Nemesio Antúnez trabajando en el Taller 99. (Foto: El Mercurio) |
SANTIAGO.- La historia es conocida: en 1956 Nemesio Antúnez creó un taller en torno a una prensa que trajo de París y que instaló en su propia casa de Guardia Vieja 99, con el propósito de difundir el grabado en Chile. La idea era hacer algo parecido al "Atelier 17" que tenía W.S. Hayter en Nueva York, con la intención de abandonar por la vía de lo abstracto el primitivismo y la ilustración de lo popular, como una forma de oponerse a las obras realizadas en la Facultad de Artes de la Universidad de Chile.
Medio siglo después, lo único que se mantiene igual es la vieja máquina que se conserva en un lugar privilegiado en la antigua casona de Melchor Concha y Toro 20, en Bellavista, que actualmente alberga al Taller 99, recordando su primera ubicación.
Es que en 50 años, ocurrieron muchas cosas. El taller adquirió una importancia fundamental en el arte chileno que ni siquiera la muerte de Nemesio Antúnez en 1993 ha podido detener. Por eso razón, los actuales integrantes decidieron celebrar este medio siglo de vida con una muestra que recogiera las distintas épocas del colectivo.
La primera parte de esta exposición se puede visitar desde hoy en la Galería La Sala (Alonso de Córdova 2700). La segunda, y más espectacular, tendrá su sede en el Museo de Bellas Artes (se abrirá al público a partir del 8 de septiembre).
De los casi cien artistas que han pasado por él se podrán ver al menos dos obras: litografías, xilografías, y también calcografías inéditas y algunas pertenecientes al archivo. Además, se podrá ver una selección de grabados de Antúnez, recientemente donados por su viuda Patricia Velasco.
Obra de Gonzalo Cienfuegos. (Foto: Gentileza Taller 99) |
"Es bien particular porque vamos a ver en conjunto el recorrido y la historia del taller, a partir de sus resultados, de su obra. Esto puede ser muy riesgoso, un verdadero desastre, pero a la vez muy interesante", señaló a "El Mercurio" Rafael Munita, quien lleva 18 años haciendo grabado en el taller, por el que también pasaron artistas como Delia del Carril, Roser Bru, Florencia de Amesti, Inge Schoenemann, Luz Donoso Puelma, Ricardo Yrarrázaval y Dinora Doudchitzky.
Actualmente, las enseñanzas de Antúnez siguen presentes en discípulo como Santos Chávez, Eduardo Vilches, Mario Toral, Gonzalo Cienfuegos, Carmen Valbuena o Juan Downey.
Pero con estas muestras no se acabarán los proyectos. El sueño de todos los que trabajan en el taller es hacer un museo del grabado. Sería un lugar donde la gente podría ver arte y al mismo tiempo aprender en directo cómo se producen las obras, porque podrán mirar a los artistas mientras trabajan.
