LONDRES.- El enfrentamiento entre Paul McCartney y su segunda esposa, Heather Mills, a causa de la solicitud de divorcio que presentó el músico es cada vez más fuerte.
Los vigilantes de la finca del ex Beatle, de 64 años, llamaron a la policía cuando Mills se presentó, al parecer sin avisar, junto a su pequeña hija delante de la casa de McCartney en el distinguido barrio londinense de St. John's Wood y quiso entrar.
Según informaron hoy el "Daily Mirror" y otros diarios sensacionalistas londinenses, Mills, de 38 años, quería entregar a la pequeña Beatrice de dos años en casa de su padre. Sin embargo, no pudo abrir la puerta de la residencia McCartney porque había sido cambiada la cerradura.
Cuando tocó el timbre y no se presentó nadie, el guardaespaldas de Mills trepó un muro para abrir la puerta por dentro. Entonces, el equipo de seguridad de McCartney alertó a la policía.
Bajo la mirada de numerosos fotógrafos, la todavía esposa del ex Beatle esperó la llegada de los agentes. La pequeña Beatrice fue llevada al otro lado de la casa para que no viera las tensas escenas. McCartney mismo no estaba en su casa.
Según el "Mirror", Heather Mills consiguió finalmente entrar tras varias llamadas telefónicas. Quería pasar la noche en la casa para entregar a Beatrice personalmente a su padre este martes.
A fines de julio, dos meses y medio después de la separación oficial, McCartney pidió el divorcio de su segunda esposa. El juicio de divorcio gira en torno al patrimonio de más de mil millones de euros del músico y a la custodia de la niña. La pareja se casó en junio de 2002.