije ‘no, no, lo has entendido mal. La tarada es la que me hace la agenda’. Entendió mal y además, al segundo suena el teléfono y era su maridito diciendo que la había tratado mal".

—¿Qué le ha pasado con Chile que ha dado pocos conciertos?
"He tenido siempre algún desencuentro. No es nada que tenga que ver con los chilenos. Son cuestiones empresariales. Yo creía que viniendo a Buenos Aires y a Montevideo, como vengo muy a menudo, el circuito pasaba por Chile. Yo quería que pasara por Chile. Paso siempre de modo muy raro. Una vez en Viña del Mar, otra vez cuando volvió Milanés a pisar las calles nuevamente y nos cayó un chaparrón que no se podía hacer el concierto. Otra vez me peleé con una televisora porque era el día que estalló la Guerra del Golfo y no quería cantar sino hablar y ellos querían que cantara. Y sigue siendo así. Pero espero normalizar las cosas. Ha venido la gente para organizar un concierto para marzo".

—¿Siente que en el último tiempo han cambiado las cosas con Chile? ¿Por ejemplo, que ha aumentado su fanaticada?
"En nuestros países hay muchísimo morbo. Cantan mejor los cantantes muertos que los vivos. Serrat y yo hemos estado malitos y ahora la gente nos quiere un huevo. Como he estado tres años fuera de los escenarios, eso ha creado cierta expectativa. Pero la obligación de cualquier cantante es de defraudar a su público".

—¿Cuándo va a ser su primer concierto de regreso?
"El 11 de noviembre en Roquetas de Mar, que es un pueblo pequeñito y si cantas como el culo, no te ve nadie. Luego iremos a Madrid, Barcelona. Luego Buenos Aires, Chile y Montevideo".

—En marzo, cuando venga a Chile, ¿va a presentar un show basado en su último disco?
"Creo que cuando uno está escribiendo canciones o grabando un disco, el público no tiene ningún derecho. Pero cuando te subes al escenario y cobras un boleto, el público sí tiene ciertos derechos. A mí no me gustan los cantantes, con lo que me gustan tipo Dylan o Silvio Rodríguez, que salen y te tiran el último disco entero. Creo que el público tiene el derechito a que de vez en cuando le canten lo que quieran".

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