La cantante cerró su seguidilla de cinco conciertos en plazas públicas. Sacó el jazz al jardín y regresó a Nueva York entre ovaciones.
El MercurioSANTIAGO.- Gran final para la cantante chilena Claudia Acuña en el cierre de la temporada de jazz al aire libre que ofreció toda esta semana con presentaciones en comunas populosas. El último de sus conciertos se realizó en Conchalí, junto a su banda neoyorquina y la orquesta de jazz Conchalí Big Band, y tuvo todos los ingredientes de una bajada de telón entre aplausos.
Acuña interpretó canciones de sus discos Wind from the south (2000), Rhythm of life (2002), y Luna (2004), y una serie de boleros como por ejemplo "Tú, mi delirio", y canciones chilenas de Violeta Parra ("Volver a los 17") y Víctor Jara ("Te recuerdo Amanda", "El cigarrito") tratadas jazzísticamente.
Fue el último concierto en Chile antes de ingresar al estudio para grabar su cuarto disco, ahora con una nueva casa disquera después de trabajar con Verve y Maxjazz, y para actuar toda esta semana en el club Jazz Standard de Nueva York y luego en el festival de invierno del club el centro cultural de vanguardia Knitting Factory.
Sacar el jazz al jardín
Desde que emigró a Nueva York a fines de 1994 para conocer la ciudad mundial del jazz, la cantante sólo había vuelto a cantar en Chile en conciertos en grandes dimensiones en teatros como el Municipal en dos ocasiones (2004 y 2006) y en el Centro de Eventos San Carlos de Apoquindo (2005). Sólo aparecía entre sus actuaciones una única vez al aire libre y de manera gratuita en el Festival Providencia Jazz de 2003.
Fue justamente esa experiencia en Chile la que llevó a madurar la idea de regresar a escenarios abiertos de plazas y parques a otro público, más allá de sus permanentes apariciones en reductos cerrados como teatros y salas y en el circuito habitual de clubes urbanos.
Hoy en la noche y ante unas mil personas, entre ellas muchas familias, Claudia Acuña lideró el quinto concierto de su temporada en el marco del festival Santiago a Mil, con una presentación en el escenario callejero ubicado en la intersección de las avenidas Independencia y Dorsal.
Acuña de visita, la big band de local
Lo hizo junto a uno de los cuartetos que la respalda en Nueva York, con el que gira por Estados Unidos y con el que actuó en agosto del año pasado en el Teatro Municipal: Jason Lindner (piano), Juancho Herrera (guitarra), Omer Avital (contrabajo) y Clarence Penn (batería).
Pero a ese jazztet, y como ocurrió en el concierto del sábado en Los Domínicos, se unió además la Conchalí Big Band, orquesta formada por adolescentes de entre 12 y 18 años que encabeza el trompetista Gerhard Morninghew desde 1994 y que ha promovido importantes nombres del jazz actual.
Claudia Acuña hizo una primera parte de su show más íntima únicamente utilizando a su agrupación como acompañamiento y donde volvió a revisar el material de sus álbumes. Además abrió el concierto a una segunda parte que tuvo el fondo y filas de vientos (saxofones, trompetas y trombones) de la Conchalí Big Band. La orquesta de la comuna que se llevó también efusivos vítores del público conchalino, que aplaudió orgulloso a los músicos fogueados en sus barrios.
De hecho el público, contrario al de Las Condes, sí reaccionó ante la música. Incluso algunos bailaron al son del jazz dándole una expresión más popular a esta fiesta callejera, especialmente durante los momentos en los que los presentes aplaudían a rabiar a la Conchalí Big Band.
Fue entonces cuando Claudia Acuña debió regresar a algunas antiguas canciones que hacía tiempo no estaba interpretando, como los standards de la era clásica de Ellington, Porter o Gershwin y que corresponden al repertorio swing tradicional de la Conchalí Big Band.
Acuña ya venía con la experiencia de haber actuado en las dos costas norteamericanas junto a grandes agrupaciones como la Jazz at Lincoln Center Orchestra (de Wynton Marsalis), Jazz at Lincoln Center Latin Orchestra (de Arturo O'Farrill), con la Jon Fadis Big Band y con la orquesta de cuerdas heredera de Henry Mancini, aunque aquí confirmó la sorpresa de haber actuado junto a músicos chilenos en formación y una no menor proyección.
Fue el cierre de los conciertos abiertos, gratuitos y populares de Claudia Acuña, la hija de la música chilena más requerida en el extranjero.