CANNES.- La película "María Antonieta" de Sofia Coppola recibió la primera abucheada de la competencia del 59º Festival de Cannes, donde fue presentada hoy.
Al terminar la primera proyección para la prensa, la película recibió unos pocos aplausos, acallados rápidamente por silbidos y abucheos.
La decepción por este filme es tan grande como las expectativas que había creado. Tercera película de Sofia Coppola, directora revelada en Cannes con "Las vírgenes suicidas" en 1999 y que logró reconocimiento internacional en 2003 con "Lost in translation", "María Antonieta" era este año una de las obras más esperadas del Festival de Cannes.
Coppola narra la historia de la reina de Francia desde su llegada de Austria, adolescente, a la corte de Versalles, hasta la partida de la familia real del gran palacio, en plena revolución.
Entre kitsch y rock, la María Antonieta de Sofia Coppola es pintada como una pobre adolescente perdida en medio del protocolo de la corte, desdeñada por su marido y que trata de olvidar sus frustraciones atiborrándose de dulces y derrochando fortuna en joyas y vestidos.
Extrañas combinaciones
Filmada en el verdadero palacio de Versalles, excepcionalmente prestado para la ocasión, la película está plagada de anacronismos voluntarios, con accesorios actuales en el vestuario de la reina y una combinación de música rock y clásica. Una manera de mostrar que contamos la historia de ayer vista desde hoy.
Una idea original enmarcada en imágenes muy bellas, pero el guión de la película es poco consistente y está plagado de lugares comunes.
El contexto histórico es evocado apenas: algunas conversaciones reales sobre el interés de apoyar la revolución norteamericana para afirmar el poderío de Francia y contrarrestar el de Inglaterra, una breve percepción del pueblo hambriento marchando hacia Versalles.
Pero la María Antonieta del filme no tiene nada que ver con eso, y la directora norteamericana se siente obligada, incluso, a hacer que la reina niegue ante las damas de la corte haber pronunciado la célebre frase que se le atribuye: "Si no tiene pan, que coman pasteles".
El rey Luis XVI (Jason Schwartzman) es un personaje borroso y Luis XV (Rip Torn) se comporta como un patrón de rancho. En cuanto a María Antonieta (Kirsten Dunst), el retrato que nos hace de ella Sofía Coppola oscila entre una Barbie rococó y una Lady Di de otros tiempos.
En resumidas cuentas, una imagen como la que hubieran dado si hubiesen existido en la época, las revistas del corazón.
La directora norteamericana no se mostró afectada por el mal recibimiento dado a su película en Cannes. "Prefiero las reacciones tajantes, la gente a la que le guste mucho la película o no le guste en absoluto, a una reacción tibia", dijo Coppola en conferencia de prensa, a la que asistió su célebre padre, Francis Ford Coppola.
Por lo demás, "en mis tres películas los personajes son muchachas jóvenes que buscan su camino. Se puede considerar a ésta como el último capítulo de las tres", afirmó Sofia Coppola.