El cantante, luego de una presentación de "La Valquiria" en Londres. |
MADRID.- Plácido Domingo reconoce que medita sobre el final de su carrera artística. "El día en el que abandone los escenarios está muy cerca", afirmó recientemente el gran tenor español, que este sábado cumple 65 años.
Sin embargo, la energía y las ganas que exhibe en cada ensayo, en cada representación, no hacen precisamente pensar en que su jubilación sea realmente inminente.
Y el propio Domingo matiza: "Se supone que soy un matador de toros a punto de cortarme la coleta, pero yo siento la ilusión del novillero o, mejor aún, del espontáneo", dice este cantante madrileño criado en México.
Así lo demostró también el pasado 8 de enero, pero en esa ocasión desde el podio, al dirigir a la Orquesta Sinfónica de Viena en la reinauguración de la ópera "Theater an der Wien", en la capital austriaca.
Pasión por la música
El secreto de tanta actividad, afirma, está en la pasión por la música: "Es un privilegio poder hacer feliz a tanta gente cantando. Y mientras el cuerpo aguante, vale la pena".
De hecho, Domingo, quien sigue haciendo unas 50 representaciones al año, ya ha escrito historia en el mundo del bel canto por la cantidad de records que ostenta: así, supera por ejemplo al mítico Enrico Caruso (1873-1921), al haber inaugurado más de 20 veces la temporada de la emblemática Metropolitan Opera de Nueva York, mientras que su gran ídolo lo hizo en 17 ocasiones.
Además, el repertorio del tenor español asciende a 122 papeles de ópera, que van desde el Conde de Almaviva de Rossini, pasando por el Ferrando de Mozart, hasta el Siegmund de Wagner y, el más reciente, el "Cyrano de Bergerac" de Alfano. Sus favoritos son, empero, Verdi y Puccini.
Entre sus records está asimismo el haber recibido una hora de aplausos en la Opera de Viena después de cantar "La Bohème", una marca recogida incluso por el Libro Guinness, o haber reunido en un concierto a 400.000 personas en el Central Park neoyorquino, pese a la lluvia.
Como si fuera poco, Domingo es director artístico de las óperas de Washington y Los Ángeles, graba discos -hace poco cumplió su sueño de grabar el "Tristán" completo-, forma parte, junto con José Carreras y Luciano Pavarotti, del fenómeno comercial "Los Tres Tenores" y regenta un restaurante en Nueva York que sirve comida española y mexicana. También intervino en las películas "La Traviata" y "Otello", de Franco Zeffirelli, y "Carmen", de Francesco Rosi.
El rey de la ópera
El cantante, coronado por la prestigiosa revista "Newsweek" como "el rey de la ópera", sabe que "los mejores años en la voz del tenor deben ser entre los 35 y los 54" y que él ya ha superado con creces ese límite.
"Si me abandonase la ilusión de cantar, lo dejaría", afirma por ello. Y ¿qué pasará si eso realmente sucede? "No podría hacer otra cosa que caer de rodillas y dar las gracias a Dios por haberme dejado hacer tanto y tanto".
Eso, desde luego, no supondría dejar atrás el mundo de la música, ya que ahí están sus responsabilidades en Washington y Los Ángeles, y su creciente actividad como director de orquesta.
Nacido el 21 de enero de 1941 en Madrid, Domingo emigró a México con sus padres, intérpretes de zarzuela, cuando tenía ocho años. En el conservatorio de la capital azteca estudió piano, solfeo, canto, composición y dirección. Su debut lo celebró en 1961 en el Palacio de Bellas Artes de de Ciudad de México encarnando a Alfredo en "La Traviata", de Verdi.
Su salto a la fama lo dio, sin embargo, a los 27 años, en la "Met" de Nueva York en una actuación fruto de la casualidad. Y de la suerte. El tenor Franco Corelli había enfermado y llamaron a Domingo para que lo sustituyera en el papel de Maurizio en "Adriana Lecouvreur", de Cilea.
"Me avisaron con sólo 25 minutos de antelación. Salí de casa casi descalzo, crucé el río saltándome todas las señales de tráfico y los límites de velocidad, pero llegué a tiempo", recuerda.
Hoy en día Domingo es, con Carreras y Pavarotti, uno de los tenores más famosos del mundo. La crítica lo adora no sólo por su versatilidad vocal, sino también por sus grandes dotes de interpretación como actor.
Repertorio español y boleros
Y eso que el propio Domingo, que cantó su primer Don José (en "Carmen") a los 21 años y su primer Otello a los 34, reconoce que tuvo que trabajar mucho su voz: "Nunca tuve la facilidad de esos tenores que abren la boca y allá va todo el registro agudo sin problemas", dice.
En los últimos años, el tenor madrileño, casado desde 1962 en segundas nupcias con la soprano mexicana Marta Ornelas, se ha metido en el repertorio español. Así, ha interpretado "Margarita la tornera", de Chapí, "La Dolores", "Luisa Fernanda", de Federico Moreno Torroba o grabado "Merlín", una casi desconocida ópera de Isaac Albéniz.
Sin embargo, es justamente en su patria donde Domingo tiene a sus mayores críticos: "En España es más difícil para mí que en cualquier otro sitio", afirma.
De sus inicios en México guarda la admiración por el gran compositor Agustín Lara (1901-1970), del que ha interpretado temas como "Noche de ronda" o "Solamente una vez". Además, Domingo reveló en una ocasión que siempre quiso ser como Jorge Negrete: "Le admiraba, cantaba sus canciones. Mis padres, desde México, me enviaron una vez una foto dedicada por él y me hizo mucha ilusión".