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Exponen cartas de Ana Frank en su casa-museo de Amsterdam

La adolescente judía, que murió en un campo de concentración de la Segunda Guerra Mundial y que se hizo famosa por escribir un diario de vida hasta el momento de su detención, escribió cartas desde pequeña que hoy sirven como complemento histórico de su vida.

11 de Abril de 2006 | 12:56 | AFP

Ana Frank y su hermana Margot en 1933.
AMSTERDAM.- El Museo Histórico de Amsterdam y la Casa de Ana Frank exhiben hasta septiembre una exposición de las cartas que escribió esta adolescente judía que murió en el campo de concentración de Bergen-Belsen en 1944 y que permiten descubrir su carácter independiente.

"Soy independiente de cuerpo y de mente, ya no necesito una madre. Todas estas luchas me han hecho fuerte", escribe la joven autora del "Diario de Ana Frank" a su padre, que no ve con buenos ojos los sentimientos de su hija por un muchacho que vive en su mismo escondite, junto a los canales de Amsterdam.

"No me tomes por alguien de 14 años; toda esta tristeza me ha envejecido", continúa.

Wouter van der Sluis, conservador de la Casa de Ana Frank, explica que la familia "tenía la costumbre de escribirse cartas cuando tenían problemas entre ellos".

Esta carta del 5 de mayo de 1944, escrita meses antes de su desaparición, se menciona en el "Diario de Ana Frank". Otto, el padre de Ana, dijo a su hija que quemaría la misiva por la sorpresa que le causó, pero "apareció entre los papeles de Otto. Es la primera vez que se expone", explica Van der Sluis.

La exposición

Gran parte de las cartas están fechadas en la plaza Merwede de Amsterdam, en el sur de la ciudad, donde la familia Frank se estableció después de irse de Frankfurt, en la Alemania nazi.

La primera de la exposición está redactada en alemán, lengua materna de Ana, cuando tenía 7 años, y está dirigida a su abuela, que vivía en Suiza. Las demás son en holandés, ya que la adolescente aprendió ese idioma en la escuela.

Los textos de la muestra "Ana Frank, su vida en cartas", están acompañados de fotos del barrio, de la familia y amigos.

En 1942, cuando los Frank acababan de esconderse con su familia y allegados detrás de la tienda del padre, escribió una carta de despedida a su amiga Jacqueline van Maarsen.

Su padre se negó a enviarla, ya que temía se convirtiera en una pista de su guarida. Ana la incluyó en su diario y a partir de entonces tomó la costumbre de dirigirse a un interlocutor imaginario para narrar su vida clandestina.

Las fotos permiten descubrir el primer apartamento de la familia, que una asociación de Amsterdam acaba de restaurar para albergar a escritores amenazados en sus países.

En una de las imágenes se ve a Ana, de 13 años, aún niña y ya elegante, atenta, con pose de la escritora que quería ser.

A su abuela le escribe: "Aquí estoy, sentada en la mesa de trabajo...".

Meses después empezaba el diario que le hizo famosa y que ha permitido a millones de personas poner un rostro a la persecución de los judíos a manos de los nazis.

"Su padre cumplió el sueño de Ana al publicar su diario", concluye Van der Sluis.