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U2, maestros de ceremonias 27/2/2006

02 de Marzo de 2006 | 18:08 |
En su regreso a Chile, Bono y su grupo volvieron a probar que manejan al dedillo el guión del rock como espectáculo a gran escala.

David Ponce



Foto: EFE.
En un show de U2 hay canciones, como en todos los conciertos; hay efectos especiales como en pocos, pero hay algo que no pasa en ninguna parte: hay "momentos Bono". Momentos que aparecen sin previo aviso. Bono aleona al Estadio Nacional con un intrincado ceacheí. Bono sube a un niño y a dos jovencitas al escenario. Bono toma una bandera chilena y arma una liturgia instantánea con la bandera en brazos. Bono se tapa los ojos con su pañoleta de símbolos de diversas religiones y gatea a ciegas por la tarima hasta dar con una bengala que prende a ciegas para pedir tolerancia en el mundo.

Todo eso y más hizo el cantante del grupo irlandés de rock para el regreso de U2 a Chile el domingo 26 de febrero. Bono entona una parte de la canción "Miss Sarajevo" y es como si realmente estuviera cantando Pavarotti. Y cuando se pone a hablar en castellano es como si realmente estuviera hablando el Papa. Bono, el espontáneo estudiante de lenguas, ya había dado una muestra de sus capacidades cuando, para el debut del grupo en Santiago en 1998, aprendió una palabra en chileno con la que sedujo de una sola vez a la audiencia en este mismo estadio: "¿Cachai?"

Y esta vez también trajo la tarea hecha. "Majitas ricas", saluda el cantante a modo de bienvenida, cuando ya la silueta del guitarrista The Edge se ha recortado sobre el fondo y de a poco ambos se empiezan a repartir por el escenario de la gira Vertigo Tour, junto al bajista Adam Clayton e incluso al baterista Larry Mullen Jr., que en "Love and peace or else" avanza por uno de los dos bordes laterales a tocar una batería secundaria. Una imponente pantalla que lo mismo sirve de iluminación, animación y amplificación visual del escenario multiplica el efecto aplastante del espectáculo, pero hasta la tecnología está dosificada aquí. A veces es la sensibilidad la que prima, como en la emotiva melodía de la canción "Sometimes you can’t make it on your own", que el cantante dedica a su padre y que es uno de los pocos momentos en que U2 vuelve a conmover con sencillez.


Vieja escuela

En contraste con el despliegue de tecnología, es paradójico cómo U2 es un grupo que se sustenta en la vieja escuela del rock tocado en vivo. Cuatro músicos, tres instrumentos. The Edge es el hombre indispensable: todo el carácter del sonido del grupo descansa en los característicos timbres de su instrumento. U2 ni siquiera es rock de guitarras. Es rock de guitarra, a secas.

Luego de un primer segmento, el concierto avanza a un rasgo más político, con "Bullet the blue sky", canción acerca del intervencionismo estadounidense en Nicaragua, o "Miss Sarajevo", un manifiesto ante la guerra en los Balcanes. Éxitos más antiguos del mismo tipo como "New year’s day" y "Sunday bloody sunday" son tocados sin ningún aditivo, con The Edge multiplicado entre guitarra, piano y coros, mientras Bono se hace cargo del discurso. "Sé que ustedes entienden mejor que yo el significado de esta palabra", dice, mientras en la pantalla gigante aparece proyectado el vocablo "Coexista" (sic).

El público está entregado desde el comienzo, y ya en la tercera canción, "Elevation", canta la letra completa y de memoria. El primer bis contiene una mayoría de canciones del disco Achtung baby (1991), con Bono particularmente histriónico, y en una de ellas, "Zoo station", la pantalla muestra imágenes de relevancia local: el Presidente Allende al lado del Tío Sam, Pinochet al lado de Bachelet. "Venimos de un país chico y es difícil que el mundo sepa que estás haciendo un cambio si vives en un país chico", dice Bono, que entonces renueva el lazo con Chile al agradecer a Pablo Neruda, al Presidente Lagos –que está presente en el estadio– y a la propia Presidenta electa, con quienes se ha reunido justo antes del show.

"Gracias por esperarnos. Todavía falta mucho por hacer. Chile está mirando hacia el futuro", dice Bono, como quien imparte una bendición. Después de dos horas y diez minutos, y tras 23 canciones en vivo, el cierre simbólico llega con una versión de "Mothers of the disappeared" (1987), tocada con un charango que The Edge ha aprendido a pulsar en la misma tarde, instruido por Horacio Durán, de Inti-Illimani. A partir de ese momento la canción que U2 cantó por primera vez en 1998 junto a las madres de los desaparecidos chilenos, en este mismo estadio, ya tiene una nueva versión.


Las canciones del show

1. "City of blinding lights" (2004).
2. "Vertigo" (2004).
3. "Elevation" (2000).
4. "Until the end of the world" (1991).
5. "New year’s day" (1983).
6. "I still haven’t found what I’m looking for" (1987).
7. "Beautiful day" (2000).
8. "The first time" (1993).
9. "Sometimes you can’t make it on your own" (2004).
10. "Love and peace or else" (2004).
11. "Sunday bloody sunday" (1983).
12. "Bullet the blue sky" (1987).
13. "Miss Sarajevo" (de Passengers, 1995).
14. "Pride (In the name of love)" (1985).
15. "Where the streets have no name" (1987).
16. "One" (1991).
17. "Zoo station" (1991).
18. "The fly" (1991).
19. "Mysterious ways" (1991).
20. "With or without you" (1987).
21. "Mothers of the disappeared" (1987).
22. "Yahweh" (2004).
23. "All I want is you" (1988).
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