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Música desde los cuatro vientos

07 de Diciembre de 2006 | 00:00 |
El pianista británico reordena sus fichas, acredita solistas y monta una de las experiencias más interesantes en el jazz chileno contemporáneo junto con el Ensamble Quintessence. “Un septeto da la posibilidad de tener más variedad que un clásico trío o quinteto de jazz, pero al mismo tiempo es mucho menor que una orquesta y eso permite depender muchísimo de la improvisación”. Y de discursos improvisacionales, Joseph sabe. Probablemente más que nadie en este medio.

Iñigo Díaz



Martin Joseph y parte de su línea de ataque de vientos: Jordán, Prieto y Moya. (foto: El Mercurio).
Martin Joseph es un músico itinerante. Nació en Inglaterra y ahí conoció al saxofonista Evan Parker, primera marcha de la improvisación libre europea. Vivió en Italia y tocó mucho con el flautista avant-garde Eugenio Colombo. Pasó por Bolivia y fundó el La Paz Jazz Ensemble, un septeto configurado por trío rítmico más línea de vientos. Hoy, en Santiago de Chile, mostrará un proyecto de características similares. Lo que él llama, en un inglés elegante, “talking horns”. O sea, “vientos parlantes”.

“Es el protagonismo que van tomando dentro de un grupo las voces solistas de un saxofón alto o uno tenor, de una trompeta o un trombón. Todos también están muy conectados en la improvisación colectiva y pueden generar una única voz”, explica Joseph.


Obras con dedicatoria

Su experiencia en Bolivia desembocó en composiciones para septeto como “For Mr. Shoenberg” y “For Mr. Coltrane”, que fueron editadas en el álbum Mystery box (1997): “La primera tenía que ver con una idea sobre el método dodecafónico de Arnold Schoenberg. La segunda sobre el tratamiento modal de la música, bastante típico en John Coltrane, donde se contrasta la oración reflexiva con la danza de celebración”.

De ellas, este jueves en el Goethe Institut (ver detalles al final de la nota), el nuevo septeto de Joseph, llamado Pacific Ensemble, interpretará “For Mr. Schoenberg”. Pero además tocará una nueva pieza de su autoría con dedicatoria: “For Buhaina”. “Pensaba que ésta sería una pieza que le hubiera gustado tocar a Art Blakey y por eso la llamé así”, dice.

Art Blakey (rebautizado al islam como Abdullah Ibn Buhaina) es uno de los más importantes bateristas de la última etapa del bebop de los años ’40 y con seguridad el más influyente entre la generación del hard bop de los años ’50, a través de su grupo The Jazz Messengers. “Pensé en la música que componía opara ese grupo uno de sus saxofonistas tenor, Benny Golson, que contrastaba atmósferas dramáticas con otras muy melódicas”.

De atrás para adelante, el Pacific Ensemble lo integran el baterista Andy Baeza, el contrabajista Pablo Menares y el pianista Martin Joseph. Son la sección rítmica. Al frente están Edén Carrasco (saxo alto), Agustín Moya (saxo tenor), Sebastián Jordán (trompeta) y Jorge Prieto (trombón). De estos cuatro, dos vienen de la Conchalí Big Band (Moya y Prieto) y tres tocan además en el Ensamble Quintessence (Jordán, Moya y Prieto). Son músicos que conocen la sintonía del bloque, el ensamble y la lectura de obras.

-¿El Pacific Ensemble es un grupo de jazz o uno de improvisación?
“Hay conexiones. Obviamente tiene una estructura de conjunto de jazz, con sección rítmica y solistas, pero no siempre se toca sobre acordes. Es un proyecto muy cercano a mi corazón, porque uno puede hacer mucho desde el punto de vista composicional con cuatro voces. Mucho más que con un quinteto de jazz. Y como es menor que una big band puedes depender muchísimo de la improvisación”.

-¿La improvisación es definitoria?
“Una de las cosas fascinantes de un proyecto así es la relación que se establece entre compositor y los improvisadores. Yo estoy consciente de que escribo música para que la toquen improvisadores”.

-Usted llegó a Chile hace casi diez años, ¿cómo era la música de improvisación entonces?
“Yo creo que existía pero muy a nivel underground. He sabido de músicos como Raúl Díaz (de Payaya, LaKut, Ensamble Majamama y colaborador de Núcleo de Resistencia Estética), que tienen una vida completa haciendo improvisación libre. Ahora se ha logrado mostrar más a través de nuevos músicos jóvenes que se han interesado por este lenguaje. Cuando llegué en 1998 estaba La Marraqueta, que hacían una música chilena actual, pero eso estaba lejos de lo que yo quería. Y también había muchos jazzistas que tocaban a la manera norteamericana, sin proponer cosas”.

-Los músicos que usted escogió para el Pacific Ensemble son todos muy jóvenes
“Veo que ellos están muy abiertos a conocer nuevas propuestas y a experimentar. Los jóvenes están menos divididos en escuelas y estilos. Sebastián (Jordán) o Edén (Carrasco) son músicos muy abiertos a diferentes propuestas. Viniendo desde experiencias tan distintas ponerlos juntos ya es interesante. Son músicos con muchísimo talento pero al mismo tiempo muy modestos. Esos son los que me interesan”.

-Entonces hay integración de corrientes musicales en el Pacific Ensemble
“He estado pensando un poco en esto de la tradición musical del jazz. A menudo veo gente que piensan en una tradición muy selectiva. Y a mí me interesa que en nuestra musica haya ecos de la polifonía que viene de Nueva Orleans, los riff del swing, pero tambien la armonías avanzadas del jazz moderno y también la expresividad de la improvisación libre. He pensado en una frase que escribió Whitney Balliett, un crítico de New Yorker: El jazz como el sonido de la sorpresa”.

Martin Joseph Pacific Ensemble
Jueves 7 de diciembre, 19:30 horas
Goethe Institut (Esmeralda 650)
$3.000 (general), $1.500 (estudiantes y tercera edad).


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