En la colección que se subastará existe otra versión de "El grito", creada por Munch . |
OSLO.- El armador noruego Fred Olsen venderá su colección de cuadros de Edvard Munch, que se adquirió durante la época del nazismo en Alemania, en una subasta el 7 de febrero en Londres en la casa Sotheby’s, informa hoy el periódico económico "Dagens N‘ringsliv’".
Se trata de 12 cuadros del expresionista noruego que los nazis vendieron en 1938 como parte del "arte degenerado" a bajo precio a los Olsen y cuyo valor mínimo se estima hoy en 100 millones de coronas (12,5 millones de euros/15 millones de dólares).
La dinastía Olsen es una de las familias más ricas de Noruega y posee entre otros una versión original de la obra "El grito" de Munch (1863-1944).
"Dagens N‘ringsliv’" reveló en 2002 que Thomas, el padre de Fred Olsen, de hoy 77 años, compró en 1938, a través de un marchante de Oslo, obras del expresionismo de diez museos alemanes que habían sido confiscadas por los nazis por considerarlas "arte degenerado" y ofrecidas en el extranjero para su venta.
El director del centro en Oslo para estudios del Holocausto, Odd Bjrn Fure, instó a la familia hace tres años a devolver los cuadros, llevados a Noruega después del pogromo del 9 de noviembre de 1938. "Es reprochable comprar arte barato confiscado por la fuerza", dijo el experto al "Dagens N‘ringsliv".
"Estos cuadros son la mayor parte de mi patrimonio", declaró Olsen hoy acerca de sus intenciones de venta. En los medios noruegos se comentaba que sólo se puede reclamar la devolución de "arte degenerado" en el caso de que los antiguos dueños sean personas físicas. Pero no es el caso de estas obras de Munch, que pertenecían a museos.
Tanto Olsen como su hermano Petter Olsen -con el que se encuentra enemistado desde hace décadas- rechazaron los reclamos de devolución con el argumento de que su padre compró los cuadros para garantizar que Noruega recuperara la obra del famoso pintor.
Entre 1983 y 2002 ambos se enfrentaron por la colección total de 28 óleos y otras seis obras de Munch. En 2002, Petter Olsen se quedó con la mayor parte de los cuadros. Fred Olsen afirmó que se decidió a vender su parte por motivos de seguridad y también por la pelea con la familia.