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C-Funk:
Una fiesta para empezar 17/4/2006

17 de Abril de 2006 | 20:32 |
Repasa un momento del show

Adelantado a la aparición de su disco Joya, el ex cantante y guitarrista de Los Tetas convocó el jueves 13 de abril a una legión de invitados para el estreno del sonido con que debuta como solista. Más sencillo que un "lanzamiento": una fiesta.

David Ponce


C-Funk y Dante Spinetta
C-Funk con Dante Spinetta, el último de los invitados en pisar el escenario.
Es el efecto de haber crecido en público en los últimos diez años. Se puede ver en el modo en que un casi colegial Cristian Moraga se transformaba en Cee-Funk, cantante de Los Tetas, y de ahí en C-Funk, el nombre que ahora está inscrito sobre un telón de fondo en el Galpón 6, minutos antes de preestrenar en vivo su disco Joya. O se puede oír en cómo Los Tetas se educaron tocando un funk rockero al modo de los Red Hot Chili Peppers para luego referirse a Parliament, a George Clinton, a James Brown y a otros dioses del olimpo, y ver cómo ahora C-Funk se acerca a un estilo aún más depurado para debutar en solitario.

Parte de eso se nota también en el modo en que el cantante se planta sobre un escenario lujoso, pero sobre todo en cómo va a hacer sonar sus nuevas canciones. C-Funk se mostrará competente en la guitarra, los teclados y la voz, y su actual grupo obtiene un certificado de funk chileno con los hermanos Michelle y Chicho Espinoza en coros y bajo, y sobre todo con Francisco Pepino González, baterista fundador de Los Tetas, y Felipe Felo Foncea, el tercer hermano de la dinastía Foncea, educado como tecladista y rapero en De Kiruza y Dracma. Una sección de metales con Maxi Alarcón, Mauricio Castillo y Juan Concha en saxo, trompeta y trombón termina de probar que C-Funk sigue encomendado a la vieja escuela.

"Maestro Pepino, cuando quiera", invoca el dueño de casa, y ya la tercera canción una nueva muestra de historia llega a imponerse: C-Funk está cantando "City funktasma", una canción que su padre, el cantante y compositor Hugo Moraga, tocó muchas veces antes, a menudo con la sola compañía de una guitarra de palo o electroacústica en bares o cafés, y la nueva estatura de esa música sorprende y estrecha un fuerte lazo entre dos generaciones. Moraga padre es el único invitado virtual de la noche, porque en adelante se sucederá la serie de huéspedes que C-Funk tiene prevista para la jornada.

Sonido Ácido, rapero de Makiza, sube a poner estilo. Anzuelo, otro maestro de ceremonias, se une para rapear en la canción siguiente. Rulo, bajista original de Los Tetas, prueba su vocación melódica en una canción cadenciosa. La Congregación de Hermanos Contemplativos pasa por el escenario y toca su éxito "Gente". Anita Tijoux, de Makiza, llega luego a compartir la lujuria explícita y suave de "Papi, ¿dónde está el funk?", una canción que ya tocaban Los Tetas y en la que C-Funk intercala un solo de guitarra igual de lujurioso y cadencioso, y a la cola citan el estribillo de "La medicina", el éxito de 1997 del mismo grupo. Y sin pausas sigue Juan Chills, rapero de Tiro de Gracia, que a su vez termina su intervención con una nueva cita, a "Cha cha cha" (1997).
"Sigo viviendo en Santiago y tú en La Florida, y no me voy a cambiar porque me cambie la vida", le dice C-Funk a Juan Chills como saludo. Una última cita llega con el éxito "Corazón de sandía", de 1995, en el que C-Funk pide permiso para cantar la estrofa original del rapero Tea-Time, su contraparte en el conflicto que dividió a Los Tetas. Y, reservado para el final, Dante Spinetta, el equivalente argentino de C-Funk (ambos funkeros y raperos, ambos hijos de próceres como Moraga y Spinetta, ambos emancipados de Los Tetas e Illya Kuryaki respectivamente) llega a aumentar la fiebre con especial carisma en el canto, las rimas y la guitarra eléctrica de la que se apodera cuando al final se desencadena una fiesta con todos los invitados sobre el escenario cantando "Chocolate", el nuevo hit de C-Funk. "Solitario, pero nunca solo", ha dicho el cantante antes de presentar otra de sus nuevas melodías, "Stand alone mode". Si tenía que ser una fiesta con muchos invitados, está hecho. Ya habrá tiempo para escuchar el disco con calma en la radio o en la casa.
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