El grupo estrena el esperado álbum que sucede a la
Revancha del Tango de 2001 y que ya está a la venta en Chile.
Por Paulina Toro
Eduardo Makaroff, Philippe Cohen Solal y Christoph H. Müller son Gotan Project. |
Eduardo Makaroff, el guitarrista de Gotan Project, es tajante: "No voy a aceptar que nos comparen con un maestro como Astor Piazzolla". El integrante del trío que renovó el tango al unirlo con la electrónica se ríe y ridiculiza cualquier intento por relacionar a su grupo con el bandoneonista y compositor que a su vez revolucionó el género rioplatense desde mediados de los ’50.
Medio siglo después, Gotan Project generó una corriente ya instalada en las disquerías desde 2000: el electrotango. "El hecho que el tango llegue a los computadores y se confronte a las nuevas estéticas que resultan de las nuevas técnicas, es algo que no me parece tan raro. Nosotros sólo ayudamos a que eso se atreviera a suceder", dice Makaroff, el argentino que integra el trío basado en París junto al DJ francés Philippe Cohen Solal y al músico suizo Christoph H. Müller.
Respaldados por la marca de un millón de copias vendidas de su álbum debut
La revancha del tango (2001) en todo el mundo, los Gotan Project presentan
Lunático, su esperado segundo disco. Makaroff lo describe: "Tango y electrónica, nada más, se nos estaba quedaba un poco corto. En este álbum hay de eso, pero también otros contactos con otras estéticas y otras experiencias. Como por ejemplo, hacemos un rap tango. Hay desde country tango a rap tango".
Sabor amargo
Aunque
Lunático ya está en las tiendas locales, en la gira de promoción de este álbum, Chile no está contemplado. El guitarrista dice que el sabor amargo de su última venida —cuando el año pasado casi quedan plantados sin poder actuar (ver recuadro)— ya está olvidado y concede que Santiago se merece un show en un futuro cercano.
"Para mí, directamente, fue algo mal manejado y mal organizado. Ya no me acuerdo bien. Al final me parecía ridículo todo. Y está bien que no seamos Chayanne o Shakira, pero nuestra música llega a la gente a la que le gusta el tango, a la juventud y a los que les gusta la buena música. Veremos como ir", dice.
Makaroff, de 52 años, no se traga tampoco eso de que un segundo disco debe superar al primero. "Los papeles siempre dicen eso, que el segundo disco es la prueba de fuego, que qué vas a hacer después… pero si nosotros hubiéramos tenido una comida de coco [N. del T.: si hubiéramos tomado caldo de cabeza], un problema con eso, nos hubiéramos quedado en un primer proyecto que marchó muy bien y listo. Lo primero resultó muy bien y si lo segundo no, pues paciencia, que no estamos haciendo nada para triunfar o seguir triunfando".