Marcelo Contreras
Sonaban los Sex Pistols a la espera de Yellow Card, la banda estelar del festival Hit Me! que se celebró anoche en el Arena Santiago. La voz de Johnny Rotten era la de un extraño para los cuatro mil adolescentes del público. Ahora las consignas poco importan. Por eso, lejos los principales damnificados de la jornada fueron los argentinos de El Otro Yo. En una línea, indiferencia total para los más veteranos del cartel y sus proclamas latinoamericanistas y antisistema.
Panorama contrario para los nacionales Gufi y Tronic. Gufi, un proyecto que lleva varios años apostando por canciones en spanglish y divagaciones masturbatorias como inspiración, logró agitar el ánimo de la audiencia al final de su set. Tronic, que tampoco anda muy lejos de las motivaciones profundamente adolescentes de Gufi, impuso energía y competencia instrumental, inspirada sin disimulo en los disueltos Blink 182.
Con Yellow Card al fin el Arena se levantó. Su extraña mezcla de guitarras punketas, pop y un violín, agitó cabezas. Y no más. Con 30 años, el punk es una fiera domesticada y con hijos que sólo quieren divertirse.