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Joaquín Sabina regresa con gloria a Argentina

El martes por la noche, cuando luego de cuatro años de ausencia el andaluz volvió a pisar un escenario argentino, las casi 4.000 personas que colmaron el teatro Gran Rex de Buenos Aires estallaron en llanto.

15 de Marzo de 2006 | 17:17 | AP
BUENOS AIRES.- Lo del público argentino con Joaquín Sabina es mucho más que la admiración por el artista. Es casi como un encantamiento, un idilio amoroso que no distingue entre hombres y mujeres.

Por eso el martes por la noche, cuando luego de cuatro años de ausencia el andaluz volvió a pisar un escenario argentino, las casi 4.000 personas que colmaron el teatro Gran Rex de Buenos Aires estallaron en llanto.

"Olé, Olé, Olé, Joaquín, Joaquín", gritaron hasta quedarse sin voz y casi romperse las palmas de tanto aplauso.

Público de pie

Hubiera sido lo mismo que el teatro no tuviera butacas: durante las dos horas que duró el concierto el público permaneció parado, marcando el ritmo con manos y pies y entonando de memoria cada una de sus canciones, las de su último disco Alivio de luto, y las más clásicas.

Vestido con camiseta negra y roja, pantalón oscuro, saco y sombrero hongo frente a un escenario decorado por el fresco de un barco en alta mar, el español entonó "Pájaros de Portugal", "Pie de guerra" y "Resumiendo" de su nueva producción discográfica, que en Argentina ya recibió el doble platino.

"Como hemos estado cuatro años sin fuerzas y ganas para estar arriba de los escenarios, hemos venido en este barquito diseñado especialmente para naufragar en Buenos Aires para un concierto íntimo, acústico pero con un poquito rock and roll, para retomar las cosas donde las dejamos", dijo, como si fuera una confesión.

El concierto, que tuvo el tono de un café entre amigos, incluyó un recorrido por clásicos como "Ahora qué", "Calle melancolía", "Contigo", "Magdalena", "Y sin embargo", "Conductores suicidas" y "Nos dieron las diez", entre otros.

Acompañado por Antonio García de Diego en teclados y guitarra, Pancho Varona en bajo y guitarras, Olga Román en coros y percusión y Pedro Barceló en la batería, Sabina no pudo acallar con su voz aguardentosa la euforia del público, que por momentos impidió disfrutar en silencio de su filosofía callejera y su poesía irreverente.

Canciones dedicadas a Buenos Aires

Casi dado por vencido, el andaluz apeló entonces al cariño que le tienen los argentinos para terminar de comprarse sus almas entonando los temas en los que pondera su añejo amor por Buenos Aires, como "Dieguitos y Mafaldas", "La frente marchita" y su hilarante versión del tango "Mano a mano" de Carlos Gardel.

Un regalo extra: cuando Varona, productor de los discos de Sabina desde hace años, interpretó "Como un dolor de muelas" y "Canción de Olga".

En febrero, la noticia del regreso del cantante desató una verdadera "Sabina-manía": las entradas para las cuatro funciones previstas inicialmente se agotaron en apenas seis horas. En vista del éxito, Sabina añadió cuatro conciertos más, tres de ellos en el interior del país.

Huésped de honor

La semana pasada el cantante español fue declarado huésped de honor de Buenos Aires porque "a lo largo de toda su exitosa carrera mantuvo un férreo compromiso social con los derechos humanos y se opuso fervientemente a la censura de las libertades que se ejercieron en las distintas partes del mundo", según la legislatura de la ciudad.

Alivio de luto salió a la venta en 2005 luego de una obligada ausencia —Sabina reconoció haber pasado por una larga depresión— y a 27 años y 17 discos de Inventario, su primera producción.
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