SANTIAGO.- "Estuve feliz, hubo un montón de gente que llegó a la (pista) Kitsch, que cantaban o gritaban ¡Pablo, Pablo!", cuenta emocionado el otrora "Pablito" Ruiz cuando recuerda su presentación en la Open Blondie, la reciente noche de año nuevo, mientras come sus huevos revueltos con jamón, ya cerca de las doce.
Esa noche, ante unos dos mil asistentes arriba de la pelota, el cantante argentino de “Oh, mamá” dio un nuevo paso en su regreso a los escenarios, de la mano de sus principales aliados a este lado de la cordillera: la comunidad Kitsch y sus singulares fiestas. Aparte de la presentación del 31 en el Hipódromo Chile, Ruiz fue el número estrella de las fiestas que los “kitsch” tuvieron este fin de semana en Arica y Coquimbo. Y aunque muchos de quienes lo ven en vivo lo hacen con una evidente cuota de ironía o morbo, el cantante está satisfecho e ilusionado, tanto como para hacer un contundente presagio: “2007 es mi año”, dice con seguridad.
El anuncio no es tan gratuito. Por las razones que sean, sus actividades han aumentado notablemente. Ahora, de ser un cantante olvidado más, pasó a tener recurrentes presentaciones en Chile, ser uno de los números centrales de las fiestas “Divas y Divos” en Argentina (imagínese al intérprete de “Océano” cantándole a la diversidad sexual) y figurar entre los rostros del próximo estelar de Telefé. Razón tiene, entonces. Le guste a quien le guste, Pablo Ruiz está de vuelta.
Tú construiste tu carrera siendo el niño que cantaba. Habiendo surgido de esa manera, ¿que significó dejar de ser ese niño por un proceso tan normal como es crecer?
- Cuesta un poco sacarse ese fantasma, pero últimamente se está yendo. A todos nos cuesta crecer. Creo que quemé etapas muy rápido como niño. Tenía profesores particulares, iba muy poco a la escuela.
Pero tuviste una fama muy grande a una edad muy corta, y en un momento en que todos ni siquiera pensamos en lo que haremos, tú ya estabas cerrando una etapa. ¿Costó vivir eso?
- Fue lo que me tocó vivir. A todos nos cuesta, en menor o mayor escala. No sé cómo hubiera sido de otra forma. Así viví. A lo mejor añoraba hacer otras cosas, como tener amiguitos, jugar a la pelota, pero también podía hacer lo que quería.
¿Hubo un estilo de vida al que te acostumbraste y que se acabó?
- No, eso estuvo conmigo, porque nunca dejé de ser Pablito Ruiz. Estando bien o mal económicamente, contaba con el plus de ser quien era.
Eso fue mientras firmaba contratos millonarios que lo trasladaban a México, y editaba tres discos que en Sudamérica nadie escuchó; cuando se mudaba a Miami mientras su fama se iba a piso, y las cláusulas contractuales lo obligaban a cantar en bares; cuando se transformaba en carnada para la nueva prensa argentina de farándula, que lo acusaba de travestismo; y ahora, cuando intenta dejar atrás sus viejos hits de la mano del electropop. En definitiva, mientras Pablito dejaba de ser Pablito, y se sumergía en esa interminable metamorfosis que aún no acaba de transformarlo del todo en Pablo.
Icono Kitsch
¿Qué sientes cuando vienes hoy, a los 31 años, a cantar gracias a canciones como “Oh, mamá”?
- Me gusta, porque les hago versiones buenísimas, entonces la gente no tiene idea de qué canción es hasta que empiezo a cantarlas. No las canto a disgusto. Es lo que pide la gente. Esas canciones hicieron que sea recordado hasta el día de hoy, fueron buenas canciones y hoy me dan de comer.
¿Qué te pareció el ofrecimiento de cantar en las fiestas kitsch, que están ligadas a algo más bien lúdico que musical, e incluso al mal gusto?
- Bien. En todo caso, yo creo que lo Kitsch se ha sabido manejar para no ser sólo una moda.
¿Pero no te complica que te asocien con ese concepto?
- No, porque abarca mucho, hay algunas cosas que son tan kitsch que son modernas. No me molesta. Está buena la movida. Y si provoco alegría a alguien, un recuerdo, un flash-back, mejor.
¿Esperas dejar de cantar “Oh, mamá” algún día, o crees que a los 50 la seguirás cantando?
- Ojalá pueda reinventarme, pero Madonna sigue cantando ‘Like a Virgin’. Alguna tendré que cantar, pero a lo mejor ya no va a ser necesario.