Lee aquí el comentario del disco Cê
El músico bahiano acaba de lanzar Cê, su primer disco en seis años que incluye sólo canciones de su autoría. Aquí explica las razones de su apuesta rock y punk.
Maureen Lennon Zaninovic
"Hace poco terminé de leer la Biblia, pero como si se tratara de una novela. Descubrí cosas terribles, también otras maravillosas".(foto: Chema Moya, EFE). |
Por estos días, la imagen de Caetano Veloso invade las principales ciudades de su país, promocionando su más reciente producción discográfica,
Cê.
El álbum ha generado una inusitada expectación periodística mundial, porque hace seis años que el artista bahiano no producía un disco con creaciones inéditas. La banda que acompaña a Caetano en el álbum está formada por Pedro Sá (guitarra), Ricardo Días Gomes (bajo) y Marcelo Callado (batería), tres jóvenes músicos brasileños que le inyectan energía a las doce composiciones de esta placa. El disco cuenta con la producción del mismo Pedro Sá y de Moreno Veloso, hijo del cantante bahiano y también músico y compositor.
El fundador del movimiento del Tropicalismo (la respuesta artística de Brasil a los bullentes años ‘60), demuestra en Cê (abreviación portuguesa del término voce) que se encuentra en plena forma y que es capaz de sorprender a todos sus fanáticos apostando por el rock y el punk, con una propuesta más cercana a quienes gustan de Gorillaz, Sex Pistols o Pixies.
Desde su estudio de grabación, en Río de Janeiro, Veloso explica que "escribí las canciones pensando en una formación básica de bajo, guitarra y batería. El guitarrista (Pedro Sá) es mi amigo y también amigo de mi hijo. Prácticamente creció en mi casa , porque estudiaba en la misma escuela de Moreno, aquí en Río. Trabajamos juntos en los discos
Noites do norte (2001) y en
A foreign sound (2004), así que mi último álbum fue como grabar en familia".
Continuidad flagrante
-¿Cê es una respuesta a A foreign sound?
"No lo veo como una reacción, sino que en muchos aspectos es una continuidad flagrante. Con Pedro Sá, en
Noites do Norte hicimos cosas semejantes, como el tema ‘Rock n’ raul’. También están ‘Nature boy'''''''' o ‘Come as you are’, que aparecieron en mi disco
A foreign sound. Desde 1966, la historia del rock siempre ha estado presente en mi vida. Ha estado ahí todo el tiempo, lo que pasa es que por primera vez siento que compuse un álbum con una unidad de sonido y concepción".
-¿Este disco está marcado sentimentalmente por su separación matrimonial con Paula Lavigne, madre de sus dos hijos menores, Zeca y Tom?
"En cierta medida sí, pero la separación se produjo después. Los planes de hacer un disco de esta forma, con una banda pequeña, con un sonido más crudo, es un proyecto anterior al acontecimiento de la separación; pero claro, hay canciones como ‘No me arrependo’ o ‘Minhas lágrimas’, que son muy autobiográficas y están dedicadas a ella, porque nacen de sentimientos reales, muy conectados con nuestra ruptura. Los otros temas, si bien presentan imágenes de peleas, penas o rabia, no nacieron de esta experiencia puntual de mi vida".
-¿Cómo conviven Pixies, con Sex Pistols o Gorillaz?
"Puede parecer extraño (risas). Lo que pasa es que hace un tiempo Pedro Sá me presentó un disco de Pixies, grabado en la BBC y me quedó en la cabeza como un ejemplo de música concentrada, directa, cruda, esencial y bella. El primer álbum de Sex Pistols también me pareció crudo y concentrado, y con respecto a Gorillaz, me gustó la idea de formar una banda ficticia, donde mi nombre no apareciera, como si se tratara de una broma, pero finalmente opté por un disco de Caetano.
Cê, en todo caso, no es un álbum enteramente de rock, está contaminado con este gusto, pero esta banda no es homogénea, con músicos de la misma edad o que trabajamos juntos hace ya un buen tiempo. Soy un viejo compositor y cantante; viejo, verdad, que trabaja con un amigo de 34 años, el que invitó a otros chicos más jóvenes aún".
"Paul (McCartney) es grandísimo y sigue siendo para mí una persona muy amada en la música".(foto: Reuters). |
-Y usted tiene la misma edad de Paul McCartney, como la canción "When I’m 64"...
"Paul es grandísimo y sigue siendo para mí una persona muy amada en la música. Esa canción en mi juventud fue muy divertida y melancólica, y ahora lo sigue siendo de una manera diferente. Con Paul compartimos esa edad, pero no somos esos viejitos convencionales del que habla el tema, todavía somos artistas activos, al igual que otros de mis amigos, que son muchos porque mi generación fue muy fructífera".
"Sé, eso sí, que estoy viejo, porque a veces me siento bien y otras no tanto. El paso del tiempo contribuye para que las cosas malas y buenas se organicen y reorganicen en cada período de manera diferente. Eso no quiere decir que necesariamente un hombre sea menos feliz o sienta menos placer con su cuerpo o con su existencia a los 70, que a los 23, pero es indudable que la vejez trae desventajas y disminuye la posibilidad de vigor o alegría. Tampoco se puede generalizar y decir que sea una experiencia de infelicidad estar viejo. Yo me siento todavía un hombre que sale, que hace cosas. Vivo solo, me organizo, salgo con mis amigos, voy a ver a mis ex mujeres, a mis hijos y a los que son más pequeños trato de ayudarlos en las tareas de la escuela. Son maravillosos. Soy muy fuertemente padre, es algo que me encanta. Adoro a mis hijos. Ahora tengo una nieta de seis meses (Rosa). Es la primera e incluí una foto de ella en el disco. Es muy linda".
-Parte de la crítica que se le hizo al Tropicalismo fue su cercanía a la música de Estados Unidos.
"Nos criticaron, agredieron y silbaron mucho. Fue una situación muy violenta. En aquel entonces, la exigencia crítica era que fuéramos nacionalistas de izquierda (risas) y musicalmente que tuviéramos armonías complicadas propias del jazz moderno, una combinación de cool jazz con nacionalismo. No deja de ser curioso, porque en Europa cuando se refieren al nacionalismo lo vinculan a la derecha o a los nazis, no a la izquierda. Nos miraban como traidores a la causa. Nuestros críticos veían en el rock una forma primaria y comercial, no se daban cuenta de la importancia y de la energía histórica que estaba contenida en esta forma de música. A Bob Dylan, cuando incluyó en sus composiciones sonidos rockeros, también lo atacaron en Estados Unidos, igual a lo que pasó con nosotros en Brasil. Hoy ocurre un fenómeno muy distinto y curioso. El rock, que era considerado basura cuando yo lo defendía en los ’60, pasó a ser la cosa más
chic. Siento que hay un esnobismo en el mundo de los rockeros. La gente del rock tiene una idea de autenticidad, de pureza que es peor que la gente del samba".
Aprender a decir orgasmo
-En ‘Porque?’ repite una misma palabra (‘estou-me a vir’), ¿a qué se debe esta suerte de obsesión lingüística?
"Este tema está cantado y escrito en portugués. Lo compuse porque me parece muy bonito cómo los portugueses se refieren a la experiencia del orgasmo. Usan el verbo venir, en su forma pronominal o reflexiva, como si dijeran venirse. En Brasil, para referirnos al orgasmo hablamos de gozar, que al igual que el verbo venirse tiene que ver con algo que está dentro de la experiencia, es como el disfrute de aquel que siente, mientras se lo siente. Me pareció tan bonito que los brasileños aprendieran este verbo y por eso lo llevé como una reiteración a esta canción".
-En ‘O herói’ cuenta la historia de un militante racial que tiene un ojo en la Biblia y otra en la pistola...
"Es una canción un poco complicada, porque tiene una doble ironía. Lo que hice fue unir dos mitos de Brasil: la democracia racial y el hombre cordial. Hay personas que conozco que se parecen a este personaje, porque están en un estadio intermedio de la imitación del modelo americano y, por otro lado, casi tienen colgado este estereotipo del hombre cordial que defiende la democracia racial. Creo que hay una originalidad en Brasil que no podemos tirar para afuera. Mi país tiene algo mucho más valioso que imitar los modelos estadounidenses. Cuidar que no haya discriminación es un tesoro único".
-Con tanta entrevista, ¿hay tiempo para leer?
"Leo mucho y desordenadamente. Hace poco estaba en España y en un hotel leí una edición de ‘El Quijote’. Es una delicia poder leerlo en español y despacio, mientras disfruto una novela inglesa llamada ‘Politica’, de Adam Thirlwell, un autor muy joven. Es un libro bonito y curioso. Hace poco terminé de leer la Biblia, pero como si se tratara de una novela. Descubrí cosas terribles y otras maravillosas. Me asombraron pasajes de Éxodo y de Jueces, algunas situaciones terribles de injusticia y crueldad, pero escritas por mucha fuerza".