SANTIAGO.- “High School Musical” se ha ganado con justicia el cartel de "fenómeno". Altos ratings, millonarias ventas de su disco y una creciente legión de fanáticos alrededor del mundo, son sólo parte del fanatismo que ha generado.
Una auspicioso futuro con el que pocos soñaban el 20 de enero de este año, cuando debutó en Disney Channel.
Este musical fue visto por casi 8 millones de personas en su estreno y sus repeticiones han aumentado su público a más de 37 millones. A eso debe sumarse los logros que ha conseguido su banda sonora, que ha sido dos veces número uno del ranking elaborado por Billboard desde que salió al mercado.
La historia de Troy y Gabriella es simple: él es el capitán del equipo de basketball y señor popularidad dentro de su colegio, ella es el prototipo del bajo perfil y símbolo de los mateos, pero la originalidad del guión los junta en una fiesta de año nuevo y logra que descubran una pasión mutua: la música.
Luego de su primer encuentro deben separarse, pero el destino los junta en el colegio del galán y les despeja el camino para un musical reencuentro.
Este producto de la factoría Disney es dirigido por Kenny Ortega, un coreógrafo que ya conoció el éxito en 1987 con “Dirty Dancing”, cuando logró que Patrick Swayze y Jennifer Grey encendieran la pantalla con sus sensuales coreografías.
En Chile debuta este viernes por Canal 13, a las 22:00 horas, precedida del éxito que consiguió el disco con sus canciones, que encabezó el listado de los discos más vendidos de la Feria del Disco luego de su lanzamiento y obtuvo disco de oro con más de 10 mil discos vendidos.
Una tradición melódica
El minuto de fama que está viviendo el musical de Disney puede parecer sorpresivo, pero la producción sólo escribe un capítulo más en la glamorosa historia de un género cinematográfico que ha inscrito varios “pasos” en la historia del cine mundial, a través de musicales o de historias donde la trama se mueve al son de contagiosas melodías.
La “coreografía” puede comenzar con algunos clásicos como “El mago de Oz” (1939), la producción dirigida por Victor Fleming que transformó a Judy Garland en miembro del selecto club de grandes divas del cine.
Doroty y sus amigos transformaron su afinada aventura en un modelo que aún inspira imitaciones, parodias y homenajes.
En el grupo de los clásicos tampoco se puede dejar fuera a “Bailando bajo la lluvia” (1952), la obra de Gene Kelly y Stanley Donen que se ha ganado un puesto en todas las antologías relacionadas con el cine.
En 1961, Natalie Wood y “Amor sin barreras” le dieron a los musicales uno de sus momentos de mayor gloria al ganar 10 premios Oscar, incluido obviamente el de mejor película.
La inspiración de la trágica historia de amor de Tony y María, quienes por pertenecer a distintas pandillas no podían estar juntos estuvo, obviamente, en Shakespeare y “Romeo y Julieta”.
John Travolta sería un actor más del montón si no fuera por “Grease” o el furor que causaron los pasos de onda disco que popularizó con Tony Manero.
Sus coreografías con Olivia Newton John en “Grease” incluso pueden ser una de las inspiraciones que tuvieron los realizadores de “High School Musical” para llevar adelante este proyecto, porque las similitudes son evidentes: Las dos se desarrollan en un colegio, ambas parejas de protagonistas representan a polos opuestos, etc.
Manero es otra historia. Travolta lo interpretó por primera vez en 1977 para “Fiebre de sábado por la noche” y luego volvió a la pista de baile para “Staying alive” en 1983, donde retomaba el personaje. Su interpretación lo transformó en uno de los símbolos de la onda disco y en recuerdo inevitable cuando se habla de aquella época.
Kevin Bacon es un actor medianamente conocido a nivel masivo, pero un rostro habitual en papeles secundarios para los más cinéfilos.
Uno de sus créditos es “Footloose”, un largometraje del año 1984, cuando se carrera comenzaba, en la que demostró sus habilidades como bailarín al interpretar a Ren McCormick, un joven que se revelaba contra los conservadores habitantes de un pueblo a través de la música y el baile.
Jennifer Beals tuvo su minuto de fama en 1984, cuando se puso las calzas para interpretar a Alex, la protagonista de la recordada “Flashdance”.
Su esforzada lucha, con dos trabajos incluidos, por ser aceptada en una escuela de ballet, al ritmo de intensas coreografías a convirtieron en una figura a principios de los ’80.
Liza Minnelli se ganó su lugar en este recuento en 1972, apoyada por los 8 Oscar que ganó “Cabaet”, incluido uno para ella, por la historia ambientada en 1930, donde las pasiones prohibidas del trío de protagonistas y la guerra se fundieron con las coreografías y la banda sonora escogida por el director Bob Fosse.
La sensual Catherine Zeta Jones protagonizó el momento más exitoso de su carrera, hasta ahora, con su participación en “Chicago”, un trabajo inspirado en una obra que Foose creó para Broadway y fue dirigida por Rob Marshall.
La historia de las convictas le dio un nuevo aire a los musicales, ganando 6 premios Oscar, tres Globos de Oro y varios reconocimientos más.
Nicole Kidman también se dejó seducir por el ritmo y las coreografías, pero en su caso fueron las de “Moulin Rouge”, la producción ambientada en París que tuvo a Ewan McGregor como su galán.
A Troy lo interpreta Zac Efran, un joven que había tenido apariciones en series de televisión como E.R. o C.S.I. Miami y roles menores en algunas películas.
La más conocida del elenco juvenil es Vanesa Anne Hudgens. La encargada de dar vida a Gabriella había aparecido en el drama juvenil “A los trece”, junto a otra promisoria estrella de Hollywood, Evan Rachel Wood, y en la adaptación para la pantalla grande de un clásico de la pantalla chica: “Los Thunderbirds”.