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Estudiantes de Harvard entregan descabellados Premios Anti-Nobel

Entregados por ganadores de la versión "verdadera", los galardones son una tradición en esa casa de estudios, que este año volvió a distinguir a los más inútiles aportes científicos.

06 de Octubre de 2006 | 18:09 | AFP

CAMBRIDGE.— Un repelente sonoro para adolescentes, o un masaje rectal para interrumpir el hipo, fueron algunas de las iniciativas galardonadas en la Universidad de Harvard con los premios "Anti-Nobel", que todos los años entrega dicha casa de estudios en forma paralela a los laureles suecos.


Los nombres de los distinguidos con el galardón, que busca ser una alternativa irónica a su formal inspirador escandinavo, fueron anunciados por ganadores de los verdaderos  premios Nobel, en una ceremonia que duró dos horas y en la que los científicos estallaron en carcajadas con bromas que sólo una audiencia confirmada por pares podría entender.


Otros galardonados fueron Ivan Schwab y Philip May, de la Universidad de California, en la categoría de ornitología, por su trabajo sobre la habilidad del pájaro carpintero para evitar dañarse la cabeza.


Wasmia Al-Houty, de la Universidad de Kuwait, y Faten Al-Mussalam, de la autoridad pública ambiental kuwaití, se llevaron el premio de nutrición por demostrar que los escarabajos coprófagos, que se alimentan de estiércol, son mañosos a la hora de comer.


Por motivos familiares no pudo asisitir Howard Stapleton, de Merthyr Tydfil (Gales), a quien se le otorgó el premio a la paz por inventar un repelente electromecánico de adolescentes. El artefacto hace un irritante ruido diseñado para ser audible por los  adolescentes pero no por adultos. Stapleton utilizó la misma tecnología para crear ringtones que pueden ser escuchados por los jóvenes, pero no por sus maestros.


Los estadounidenses Lynn Halpern, Randolph Blake y James Hillenbrand, recibieron el premio acústico al descubrir por qué a las personas les disgusta el sonido de las uñas arañando un pizarrón. Los galardonados comprobaron su tesis recreando el molesto ruido.


En matemáticas, en tanto, fueron distinguidos dos investigadores australianos que calcularon cuántas fotos hay que sacar para asegurarse que nadie salga con los ojos cerrados en una foto grupal.


Francis Fesmire, de la Universidad de Tennessee, saludó con un guante de goma en la mano al aceptar el premio de medicina, el que se adjudicó gracias a su informe "Interrupción del hipo con un masaje rectal dactilar".


Por otra parte, el galardón de física fue para Basile Audoly y Sebastien Neukirch, de la Universidad de París, por su estudio sobre por qué los espaguetis secos tienden a quebrarse en más de dos pedazos, mientras que un grupo de científicos de la Universidad de Valencia y de Islas Baleares, en España, recibieron el premio de química por su estudio "Velocidad ultrasónica en el queso cheddar afectada por la temperatura".


También especializado en queso, Bart Knols, de la Universidad Agrícola de Wageningen en Holanda, ganó el premio de biología por mostrar que el mosquito Anofeles femenino, que transmite la malaria, se ve tan atraído por queso limburger como por pies humanos.


Las nuevas normas de seguridad de la ceremonia intentaron poner freno a la tradición de lanzar avioncitos de papel, algo que no fue permitido por la audiencia, que igualmente los lanzó hacia el estrado durante toda la noche, donde el físico de Harvard Roy Glauber los barrió diligentemente, tal como lo ha hecho en los últimos diez años. El científico insistió en cumplir con este rol, pese a haber sido laureado con el premio Nobel de Física el año pasado.

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