EMOLTV

"Así que ahora me voy a emborrachar a fondo"

19 de Diciembre de 2006 | 00:00 |
Su tercer concierto en el año en Chile dará este miércoles 20 de diciembre el andaluz de voz aguardentosa, en la Arena Santiago: "Eso me hace sentir muy agradecido y muy feliz. He normalizado mis relaciones con los chilenos", dice, aunque lo cortés no le quita lo valiente. Si hay un hombre que no se molesta en fingir emoción por el Festival de Viña, ése es Sabina. "No es mi lugar", dice. Y anuncia un regreso para 2007, a dúo con Serrat.

David Ponce


Adiós, Santiago querido: Joaquín Sabina eligió Santiago de Chile para terminar, mañana bajo la cúpula de Arena Santiago, su gira "Carretera y top manta" (foto: Tania Arenas, El Mercurio).
Un sombrero blanco y una botella de vino tinto por toda compañera tiene Joaquín Sabina en la testera de su nuevo encuentro con la prensa santiaguina, un día antes de su próximo concierto en Santiago, que además es el último de su extensa gira "Carretera y top manta".

La de este miércoles 20 de diciembre a las 21 horas en Arena Santiago será su tercera actuación de 2006 en Chile, luego de los dos conciertos que diera en abril de este año en el también capitalino Teatro Caupolicán, con los que por primera vez cantó en un teatro para la audiencia chilena. "Quisiera empezar una relación en la que, cada año que vengo al coño sur maravilloso, pueda pasar por Chile, que es lo que quiero", dice con un guiño frente a la prensa chilena, que lo mismo le va a preguntar por la ropa interior femenina y por la muerte del, textual, "ex dictador, asesino y ladrón Pinochet".

Sobre ese último punto, Sabina se muestra diplomático. "No sé qué contestar, porque estoy de acuerdo con todos los adjetivos que usted ha dicho", responde. "Sin embargo yo vine a esta rueda de prensa sin ganas de decir esos adjetivos calificativos, porque me parece que los chilenos son muy sensibles a todo lo que está pasando y que no les gusta demasiado que venga el gallego con el sombrero a opinar, porque ellos saben muy bien lo que les está pasando. Baste decir que estoy de acuerdo con la pregunta".

–¿Qué importancia tiene volver a Chile?
"Bueno, yo tuve siempre, y lo dije muchas veces, una espinita en el corazón, que tenía que ver con mi querido Chile y con mi biografía. Yo tenía 23 años en el año 73, y en Londres, donde estaba exiliado, y empecé a convivir con chilenos exiliados. Y luego Neruda. Y luego Huidobro. Y luego Enrique Lihn. Y siempre Violeta Parra. Y Nicanor, también (sonríe). Chile siempre ha estado en mi imaginario sentimental. Y yo estaba dolido… ¡no con Chile! ¿Cómo voy a estar dolido con Chile? Pero sí estaba dolido con la intermediación. Yo iba a Argentina todo el tiempo y estábamos al ladito, pero nunca venía a Chile. El concierto de mañana es el tercero que doy en un año aquí. Eso me hace sentir muy agradecido y muy feliz. He normalizado mis relaciones con los chilenos".


Serrat y Sabina: "Que sea juntos y revueltos"


Más ciento cuarenta conciertos dio en su reciente gira internacional el cantante español, que en 2005 publicó su más reciente disco, Alivio de luto (foto: EFE).
–Después de ciento cuarenta conciertos, ¿cómo está tu salud, vas a parar ahora, qué vas a hacer?
"Bueno, durante ciento cuarenta y tantos conciertos no he tenido más que habitaciones de hotel, maravillosos libros y escenarios. Así que ahora me voy a emborrachar a fondo (risas). Voy a recuperar amigos a los que no veo hace año y medio. Y mi salud está al borde del colapso. Pero eso creo que un buen pisco lo arregla".

–Ahora que hablaste de emborracharte y del relajo que viene después de la gira, ¿qué pasa con las mujeres…?
"Eso digo yo: ¿qué pasa con las mujeres? (más risas)".

–Si pudieras escribir una canción a una prenda de vestir femenina, ¿cuál sería y por qué?
"Desde luego serían, no sé cómo se llaman aquí, los portaligas. Ya hice una, a las medias negras. Sería a los portaligas o a los zapatos de tacón. Como todo el mundo, por cierto. No soy nada perverso, eróticamente hablando".

–Se habló de una posible gira con Serrat en el año 2007. ¿Cómo nació esta idea, hay una posibilidad de que venga a Chile?
"Ya creo que no es sólo posible, ya casi empieza a hacer un hecho. Serrat y yo nunca hemos tomado dos guitarras en casa. Siempre hemos ido a lugares donde ha habido un buen vino y una buena comida, y hemos tenidos maravillosas sobremesas, pero nunca hablamos de cantar. Y hace ya un par de años, o tres, empezamos a hablar de qué bien sería estar juntos en un escenario. Nos lo hemos ido creyendo poco a poco y lo vamos a hacer. Y desde luego que vendremos a Chile. Empezaremos en mayo, junio, por España, y luego vendremos aquí, hacia fin de año".

–¿Cómo va a ser el repertorio de esa gira?
"Puedo decir que no queremos que sea ‘Serrat más Sabina’, sino que sea juntos y revueltos. Me temo que tendré que aprender catalán para cantar alguna canción suya, y supongo que él cantará alguna mía. Y seguro que esperamos mostrar algunas canciones nuevas entre ambos, para esa gira y tal vez para un disco. Esto será una especie de culminación de esa amistad. Estamos los dos muy asustaos, porque tenemos los dos unas manías insoportables. Pero como yo me voy a poner a sus órdenes, no habrá ningún problema".


El Festival de Viña: "No es exactamente lo mío"


Sabina el domingo último en la Bombonera: el cantante actuó en Buenos Aires antes de su llegada a Chile (foto: EFE).
–¿Cómo fue tu reencuentro el domingo en La Bombonera (el estadio de Boca Juniors, en Buenos Aires) con Fito Páez?
"Ustedes sois gente de prensa. Todos sabemos lo que pasa en la prensa, ¿no? Uno hace una broma en un bar y sale en titulares. Lo que no sale en titulares es el concierto que uno ha dado y los ciento cuarenta que uno lleva. La broma que salió fue que Fito había dicho que yo era una novia borracha. Luego contesté yo que borracha, de acuerdo, pero que novia, ya quisiera ella (risas). Esas no son más que las tonterías que todos decimos a diario, en la barra de un bar, que no pasan de ahí, pero en el mundo de los medios esas tonterías se agrandan… bueno: yo quise acabar con ellas invitando a Fito a cantar. Le mandé una nota que decía ‘Creo que a mi carrera de novia borracha y a la tuya de puta de provincias les conviene’ (risas). De provincias, porque él es de Rosario. Él estuvo muy generoso, porque vino el día de la tormenta, y se tuvo que ir sin cantar. Fue el Apocalipsis. Yo le eché la culpa, porque claro, la canción que íbamos a cantar se llama ‘Llueve sobre mojado’. Al día siguiente vino ya sin llamarlo yo y lo pasamos muy bien".

–¿Has recibido una invitación para subirte al escenario del Festival de Viña del Mar? ¿Te gustaría dar ahí un concierto?
"A la primera pregunta, no he recibido ninguna invitación. A la segunda, no estoy seguro de que me gustaría".

–¿Por qué?
"Porque estuve una vez en Viña del Mar, entre jurado y cantante, y no es exactamente mi lugar".

–¿Cómo defines cuál es tu lugar?
"Bueno, mis lugares son muchos. Desde un bar de copas, como era La Mandrágora, hasta un teatrito, como son tantos, entre ellos el Gran Rex o el Caupolicán, hasta la Bombonera. Pero no un festival donde priman unas cosas, donde se restan otras, y donde lo mediático se convierte en una especie de circo fashion… no es exactamente lo mío".

–En Chile tus canciones son prácticamente de culto. Ninguna radioemisora las emite. ¿Es posible hacer un esfuerzo para que tu música llegue a más gente?
"Vamos a ver. Yo me quejé de eso, pero éste es el tercer concierto que doy en Chile, poco puedo quejarme este año. Mis canciones por la radio no pasan ni en Chile ni casi en España. Mis canales son otros. Mi maestro Serrat dice que él y yo tenemos una agencia de publicidad que es la mejor del mundo, que se llama boca a boca. O boca a oreja. No estoy en contra de eso que tú llamas culto y que yo llamo la inmensa minoría. No estoy en contra. No me gustaría estar más expuesto. No me gustaría estar más en Viña. Me gusta el rinconcito donde estoy".


Sexo, trova y rock and roll


Joaquín Sabina en el primero de los dos conciertos que dio en abril de este año, en el Teatro Caupolicán (foto: Sergio Riobó, El Mercurio).
–¿Qué opinas del público latinoamericano, y del chileno en particular?
"El público latinoamericano es mucho decir. Quiero decir: en qué se parece el público de México al de Argentina. Es más: en qué se parece el público de Monterrey al de Guanajuato. En muy poco. Lo bueno de Latinoamérica, desde el norte hasta la Tierra del Fuego, es que aquellos cabrones que venían con esas golas de terciopelo matando indios, que trajeron la sífilis, que se llevaron el tabaco, también trajeron una cosa que nos permite estar hablando aquí, que es el idioma. Eso une a todos los países de Latinoamérica. Y pocas cosas más. Cada uno lo habla con un acento distinto y de un modo distinto".

–¿En qué momento hay tiempo para nuevas creaciones, discos, cómo te las arreglas para crear entre gira y gira?
"Bueno, yo escribo mucho más cuando estoy en gira. Es decir, el vértigo, los hoteles, los escenarios, me provocan. Me inspiran más que cuando estoy en casa, sin nada que hacer, y entonces no escribo nada. Así que en esta gira interminable que termina mañana he ido llenando los cajones de servilletas, de notitas, de versitos, de cositas que dentro de un mes, cuando acabe de emborracharme, que es mi primer plan a la vuelta a Madrid, espero que empiecen a dar origen a canciones".

–¿Sientes que tus letras tienen más que ver con el rock que con la trova, como podría ser el caso de Serrat?
"¿Perdón?"

Le repiten la pregunta. "El rock y la droga están ahí", empieza a responder. "Están en cada esquina, en los bares, y yo…"

–Trova. La trova.
"Ah, la trova. Y yo digo la droga (risas)… Mmh. La trova (risas). Recuerdo perfectamente la primera vez que un amigo me puso en su casa en Madrid, debió ser el año ‘76, un disco de Silvio Rodríguez. Me pareció como la primera vez que oí, en el año ‘64, ‘65, un disco de los Beatles. Era algo tan fresco, tan nuevo, un terreno tan no pisado antes, que provocaba tanto. Así que siempre fui fiel a eso. Lo del rock and roll vino por los años de Londres, por los años de okupa, por los años callejeros, por los boliches. Era el ritmo de mi tiempo, ¿no? Pero la verdad es que Silvio y Pablo en esos años me volvieron loco. Y quise tener un pie en eso y otro en el rock and roll. No sé si lo conseguí en algún momento, pero ésa era la intención".

–¿Existe alguna posibilidad de hacer un disco con Silvio Rodríguez?
"Posibilidades, todas. Pero de posibilidades no vive uno. Silvio y yo nos vemos mucho, somos muy amigos, incluso nos escribimos cartas en verso, que saldrán publicadas creo que en unos meses. Pero esas cosas no se improvisan. Van madurando a lo largo de los años. Yo creo que Silvio no me necesita para nada".

–Dos cosas muy concretas. ¿Vas a ver a (la Presidenta) Bachelet? ¿Y vas a pasar las fiestas en Perú o en Madrid?
"La segunda: voy a pasar las fiestas en Madrid con una peruana (risas). La primera: creo que Bachelet está muy ocupada. La última vez que vinimos fue maravillosamente hospitalaria y amable; no seré yo quien le quite su valioso tiempo".

–Joaquín, ¿una estrofa de una canción antes de que te vayas?
"¿Una estrofa? No. Paga la entrada y ven mañana", dice, y se despide con una carcajada.

EL COMENTARISTA OPINA
¿Cómo puedo ser parte del Comentarista Opina?
Recomendados Emol