CANNES.- A falta de las dos últimas películas en competición, la francesa "Quand j’étais chanteur" y la portuguesa "Juventude em marcha", presentadas hoy, seguramente no alterarán las quinielas sobre las grandes favoritas del Festival de Cannes.
Gerard Depardieu protagoniza junto con Cécile de France la comedia de Xavier Giannoli. El tercer largometraje francés en competición fue aplaudido sobre todo por la labor de su protagonista, quien da vida a un cantante de salones de baile que se enamora de una joven a la que conoce en una de sus actuaciones.
La edad de numerosos críticos se dejó entrever por la forma en que al final de la película coreaban las canciones de la película, algo inusual en el Festival de Cannes.
Depardieu, que ya se llevó el premio a la mejor interpretación hace 16 años en Cannes por "Cyrano de Bergerac", podría repetir galardón con este personaje, para el que además ha interpretado todos los temas.
Giannoli comentó en rueda de prensa que se acercó a este mundo de los cantantes de salón, un fenómeno que cuenta con gran aceptación fuera de las grandes capitales, atraido por lo que siente la gente cuando escucha canciones con hermosas letras.
Sin querer burlarse o mostrar una caricatura de los cantantes, muestra a un profesional que no tiene aspiraciones de convertirse en una gran estrella, sino seguir cantando en salones de baile, para gente que realmente disfruta de los temas de Julio Iglesias y demás clásicos. Giannoli presenta con sensibilidad y sin prejuicios a un hombre que busca más el afecto y el respeto que la admiración de su público.
Depardieu, que no desafina cuando tiene el micrófono delante, afirmó que no se trata de un cantante de segunda, sino de un hombre "que está buscando su propia verdad".
"Hay belleza en todo esto", dijo Giannoli, de 33 años, quien con su tercera película ha entrado por primera vez en la sección oficial de Cannes, donde ya ganó la Palma de Oro al mejor cortometraje con "L’interview" (1998).
A diferencia del entusiasmo que generó "Quand j’étais chanteur", al menos en lo que a las canciones se refiere, el director portugués Pedro Costa provocó una fuga masiva de espectadores con "Juventude em marcha", una película de arte y ensayo protagonizada por un inmigrante caboverdiano que vive a las afueras de Lisboa y que no gustó ni a los pocos periodistas que se quedaron en la sala al término de las dos horas y media de metraje, pues se escucharon algunos abucheos.
Pese a la lograda estética con atrayentes encuadres o el original uso de la luz natural, Costa no consigue interesar al espectador en la vida de Ventura, un anciano inmigrante que vive anclado en el pasado y pasa el día visitando a otras personas del barrio que llama sus hijos con quienes conversa.
El Festival de Cine de Cannes cierra mañana su competición oficial con dos obras latinoamericanas: la argentina "Crónica de una fuga", de Adrián Israel Caetano, y la producción hispano-mexicana "El laberinto del fauno", de Guillermo del Toro.
Aunque "Volver", de Pedro Almodóvar, "Babel", de Alejandro González Iñárritu, o "Marie Antoinette", de Sophia Coppola, figuran entre las mejores colocadas para la Palma de Oro, todavía no está todo decido, pues persiste el interés en ver los trabajos del uruguayo Caetano y el mexicano Del Toro.