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Muere Máximo Carvajal, maestro del cómic chileno

El dibujante fue el responsable de clásicos como "El siniestro Dr. Mortis".

23 de Agosto de 2006 | 14:33 | Por Javier Rojahelis, El Mercurio Online

Viñetas de Máximo Carvajal. (Foto: El Mercurio)
SANTIAGO.- Este lunes 21 dejó de existir Máximo Carvajal, auténtico icono del noveno arte nacional cuya imborrable huella marcó a varias generaciones de dibujantes locales. Entre sus laureles está el haber ayudado en 1955 a la creación de "Ventarrón", la primera revista en Chile exclusivamente dedicada al cómic policial.

Además, fue uno de los responsables de darle su singular estética a la serie "El siniestro Dr. Mortis", la versión en viñetas del popular radioteatro de Juan Marino. Para "Mampato" creó la recordada serie "Dina y Nino en la tierra perdida de Mu", la misma que retomaría a fines de los ochenta al crear la revista de cómic "Cachipún".

Después de mediados del 70, Carvajal, tal como la mayoría de los dibujantes enfrentados a la reducción de la oferta editorial, debe buscar otro medio para mostrar su arte gráfico. Así llega a trabajar a Mundicrom, editorial para la que colaboró en la ilustración de clásicos álbumes como "Historia de Chile", "Historia del hombre" y "Flora y fauna", en ediciones que lograron llegar incluso a Centroamérica y España.

A comienzos de los 90 colabora nuevamente con su colega Themo Lobos en la revista "Pimpín", una suerte de update estilo "Mampato" que no rindió los mismos frutos.

El resto de su trabajo se puede encontrar en una serie de publicaciones que van desde sesenteras series bélicas como "Corresponsales de guerra", pasando por los ochenteros magazines de corte picaresco como "La Papaya" y "El Quirquincho" hasta revistas como "Ácido" y "Bandido", que fueron las encargadas de reconectar a Carvajal con las nuevas generaciones de dibujantes.

Leyenda del Sci Fi

Máximo Carvajal también es largamente reconocido por su aporte a la ciencia ficción, tanto dibujando historietas del género como realizando los guiones de las mismas. De hecho, uno de sus relatos, originalmente publicado en viñetas, fue a parar a la reciente antología de ciencia ficción chilena "Años luz".

En las sesenteras "Rocket" y "Robot", Carvajal sacó varios cómics del género de anticipación. A comienzos de los 70 escribe la serie "Eos errante", que incluye, en una tripulación que viaja al espacio, el personaje de una mapuche que trabaja como telépata.

En los ochenta retoma el tema de la ciencia ficción con "Axo, un viajero espacial", que será reeditada a fines de la misma década en la revista "Ácido". Por esa misma época publica en "Bandido" otra historia futurista con el personaje del detective Black Sloane.

Poco antes de que empiecen los 90, Carvajal vuelve a aparecer publicado en "Asteroide", en donde incluye sus clásicas historias de saltos en el tiempo en las que nazis, vaqueros y alienígenas pueden perfectamente formar parte de una misma realidad.
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