NUEVA YORK.- El mago y artista estadounidense David Blaine ha vuelto a lanzarse a la aventura tras una larga pausa. Después de arriesgar su vida con macabros trucos en un ataúd, un bloque de hielo o ayunando suspendido en una caja sobre el río Támesis, esta vez ha decidido descender a las profundidades: a partir del 1 de mayo, el mago intentará soportar siete días bajo el agua en un "acuario" en el centro de Manhattan sin dormir ni alimentarse, tan sólo con oxígeno e infusiones para mantener el nivel de líquidos.
"Sólo quiero volver a mostrar de lo que somos capaces las personas", explica Blaine. A este ilusionista de 33 años no parecen preocuparle demasiado las advertencias de los médicos sobre los daños cerebrales que sufrirá. "Nadie puede predecir si Blaine volverá a ser el mismo después de su experiencia", señala el neurocirujano Murat Gunel, de la Universidad de Yale. "Se lo hemos desaconsejado".
Según los especialistas, el mago podría perder la memoria, la percepción de la realidad e incluso la personalidad debido a la falta de oxígeno. Aunque durante la semana que pase bajo el agua podrá respirar gracias a una máscara de aire, si le vence el cansancio, al inclinar la cabeza hacia abajo podría desplazar el tubo para el suministro de oxígeno haciendo que en lugar de aire se introdujera agua en sus pulmones.
Y lo que todavía preocupa más a los médicos es que Blaine pretende lograr un récord mundial al término de esa tortura de una semana:
el mago espera poder contener su respiración nueve minutos bajo el agua y superar así la marca del buceador alemán Tom Sietas, que en diciembre de 2004 aguantó sumergido ocho minutos y 58 segundos.
Para batir el récord de Sietas, Blaine lleva practicando desde diciembre varias veces al día. "Jamás había entrenado tanto", dijo a dpa. Además, su aventura bajo el agua es su mayor reto hasta la fecha. "Creo que no seré capaz de ofrecer algo todavía mejor", declaró.
Dolores inimaginables
Blaine sabe que su desafío le causará fuertes dolores como nunca antes había sufrido. "Después de 20 horas, siento como si mis manos y mis pies estuvieran atravesados por clavos". Parecen "ciruelas secas" que con el paso del tiempo se "pudren" cada vez más.
No obstante, uno de sus entrenadores, el profesor de buceo y presidente de "Freediving International", Kirk Krack, señaló que Blaine tiene "una increíble fortaleza física" y una "disciplina espiritual única".
Como telón de fondo para su acuario de cristal, desde donde podrá ser contemplado por el público en todo momento, Blaine ha elegido la Opera Metropolitana de Nueva York, su "escenario favorito". De niño devoró todos los libros de magia de la biblioteca del Centro Lincoln y los tratados de ilusionistas como el gran Houdini. Tranquilo y rápido a la vez y un poco tímido, con sus amables ojos marrones y su juvenil sonrisa, Blaine parece cualquier cosa menos atrevido.
La televisión estadounidense ABC grabará el espectáculo de riesgo durante toda la semana y lo retransmitirá a partir del día 8, cuando está previsto que finalice. Con toda seguridad, el nuevo reto de Blaine volverá a repercutir también gratamente en su bolsillo: desde el año 2000 el mago recibe cantidades astronómicas de la televisión norteamericana con sus apariciones. Y tampoco le vendrá mal para acrecentar su popularidad. En la lista "Forbes" de los 100 más famosos, Blaine descendió en 2005 a una de las últimas posiciones.