Escucha Vertigo del disco "How to dismantle an atomic bomb"
La banda irlandesa U2. |
Datos del concierto |
Flannery’s Irish Geo Bar: Este pub será el comando de los fanáticos de U2 este fin de semana. El domingo 26 de febrero, a las 11:00 de la mañana comenzará la fiesta oficial, con comida y sorteos, y tras el concierto podrán reunirse a escuchar a la banda tributo Lemon. Con traslado ida y vuelta al Estadio Nacional. Encomenderos 83, a pasos de la Estación de Metro Tobalaba www.flannerys.cl
Golden Circle: Las primeras 4.500 personas que lleguen al concierto podrán acceder a este preciado lugar donde, literalmente, estarán a los pies de la banda.
Visitas oficiales: La banda irlandesa tiene cuatro invitaciones en Chile para reunirse con el Presidente Ricardo Lagos, la Mandataria electa Michelle Bachelet, la Cámara de Diputados y el ministro de Cultura, José Weinstein.
Entrada: El Estadio Nacional, ubicado en Av. Grecia 2001, abrirá sus puertas a las 14:30 horas el próximo domingo 26 de febrero, según confirmó la Prefectura Oriente de Carabineros.
Medidas de seguridad: La Prefectura Oriente de Carabineros informó que se cerrará todo el perímetro del Estadio Nacional con rejas, lo que implica además el corte del tránsito a partir de las 8 de la mañana del día del concierto en tramos de la Avenida Grecia y en la calle Pedro de Valdivia. Sólo las personas con entrada y los residentes podrán acceder a ese perímetro
Importante: Carabineros confirmó además que está estrictamente prohibido acampar. |
SANTIAGO.- U2 es para algunos una banda de música irlandesa, para otros, una excusa para traer a Franz Ferdinand al país. Pero para un grupo no menor de chilenos es una pasión, la razón por la cual se levantan en la mañana, trabajan, viven y respiran.
Puede sonar exagerado, pero es real, los fans chilenos de uno de los fenómenos musicales más importantes de los últimos años son en realidad fanáticos, y el concierto del próximo domingo 26 de febrero en nuestro país demuestra hasta donde puede llegar su fervor por U2.
Very soon, very soon
En 1998 Francisco Leiva tenía 15 años y una entrada para ver el primer show de la banda irlandesa en Chile, sin embargo nunca llegó al concierto. ¿Por qué? Porque sus papás le dijeron ese mismo día que viajarían en familia a Curicó.
"Lloré de rabia", cuenta, pero aunque fue doloroso, estos recuerdos ya están en el pasado. Esta vez Francisco se preparó y tomó todas las medidas necesarias para no perder la oportunidad de ver a su banda favorita: fue el primero en comprar la entrada al concierto, al llegar a la tienda Ripley de Galería Imperio a las 5:20 de la mañana del jueves 12 de enero.
Este sacrificio no es inusual para alguien como Francisco, que no sólo se sabe todas las canciones de la banda, sino que además es miembro y webmaster de U2Chile (
www.u2chile.net), uno de los dos fan clubs del país.
Además de participar, junto a otros miembros, en el proceso de timbraje preliminar al concierto, las aspiraciones de Francisco apuntan a ver la prueba de sonido, entrar al Golden Circle y por supuesto poder ver a Bono una vez más. Sí, porque lo vio en 2003 en Francia, cuando el Presidente Jacques Chirac le entregó la medalla de honor.
¿Chile cuándo?, le preguntó en esa ocasión. "Very soon, very soon", respondió el líder de U2, y lo cumplió.
Los renegados
Este mes será difícil para Cristián Corral porque se gastó todo su sueldo. Su adicción no tiene que ver con las drogas ni con el alcohol, sino con la música de U2. Tras haber comprado la entrada de cancha ($35.000 aproximadamente), la desesperación lo invadió y decidió invertir su salario de 200 mil pesos en un ticket para acceder al Golden Circle. Más aun, tuvo que ir a buscar la entrada a Viña del Mar.
Karina Suárez y Cristián Morales son, junto a Cristián, fanáticos de la banda irlandesa, y miembros de la Comunidad de U2 en Chile (
www.thebestofu2.cl). Sin embargo, la visita de la banda irlandesa no sólo les causa felicidad y nerviosismo, sino también un poco de tristeza: se sienten renegados.
Cuentan que luego de varios intentos no han podido gestionar un encuentro directo con el grupo, afirmando que no pretenden presentarse como groupies, sino simplemente agradecerles.
"Me gustaría poder decirles gracias, pero gracias de verdad", afirma Karina, y Cristián Morales agrega que "me sentiría contento sacándome una foto con los cuatro y con mi hija (...) con eso ya me puedo morir tranquilo".
La hija de Cristián tiene sólo 8 años, pero se sabe varias de las canciones de U2. Panchita, como la llama su padre, es una de las fans más jóvenes del grupo irlandés en Chile y ese es el mayor orgullo de su progenitor.
Cuenta que cada vez que compra un CD, su hija le pide que lo ponga y empieza a bailar, "esa es mi gratificación más grande", comenta.
Por su parte, Karina cuenta que durante dos años usó los mismos zapatos en el colegio, porque prefería gastar su dinero en música de U2. Sin embargo, esta anécdota más que avergonzarla la enorgullece, porque prueba su fidelidad hacia la banda.
Recientemente realizó un sacrificio aún mayor: "tenía que pagar la matrícula de la universidad, tenía justo 130 mil pesos y no pensé dos veces, y fui a comprar la entrada. Tuve que hablar para pagar en dos cuotas (los estudios)".
"El verdadero fan de U2 es fiel al grupo", concluye Cristián Corral, y al igual que sus compañeros no duda en invertir su tiempo y dinero en la banda.
Fanatismo musical
"Ni siquiera escucho mucho a U2". Esta declaración sorprende proviniendo de Marco, que junto a Claudio, Andy y Coke conforman
Lemon, una de las bandas tributo del grupo irlandés más importantes y exitosas del país.
Marco comenta que a todos en Lemon les gusta U2, pero descarta de plano que sean fanáticos. "Es algo que nos gusta hacer, que nos ayuda a solventar nuestra vida y nuestro proyecto de música original (...) pero nadie se cree Bono, sería medio patético hacer eso".
Cuenta que sus inicios en la batería fueron gracias al grupo irlandés, pero nunca ha llegado a poner una foto del líder de la banda en su pieza, ni tampoco tiene todos los discos. "A mí me mueve la música, a todos nos mueve la música de ellos en el sentido de lo que expresan en el escenario, pero no es un fanatismo de colección, es más un fanatismo musical", comenta.
Explica además que la apuesta más grande que han hecho como grupo fue "por la música, que engloba a U2", lo que significó que junto a Andy, Coke y Claudio renunciaran a sus trabajos y se dedicaran de lleno a la banda.
"Es una apuesta bastante grande decir que voy a ser tributo de U2 y además voy a tratar de hacer mi música, y darte todo el tiempo y vivir con eso. Creo que es una apuesta de vida, mi vida se solventa en esto", concluye Marco.