El actor Peter Boyle se hizo famoso con el personaje de Frank Barone en "Everybody Loves Raymond".
AP
NUEVA YORK.- Peter Boyle, reconocido por su diversidad de papeles -desde un monstruo bailarín en "Young Frankenstein" hasta el padre cascarrabias en la serie de televisión "Everybody Loves Raymond"-, murió a los 71 años.
Boyle murió la noche del martes en el Hospital Presbiteriano de Nueva York. Sufrió de mieloma y dolencias cardíacas, dijo su publicista Jennifer Plante.
Boyle adquirió notoriedad en 1974 como un monstruo creado en un laboratorio en la comedia de terror de Mel Brooks. El momento decisivo de la cinta se produjo cuando Gene Wilder, en el papel del científico Frederick Frankenstein, presentó su creación ante un elegante público, que vio a Boyle cantar y bailar el clásico de Irving Berlin "Puttin' On the Ritz".
El filme mostró otro ángulo del actor ganador del premio Emmy, explotado en numerosas películas y más recientemente en "Everybody Loves Raymond”,"en la que por 10 años dio vida al incorregible jefe de familia Frank Barone.
"Es detestable en el buen sentido de la palabra", dijo de su personaje en una entrevista en el 2001. "Es una experiencia muy agradable que esto ocurra en un momento en el que básicamente uno mira hacia atrás y ve cada error que ha cometido en su vida".
Entre sus créditos cinematográficos están "Taxi Driver" (1976), "T.R. Baskin", "F.I.S.T.", "Johnny Dangerously", "Conspiracy: Trial of the Chicago 8", "The Dream Team", "The Santa Claus", "The Santa Claus 2", "While You Were Sleeping" y "Scooby Doo 2: Monsters Unleashed".
Educado en escuelas católicas en Philadelphia, Boyle pasó tres años en un monasterio antes de abandonar sus estudios allí. Fue como "vivir en la Edad Media", dijo una vez de la experiencia.
Viajó a Nueva York para estudiar con Uta Hagen, y durante cinco años se ganó la vida como empleado postal, mesero y maitre, entre otros empleos. Finalmente consiguió un papel con una compañía de teatro rodante en una versión de "The Odd Couple". Al llegar la obra a Chicago, renunció para estudiar improvisación en la reconocida compañía teatral Second City.
A su regreso a la Gran Manzana, trabajó en comerciales de televisión, obras del circuito teatral off-Broadway y finalmente en la gran pantalla.
En 1990, Boyle sufrió un ataque de apoplejía y no pudo hablar por seis meses. En 1999 tuvo un ataque cardíaco en el estudio de "Everybody Loves Raymond", episodio del que se recuperó rápidamente.
Pese a trabajar en diversas producciones de Hollywood, Boyle estableció su hogar en la ciudad de Nueva York. Él y su esposa tuvieron dos hijas, Lucy y Amy.
