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Descendientes del autor del "Mago de Oz" piden perdón a los indios Sioux

El escritor Lyman Frank Baum pidió de forma abierta en varios artículos el exterminio de los indios norteamericanos.

19 de Agosto de 2006 | 12:10 | EFE
NUEVA YORK .- El neoyorquino Lyman Frank Baum, autor de "El Maravilloso Mago de Oz" (1900) y otras muchas historias infantiles, es recordado también por pedir de forma abierta en varios artículos el exterminio de los indios norteamericanos.

Ese episodio oscuro en la trayectoria de este prolífico escritor, actor y cineasta independiente, suscitó ya un notable debate entre admiradores, académicos y el movimiento indio en EE.UU., y ha llevado ahora a algunos de sus descendientes a pedir una disculpa pública a los descendientes de los Sioux, en el estado de Dakota del Sur.

"Vamos a decirles que lo sentimos y que reconocemos que esos editoriales piden un genocidio", declaró esta semana Mac Hudson, tataranieto de Baum, a la emisora pública "NPR".

Hudson explicó que él y un primo suyo habían decidido acudir a la reserva india de Pine Ridge en ese estado para tratar de cauterizar heridas que, a pesar de haber transcurrido más de un siglo, siguen abiertas en esa comunidad indígena.


Escritor polémico

L.Frank Baum (1856-1919) nació en la localidad de Chittenango (Nueva York) en el seno de una familia acomodada y desde muy joven mostró una notable inquietud por la escritura, a veces en formato periodístico, y por el teatro, donde probó fortuna como actor y también como empresario.

Como hicieran tantos otros en la segunda mitad del siglo XIX, Baum y su esposa Maud Gage encaminaron sus pasos hacia el Oeste y en julio de 1888 se trasladaron al entonces llamado Territorio Dakota donde, después de una experiencia fallida como comerciante, se hizo cargo del semanario local "Aberdeen Saturday Pioneer".

Entre otros, Baum escribió dos editoriales sobre los conflictos entre grupos de Sioux y colonos blancos, que muchos años después aún provocan sarpullidos debido al lenguaje racista que empleó.

"Los blancos, por ley de conquista, por justicia de civilización, son los amos del continente americano y la seguridad de los asentamientos fronterizos se garantizará con la total aniquilación de los indios que quedan", escribía Baum el 20 de diciembre de 1890, en un artículo dedicado al líder indio Sitting Bull, Toro Sentado.

El jefe indio había sido asesinado cinco días antes cuando trataba de eludir su arresto por el mando militar.

Baum afirmaba que, con su muerte, "la nobleza de los Pieles Rojas está extinguida" y los nativos que quedan "son una manada de perros callejeros aulladores que lamen la mano que les golpea".

"Su gloria ha huido, su espíritu está quebrado, su hombría borrada; mejor que mueran que vivir como los miserables desgraciados que son", añadía Baum.

Los comentarios también aparecieron publicados a los pocos días de que ocurriera la matanza de Wounded Knee Creek, en el suroeste de Dakota del Sur, el 29 de diciembre de 1890.

Alrededor de 356 miembros del grupo que encabezaba el jefe sioux Big Foot, Pie Grande, murieron o resultaron heridos, entre ellos ancianos, mujeres y niños, en una masacre en la que según algunos testimonios también perdieron la vida una treintena de soldados del famoso Séptimo de Caballería, al mando del coronel James Forsyth.

Ese suceso inspiró a Baum para escribir otro editorial, el 3 de enero de 1891, en el que criticaba la incompetencia de los mandos militares y la política vacilante del gobierno para controlar supuestas revueltas indias, pero sin censurar la matanza.

"El Pioneer ha declarado con anterioridad que nuestra seguridad depende de la total exterminación de los indios", recalcó y agregaba que "para proteger nuestra civilización" lo mejor era "borrar a estas indómitas e indomables criaturas de la faz de la tierra".

Los descendientes de Baum han pedido que se tenga en cuenta el contexto en que ambos artículos fueron escritos, una época en que los enfrentamientos de tribus indias con colonos blancos, "cowboys" y el Ejército dieron lugar a un clima de tensión.

Ese ambiente, alegan, fue lo que perturbó a quien ha pasado sobre todo a la Historia por sus relatos, que aún encandilan a los niños.
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