Leo Quinteros, ahora!, se llama el reciente disco de este músico, uno de los nuevos cantantes de la escena del rock en Chile. En él escribe sobre la ciudad, la gratuidad de las cosas, una pesadilla con Don Francisco y la idea de un imperio que rima con infierno. "Es un juguete", dice acerca de esa imagen. "Úsala como tú quieras".
Paulina Cabanillas F.
Dibujados a lápiz mina, cuadrados, rectángulos y triángulos se entrelazan libremente; hay lados de las figuras que están pintados y líneas más marcadas que otras; todo está hecho a mano alzada. Podría tratarse de un dibujo arrancado del cuaderno de un escolar que garabateó polígonos en una aburrida clase de geometría, pero se trata de la carátula del primer disco de Leo Quinteros,
1A, editado en 2004 por Cápsula Discos.
Muy diferente resulta su álbum sucesor. En
Leo Quinteros, ahora!, presentado en la Sala Master a comienzos de este año y lanzado por el mismo sello, el músico y compositor finalmente aparece, se deja ver a través de tres gestos. Primero, ya no se trata de un título críptico, sino de uno en el que Leo Quinteros se planta en el aquí y ahora con nombre y apellido. Segundo, un retrato suyo aparece dibujado en la portada, pero no se ve su rostro completo, sólo la mitad. Mitad que se completa, y este es el tercer gesto, con las diez canciones que lo integran.
Leo Quinteros, ahora! suena más íntimo y cálido que su antecesor, como si se tratara de una sesión grabada en un piano bar de antigua data. En este disco el piano es protagonista, junto a las letras en las que Leo Quinteros escribe sobre cómo se dan las relaciones personales y la vida citadina. "Sí, si me han dicho eso, que suena más íntimo, pero no sé", dice mientras se fuma un cigarro. "Puede que el
1A haya sido más frío, a pesar de que haya tenido un origen cálido porque su nombre es la dirección donde vivían unos amigos y donde yo estaba grabando el disco. Su sonoridad era llamativa, como una película de efectos especiales, de ciencia ficción, y como no me quería enmarcar en eso, busqué otros colores, otros sonidos. Por eso quizás suene más cercano”.
-¿Por eso incluiste un piano?
"Se me ocurrió por el sonido de los instrumentos que estábamos usando para el disco. Junto con Gabriel (Del Favero, el coproductor de estas canciones) decidimos usar sonidos acústicos, sonidos nobles a los que pudieras acceder, buscamos instrumentos que dieran cierto peso a las canciones, colores, matices, y el piano era una opción. Arrendamos uno, un piano básico, un piano de pared, viejo, algo desafinado, que le da ese toque medio de bar al disco. Y así llegó, sin un destino fijo ni predeterminado".
Don Francisco y el imperio
-¿Trabajas con determinados conceptos al momento de escribir?
"Mmmm, no, todo se va armando en el camino. Hay algunas canciones que nacen de la música y otras que nacen de las letras. Las que nacen de la música son las que en general te llegan, como que las atrapas al vuelo, estás tocando la guitarra, pasa algo y empiezas a investigar por ahí. Cuando es al revés, me planteo una canción desde el título, la desarrollo en un papel y la paso a la guitarra".
-Varias de tus letras hablan sobre el hecho de comprar, pagar y lo que obtienes realmente. ¿Por qué surge el dinero como tema?
"Yo creo que el dinero no es un tema en el disco, pero creo que aparece tal como aparece en tu vida: está ahí todo el rato. Hay más una nostalgia por la gratuidad, un deseo de que no todas tus relaciones sean una transa, no sé... de repente caminas por calles donde todos te tratan de vender algo".
-Hablando de calles, hay una que se llama Mario Kreutzberger. ¿Cómo se cuela un personaje de tamaña envergadura en la letra de "Andes Empire"?
"Esa es una canción divertida no más, no fue que lo haya escogido para decir algo en especial. Fue así tal como dice la letra, tuve un sueño medio pesadilla y me levanté y anoté ‘soñé que Don Francisco me llevaba al infierno’. Al otro día vi lo que había escrito y me pareció que era el pie para una canción. Además la frase tiene más de diez sílabas y estructurar algo de ahí para allá era un desafío. En todo caso a mí me interesa más el título, y el resto de la letra ya, Don Francisco está bien, pero podría haber sido cualquiera. No sé, Lucho Jara".
-¿Y el título de dónde viene?
"Ese título no es mío. Gabriel andaba con esa frase en la cabeza, la había descubierto en algo de la National Geographic y de alguna manera empezó a rodear todo lo que hacíamos. Acabamos de terminar un video que se llama así, él tiene unas pinturas donde sale la frase, y de repente estábamos conversamos y dijimos ‘ya, pongámosle a una canción Andes Empire’".
-¿Qué es "Andes Empire", un reportaje de la revista, un documental?
"Él la había visto en una revista. Era un reportaje donde salía una foto con esta cordillera inmensa y decía ‘Andes Empire’. A mí me gusta la idea, la imagen que me provoca Andes Empire, me gusta, la encuentro entretenida".
-¿Y qué imagen se te aparece?
"Ahh, ahí está la gracia, si la desarmas pierde su encanto. Es un juguete, úsala como tú quieras".
Ni Freehand ni Photoshop: hecho a mano
El nuevo disco de Leo Quinteros trae consigo un cambio en la puesta en escena. Ahora el cantante toca con The Shopping Group, formado por el baterista Cristián Sotomayor (que se va de viaje a EE.UU. y será reemplazado por Álvaro Gómez de Guiso) y el bajista Gonzalo Planet, integrante de Matorral.
-¿Te acomoda más tener una banda de respaldo que presentarte solo?
"Simplemente creo que es distinto. Es rico tocar con personas con las que tienes una muy buena relación humana. También está el hecho de que en Santiago el circuito es súper chico, la gente que va a los conciertos es siempre la misma, entonces es entretenido ir a ver algo distinto cada vez, que yo aparezca solo en el escenario o que esté con dos, tres o cuatro personas. Ser solista me ha permitido esa posibilidad de ir cambiando y eso me gusta harto".
-¿Cómo surge ese grupo?
"Surge en parte porque con Cristián siempre hemos trabajamos juntos, es un muy buen músico, muy buen baterista, y además porque el sonido de este disco apelaba a algo más tocado, que se pudiera ejecutar. Ante la necesidad le preguntamos a Gonzalo si nos quería acompañar y aceptó. Las canciones suenan bien entre los tres. Como que el disco llamó a la banda".
-También tienes varios invitados en el disco, como Álvaro Gómez, de Guiso, y Felipe Cadenasso, de Matorral. ¿Cómo nacen estas colaboraciones?
"Cuando estábamos grabando el disco Cristián tuvo que viajar y yo no quería detener la grabación. De todos los bateristas que conozco, Álvaro es lejos el que más me gusta como toca y a él al parecer le gustan mis canciones, entonces fue súper fácil organizarnos. A Felipe lo invité a hacer unos detalles en la canción ‘Quién es mejor’ y en el lanzamiento se hizo cargo de toda la guitarra y salió súper bien. Eso tiene la escena, hay músicos muy buenos, que parecen que fueran de bandas grandes como Alejandro Gómez (Alamedas) y Felipe. Son excelentes guitarristas. Nunca he tocado con Perrosky (Alejandro Gómez, cantante y guitarrista de Guiso), pero encuentro que es un guitarrista de temer".
-Además de todos los cambios de los que hemos hablado, también hay uno en el arte del disco. Tiene todas las letras de las canciones, fotos tuyas, un retrato en la portada. ¿De dónde viene esa decisión?
"Viene del sonido que tiene el disco. Como usamos instrumentos acústicos, quería que el arte estuviera relacionado con hacer cosas con las manos. De hecho no quería hacer la carátula en computador, en
Freehand ni
Photoshop. El retrato surgió como opción y las letras que dicen ‘Leo Quinteros, ahora!’ son de esas que se pegan. La carátula está armada, existe realmente en alguna parte y esa era la idea, hacer todo a mano".
-¿Por qué le pusiste así al disco?
"El título era lo primero que había. Después del
1A era divertido leer que hablaran de Leo Quinteros porque cuando hablan de un grupo hablan de un nombre de fantasía, pero cuando hablan con tu nombre es como tu nombre empezara a ser una cosa ajena, adquiere vida propia. Además me acordé en algún momento de los discos
The Rolling Stones, Now! y
Elvis Now, entonces era entretenido jugar con eso".
-Tomas un lugar, vas apareciendo de a poco...
"Sí, como que el disco se está transformando en mí".