Este miércoles comenzará una de las presentaciones más esperadas de la década, un show que promete una larga lista de éxitos, el ensayo de nuevos temas y la posibilidad de observar a la mejor "stadium band" del último tiempo.
Danilo Bustamante
Es cosa de tiempo y tal vez sólo falte un escaso par de años para que se vuelva realidad. Coldplay, hoy por hoy, es la banda más importante nacida en la última década y a pesar de contar sólo con tres discos, su carrera parece destinada a transformarlos en leyenda, en una nueva mega banda, en los herederos de la larga tradición inglesa en cuanto a música se refiere.
Durante los ‘90 el trono estuvo vacío. Pese a que bandas como Oasis, Blur y The Verve insinuaron una carrera que los podría transformar en grandes "stadium band" (banda de estadios), ninguna de ellas pudo dar el gran salto. Sólo Radiohead supo responder a las expectativas en cuanto a calidad y masa de fieles seguidores, aunque ellos escogieron un camino distinto, eligieron automarginarse.
Pero la aparición del cuarteto londinense integrado por Jon Auckland, Gury Barriman, Hill Champion y Chris Martin llegó a refrescar la escena musical de la isla y rápidamente la del mundo entero. Las razones para ese fenómeno son muchas y variadas: varios hits rotando por todas las radios del mundo; un destacado frontman involucrado en causas sociales (Martin apoyó toda la campaña de Make Trade Fair de Oxfam, destinada a potenciar el "comercio justo") y casado con una famosa actriz, una crítica rendida a sus pies. Pero antes que todo los cuatro londinenses son un grupo cualitativamente superior a los de su generación. Nada más simple que eso.
Hoy la banda inglesa tiene toda la proyección como para llegar a calzarse la corona que tan imponentemente lograron U2, REM y Depeche Mode en los ’80, pero que nadie supo merecer en la década siguiente. Los creadores de "In my place" parecen dirigidos a tomarse el trono inglés.
El salto a la fama
Aunque la banda se formó en 1996, es con el lanzamiento de su primer álbum,
Parachutes, en julio del 2000, que su carrera ha seguido un ascenso constante en una mezcla musical perfecta: alta calidad, singles que se instalan rápidamente en el inconsciente colectivo, un liderazgo como el de Chris Martin a la altura de las circunstancias y una puesta en escena espectacular.
Su primer disco fue un éxito rotundo. "Shiver", "Yellow" y "Trouble" rápidamente conquistaron la cima de los rankings ingleses y del mundo entero. Su música melancólica y sus letras con abierto contenido social hicieron prometer que los londinenses serían más que un éxito anual.
Y lo cumplieron, ya que pese a la alta vara dejada por su predecesor, en agosto del 2002 salió al mercado
A rush of blood to the head, disco que ratificó el éxito de la banda que, entre otras cosas, se daba el tiempo para dar una dura crítica global con el tema "Politik", escrito tras los atentados del 11 de septiembre en EE.UU.
Con sólo dos LP a su haber, la banda ya contaba con más de 16 millones de discos vendidos en el mundo, varios premios Grammy y el respaldo casi unánime de la crítica.
En junio del 2005 fue el turno de su tercer y último disco hasta el momento:
X & Y. Sólo durante ese año el álbum en que destacan temas como "Fix you", "Speed of sound" y "Talk" vendió más de 8 millones de copias, confirmando que la banda de Chris Martin estaba lejos de ser una moda.
Si bien su tercer disco no alcanzó los mismos niveles de críticas que los dos registros anteriores,
X & Y elevó a la banda casi al olimpo de la música. Al mes siguiente de su lanzamiento, Coldplay paseaba su nuevo estatus por el escenario del Live 8, megaconcierto social, y en una publicitada interpretación compartía escenario con Richard Ashcroft, entonando el tema "Bitter Sweet Symphony".
Pero la alarma se encendió en febrero del 2006, cuando tras recibir el premio Brit Awards en las categorías de mejor disco (por
X & Y) y mejor single (por "Speed of sound"), Chris Martin afirmó que "este (reconocimiento) significa mucho para la banda, especialmente ahora ya que pasarán muchos años antes que nos vean nuevamente". Las especulaciones en torno a un receso o a una separación, no se hicieron esperar.
La confirmación de una gira por Latinoamérica, realizada a través de su sitio web en noviembre del 2006, sepultó los rumores. La banda ya trabaja en su cuarto registro y su paso por el continente servirá de prueba para ello. Para noviembre o diciembre de este año se espera que vea la luz el sucesor de
X & Y, en lo que será el lanzamiento más esperado del 2007.
El fin de la espera
En Chile, al igual que en el resto del continente, los seguidores del cuarteto inglés aparecieron a la par del lanzamiento de su primer disco, y cada vez ha ido en aumento, aunque el 2003 fue un año de gran decepción para ellos: la banda no contempló Santiago y Buenos Aires en su gira sudamericana.
Después de sucesivos rumores, Coldplay finalmente pisará suelo nacional, en una gira que también contempla Argentina, Brasil y México. Los días 14, 15 y 16 la banda londinense mostrará lo mejor de su repertorio en Espacio Riesco, en uno de los conciertos más esperados del país en el último tiempo.
Pese al elevado costo de los tickets (entre 40 y 80 mil pesos), las 5.200 entradas para cada una de las tres presentaciones se encuentran prácticamente agotadas. La principal novedad en lo que será la presentación de la banda en Santiago es la cantidad de público y el repertorio que se pondrá en escena.
Coldplay escogió realizar concierto "íntimos que le permitan una mayor cercanía con el público y a la vez ensayar algunos temas (se habla de tres) que saldrán en su nueva placa. Una apuesta distinta a lo que fue el tour de
X & Y que en Europa contaba con una puesta en escena impecable y ante masas muchas veces superiores a las 15 mil personas.
Hoy, con el arribo de los cuatro londinenses al aeropuerto de Santiago, empezará la cuenta regresiva para la serie de conciertos que brindará una de las mejores bandas del momento, los nuevos estandartes del Reino Unido, los herederos al trono.
