"El Buen Samaritano" forma parte de los doce supuestos Rembrandt en la Wallace Collection, de Londres, legados todos ellos por la aristócrata lady Wallace en el siglo XIX.
www.allposters.esLONDRES.- El director del museo Ashmolean, de Oxford, Christopher Brown, considera que cuatro obras consideradas hasta ahora por la crítica como copias de Rembrandt son en realidad originales, según la revista de bellas artes "Apollo".
Una de ellas, titulada "El Buen Samaritano" (1633), fue descartada como salida directamente de los pinceles del artista holandés por el "Rembrandt Research Project" (RPP), que lleva desde los años sesenta clasificando sus creaciones.
El RPP se basó para ese dictamen en "la débil ejecución y la inseguridad de los detalles arquitectónicos, que hacen que la pintura deba considerarse como una vieja copia de un original".
Sin embargo, después de que los restauradores eliminasen una capa de barniz descolorida, se descubrió un tratamiento fluido del tema y una paleta muy consistente con un determinado período de la obra de Rembrandt.
Asimismo apareció el monograma RHL (Rembrandt, hijo de Harmen, de Leiden".
"El Buen Samaritano" forma parte de los doce supuestos Rembrandt en la Wallace Collection, de Londres, legados todos ellos por la aristócrata lady Wallace en el siglo XIX.
En 1992 se organizó una exposición en el museo, cuyo comisario, John Ingamells, llegó a la conclusión de que sólo uno de esos doce Rembrandt era auténtico, siete podían considerarse como de su taller y pintados bajo su dirección y otros dos, obra de dos de sus primeros discípulos: Flinck y Backer.
El director del museo Ashmolean coincide con Ingamells en que el retrato del hijo de Rembrandt, Titus, es un cuadro "en el estilo de Rembrandt".
Christpher Brown atribuye directamente al maestro su "Autorretrato con gorra negra", que el Rembrandt Research Project no quiso autentificar en 1989.
Brown considera también obra de Rembrandt los retratos titulados "Jean Pellicorne y su hijo Casper" y "Susanna van Collen y su hija Anna", atribuidos hasta ahora a un discípulo desconocido.
El problema con la atribución de las obras de Rembrandt es que ese pintor, del que este año se cumple el 400 aniversario, fue muy tolerante de los imitadores entre sus discípulos e incluso vendió algunas de esas copias como autorizadas por él.