BERLÍN.- El escritor alemán Gúnter Grass presentó hoy una demanda por la vía de urgencia contra el diario "Frankfurter Allgemeine" ("Faz") por la publicación de dos antiguas cartas en que aconsejaba a un ministro socialdemócrata revelar su pasado nazi.
El diario publicó esas misivas, dirigidas en 1969 y 1970 al por entonces ministro de Economía y Finanzas Karl Schiller, en pleno debate por la confesión tardía de Grass de que en su juventud estuvo en las Waffen-SS. Grass considera que su publicación vulnera sus derechos de propiedad intelectual, puesto que son personales.
El Premio Nobel de Literatura 1999 anunció la semana pasada su propósito de recurrir a los tribunales y expresó además su malestar por la dimensión que dio en su día "Faz" a la entrevista en que hablaba de su pasado en las Waffen-SS.
Grass considera que ese diario sacó la cuestión de quicio, al anunciar como "confesión" un dato biográfico, del que hablaba en su autobiografía "Beim Hauten der Zwiebel" ("Pelando la cebolla").
El escritor acusó al diario, arquetipo de la prensa seria alemana, de utilizar métodos sensacionalistas y dijo que consideraba lo sucedido como una violación de su derecho a la privacidad. El detonante del contencioso entre Grass y la "FAZ" fue la entrevista publicada por el diario, a mediados de agosto, en que el escritor comentaba esa parte de su próximo libro.
El rotativo lanzó el día antes de la publicación de la larga entrevista en un avance editorial, en que anunciaba tal "confesión", lo que desató un gran revuelo mediático.
De la revelación se pasó al escándalo y de ahí al debate nacional sobre por qué el autor, considerado "autoridad moral" del país, había tardado décadas en hablar de eso, cuando llevaba media vida marcando pautas de comportamiento ético.
En medio de la polémica, que aceleró incluso el lanzamiento del libro vista la dimensión de la materia, "FAZ" publicó esas dos cartas. En ellas Grass recomendaba a Schiller, ministro de Economía durante la gran coalición presidida por Kurt Kiesinger y durante los gobiernos socialdemócratas de Willy Brandt y Helmut Schmidt, hablar públicamente de su pasado nazi.
Grass, que como ahora se ha revelado ha necesitado décadas para hacer su propia confesión, le argumentaba entonces a Schiller que hablar de eso sería una "tormenta purificadora" para Alemania. El editor de "Faz", Frank Schirrmacher, salió al paso de esas acusaciones en el semanario "Der Spiegel" y explicó que cada palabra de la entrevista publicada por ese diario con la "confesión" de Grass había sido previamente autorizada por el autor.
"Da igual cómo se sienta ahora Grass. Debe entender de una vez que no fue Faz quien le forzó a ingresar en las SS, ni fue la Faz quien le impulsó a callarlo durante décadas", afirmó Schirrmacher. "En nuestra entrevista dice que quiere romper su silencio, que quería sacarse este peso de encima. Fue él mismo quien alivió así, dramáticamente, su consciencia", responde el editor en "Spiegel".
Respecto a la publicación de esas cartas, Schirrmacher argumentaba que éstas eran públicas, en tanto que parte de una tesis doctoral conservada en archivos.