La artista Carmen Barros de visita en Chile. |
SANTIAGO.- Esta artista chilena radicada en EE.UU. comenzó su proceso creativo ininterrumpido en la Escuela de Bellas Artes de la Universidad de Chile. Primero con greda, después pasó a la piedra, siguió con la madera y cambió al grabado. "Aprendí absolutamente todo lo que se podía aprender en la universidad con respecto a la escultura", recuerda la artista.
Fue introducida al arte por Julio Antonio Vásquez, Marta Colvin, Lily Garafulic y José Balmes, entre otros. "Fueron profesores que se preocupaban mucho de enseñarnos puramente lo que es arte, algo que siento que hoy en día se ha perdido. La educación que yo recibí es mucho mejor que ahora. Creo que antes de abstraer la figura humana o hacer arte abstracto, hay que saber cómo es el cuerpo y trabajar las técnicas más tradicionales."
Emigrar fue el destino de la joven artista. Luego de casarse con un estadounidense que se encontraba en el país con el Cuerpo de Paz, se trasladó a México, donde se dedicó durante tres meses, de las 10 de la mañana hasta las 6 de la tarde, a aprender a soldar en la Universidad de Nuevo México. Después se fueron a Brasil, donde siguió trabajando la escultura, para terminar exponiéndolas en Estados Unidos.
Hoy, a los 63 años, lo que más le gusta es soldar. Pero eso no significa que Carmen Barros no se paseé durante la semana del dibujo al óleo, pasa por la terracota o retoma el lápiz. Diariamente se encierra en su taller al fondo de su casa donde, abstraída en el silencio, soledad y concentración, va dándole forma a sus nuevas creaciones. Primero nace la idea, después la obra. Así trabaja.
Formas, colores y luces van tomando lentamente representaciones en su cabeza hasta que encuentran una figura definitiva. Ahí recién la artista las lleva a la realidad creándola en la técnica que mejor se acomode a esa idea. "Se me vienen a la cabeza distintas formas que son mejores para una u otra cosa. Depende de lo que estoy haciendo es el material que yo uso. No digo: 'voy a trabajar dos meses en fierro', sino que siempre hago tres cosas simultáneamente."
Según cuenta la artista, que se siente chilena aunque ya vive hace treinta años en Virginia, "estoy todo el rato con el proceso en la mente. Es una cosa que pasa sin que yo esté muy consciente. De repente se esclarece lo que quiero hacer y soy capaz de crear una obra en un día. De hecho he llegado a destruir una obra pensando que no puede ser tan fácil, pero cuando lo vuelvo a hacer, sale exactamente como la había pensado la primera vez".
Una de las dos obras que la artista presentó al Proyecto del Valle de los Artistas. |
El protagonismo del ser humano
La espalda de una mujer se repite en prácticamente todos los dibujos de
Carmen Barros. En la escultura, son las caras y cabezas. Es eso lo que capta el ojo de la artista. "No miro cosas, miro a las personas. La gente del mundo de hoy ni ve, no tiene tiempo para eso. A mí me encanta observar la mirada de la gente, cómo reaccionan y cambian. Cómo se refleja en el ser humano su interior", describe su proceso creativo esta escultora que reduce todo lo que ve a contornos, luces y volúmenes. "Para mí es muy importante la simplicidad y la forma. Es más importante la forma de los ojos, por ejemplo, que los detalles como, por ejemplo, sus cejas."
Pero no sólo a la creación de arte se dedica esta artista, sino que también a la docencia que la nutre a seguir experimentando con formas, figuras y técnicas. "Enseño dibujo y escultura y todo el tiempo estoy aprendiendo de los alumnos. Experimento un montón. Muchas veces uno enseña cosas que uno no hace normalmente, pero yo quiero reflejar en mí esas cosas que enseño. Por eso comienzo a explorar diferentes técnicas y maneras de crear. Para mí eso es vital", explica la artista. "Tengo la necesidad de nutrirme todo el rato. Si hago la misma cosa por años, siento que estoy estancada", cuenta.
Las esculturas para el Proyecto del Valle de los Artistas están pensadas para ser creadas en grande. |
EE.UU. v/s Chile
Sus obras se pueden encontrar en colecciones en nuestro país ó Europa, pero principalmente en Estados Unidos, donde expone en varias galerías. Cuenta con un
dealer en Boston, Nueva York y Connecticut. Siempre hay obras de ella expuestas en Washington y Nueva México. Además es miembro del la sociedad de escultores de Washington, se junta con diversos artistas, participa en talleres, dicta clases en colegios públicos y hace cosas tan diversas como, en una ocasión, la escenografía de una ópera.
En nuestro país los contactos artísticos no son los mismos. "Aquí en Chile es todo más difícil, especialmente si vives afuera. A mí me encantaría exponer acá, pero hay que tener contactos", critica la artista, la escena local. Y si necesita esos contactos para exponer sus obras acá, prefiere ni moverse. "Me carga esa cultura de tener que tener gente que te conozca y que te recomiende. Creo que el valor principal debe ser la obra y no quien es uno."
Cuenta que hace algunos días estuvo en una sala de exposiciones que le gustó mucho y habló con la dueña de la galería porque le interesó poder incluir una de sus obras en una vitrina que había. "Me dijo que le mandara un disco y todo tipo de cosas, lo que me parece bien, pero estoy segura que si no le agrego al material alguien conocido, no me va a tomar nunca. Y eso que tengo conocidos que son íntimos amigos de ella. Pero me reniego a ese tipo de cosas", comenta Carmen Barros quien cuenta que en Estados Unidos jamás tuvo que recurrir a un contacto para exponer. Basta con mostrar sus obras.
"Siento que he tenido miles de oportunidades que no hubiera tenido en Chile. Y eso que tampoco fue fácil en Estado Unidos. Estuve 20 años haciendo exposiciones y moviéndome, para que ahora me vaya bien. Porque en Estados Unidos me va bastante bien", confiesa. Allá tiene decoradores interiores que le compran sus obras, clientes habituales y siempre un interesado nuevo. Los precios de sus dibujos van de 375 a 700 dólares, y de sus esculturas en greda de 500 a 1500 dólares. Las esculturas de metal, dependiendo del porte, las vende entre 2000 y 7000 dólares, en el caso de las más pequeñas.
Actualmente se encuentra en Chile para presentar dos esculturas al
Proyecto del Valle de los Artistas a cambio de un terreno en esta suerte de ciudad de las artes ubicada en la comuna de Lolol, VI región. "Me encantaría ser parte de esa iniciativa. El lugar me encantó y eso de poder tener contacto con otros artistas también". Ya eligió el sitio que le gustaría tener si le aceptan las obras. En ese caso, tendremos a la artista más seguido en Chile.