Con el tributo a Gladys Marín
Mil voces Gladys resurge el sello que grabó a Víctor Jara, Inti-Illimani, Quilapayún, los Blops y decenas de otros artistas entre 1968 y 1973. Hoy tendrá un nuevo catálogo.
David Ponce
Ayer y hoy: Isabel Parra, una de las cantantes esenciales en la historia del sello Dicap, figura también en el disco de tributo a Gladys Marín (foto: Gastón Acuña). |
El pintor José Balmes ha estado trabajando en estos días en una palabra para una de sus recientes obras. Dicap. No es una palabra nueva. Significa Discoteca del Cantar Popular y es el nombre del sello discográfico que entre 1968 y 1973 encarnó con mayor énfasis el espíritu del movimiento de la Nueva Canción Chilena. Balmes trabaja en el diseño del nuevo logotipo para el sello, que a partir de ahora se integra al original del diseñador Vicho Larrea, un característico pajarillo posado sobre una pauta musical.
De ese modo se entrelazan la historia y el presente. Después de décadas de pausa, el sello Dicap ha reaparecido este año en Chile, y no sólo como una pieza histórica, sino con planes de grabar discos nuevos. El primer paso será dado la próxima semana, el miércoles 4 de octubre, con el lanzamiento del disco inaugural de esta segunda vida de la casa grabadora:
Mil voces Gladys, un disco de tributo a la fallecida dirigenta comunista Gladys Marín del que participaron más de quince músicos, chilenos y extranjeros, desde cantantes locales como Jeannette Pualuan hasta consagrados mundiales como Silvio Rodríguez.
Diecisiete voces para Gladys
A cargo de Dicap desde ahora en adelante está un nuevo equipo, formado por Pablo Teillier, director ejecutivo, Jorge Varas, director artístico, y Alejandro Orellana, gerente general. De 28, 31 y 44 años respectivamente, han establecido un lazo con la historia del sello, pero sobre todo trabajan con miras a generar un nuevo catálogo.
"Nos contactamos con la Fundación Gladys Marín para hacer este disco, y vimos que la mejor plataforma era el sello Dicap. Caía de cajón", recuerda Teillier, acerca del nuevo debut del sello, que arranca así desde el primer minuto con una producción internacional: en
Mil voces Gladys confluyen músicos y grupos de Chile, Argentina, Venezuela, Cuba y España.
El disco tiene tres canciones inéditas, de
Isabel Parra ("Versos para Gladys", grabada en Milán hacia 1974 para el LP
Vientos del pueblo), de la cantante
Jeannette Pualuan y de
La Sonora de Tommy Rey. Además, entre las canciones ya editadas, contiene nueva trova cubana con
Silvio Rodríguez ("Yo te quiero libre") y
Pablo Milanés con Soledad Bravo ("De qué callada manera"), y canción de autor argentina y española con
Pedro Aznar ("… de papel") e
Ismael Serrano ("Vine del norte").
Entre los músicos chilenos hay protagonistas centrales de la Nueva Canción Chilena y el Canto Nuevo en
Inti-Illimani Histórico ("Tatati"),
Illapu ("Plegaria"), la formación de
Quilapayún que lidera Eduardo Carrasco ("Mi patria") y
Schwenke & Nilo ("Te vengo a decir"); además de iniciadores de la fusión chilena como
Congreso y
Joe Vasconcellos ("Un minuto de emoción") y los grupos de pop y rock latino más recientes
Lucybell ("Arauco tiene una pena"),
Saiko ("Lo que mereces") y
Cholomandinga ("Afrolatino").
"Todos tuvieron la libertad de elegir. Siempre la primera prioridad la tuvo la banda”, explica el director artístico, Jorge Varas, respecto de la elección de las canciones. Y tampoco hubo una sola línea en cuanto a la generación de los músicos invitados. "Algunos artistas estaban cantados, pero también hay grupos más nuevos, como Saiko, Lucybell y Cholomandinga, que tuvieron una inmediata reacción positiva a trabajar en el disco", explica Teillier.
Discoteca popular de ayer y de hoy
En su primera época, la Discoteca del Cantar Popular era un sello único, en medio de las disqueras comerciales extranjeras y chilenas activas en el país, y comprometido, a partir del hecho de que fue fundado por las Juventudes Comunistas en 1968. Hoy reaparece entre la diversidad de sellos disqueros independientes que funcionan en Chile, y se muestra igual de comprometido.
"La Dicap hoy no cambia mucho. Era parte de una corriente en la música, el teatro, el cine, la gráfica, que era ponerse contra la corriente. Hoy el objetivo es buscar esa creación en la música alternativa de nuestros días", compara Alejandro Orellana, y Teillier coincide. "Se trata de buscar otras formas de difusión para hacer llegar esta música, por ejemplo en vivo, donde se da un contacto muy especial".
"Y al mismo tiempo también es la continuidad de una historia. Dicap entre el 68 y el 73 fue un gran protagonista de la música en Chile, y volver es una cuestión de respeto por la memoria. Es el sello que grabó a Víctor Jara, a Quilapayún, a Inti-Illimani, y hay una coherencia estética que mantener", agrega Jorge Varas. De hecho el equipo tomó contacto con gestores originales del sello, como el productor Raúl Gómez, y sus planes incluyen reediciones seleccionadas del catálogo histórico: discos de Benny Moré, Pablo Neruda y el clásico LP
Chile en cuatro cuerdas, de Gastón Soublette.
"No vamos a editar artistas que ya estén en otras compañías, como Víctor Jara o Inti-Illimani", precisa Varas. Cuatro serán las líneas principales de trabajo de la nueva Dicap: la aludida "serie de la memoria" para el catálogo previo, una de ediciones internacionales, una de música de concierto para la que está prevista la edición de un disco chileno de música colonial, y un catálogo nuevo, propio, iniciado el 2006.
Mil voces Gladys es el primero de esa lista, y ya hay dos futuras ediciones definidas: el primer disco del grupo de
nü jazz Alüzinati y el nuevo disco del combo de ritmos latinos y rock Cholomandinga. "Y vamos a luchar por un precio justo", concluye Jorge Varas. "Dicap significa Discoteca del Cantar Popular, desde el nombre hay un imperativo de hacer más accesibles los discos al público".