HOLLYWOOD, EE.UU.- En la mira del mundo entero por la gran noche de los Oscar, Hollywood estará en estado de sitio el domingo, cuando se ponga en marcha un impresionante dispositivo de seguridad alrededor del histórico barrio del cine al noroeste de Los Angeles.
Barreras, verificaciones de identidad, inspección de motos y automóviles, incluidas las limusinas de las estrellas: las fuerzas del orden no quieren perder de vista ni un solo paso en un país aún paranoico por los atentados del 11 de septiembre de 2001 y en guerra en Medio Oriente.
"Hemos tomado todas las medidas que estimamos necesarias para proteger un evento de semejante magnitud. Es una manifestación de primer orden para Los Angeles y Hollywood, el mundo entero tiene los ojos puestos en nosotros", explicó a la AFP el teniente Paul Vernon, portavoz de la policía de Los Angeles.
Al ser consultado sobre la presencia de los tiradores de élite en los techos, Vernon se niega a entrar en detalles pero sostiene que "cientos" de sus colegas estarán en los alrededores.
El dispositivo de seguridad de estos últimos años incluía unidades de desactivadores de bombas y bomberos especializados en materiales peligrosos.
El punto central del desplazamiento será el teatro Kodak, donde 3.400 personas, la mayoría grandes nombres del séptimo arte, asistirán desde las 17H00 (lunes 1H00 GMT) a la gala del cine que se transmite a cientos de millones de telespectadores en el mundo.
A partir de este lunes, la policía comenzará a cerrar las calles alrededor del complejo. Una docena de arterias del barrio, que tienen acceso a una autopista, estarán bloqueadas.
"Hacemos todo lo que esté en nuestro poder y sea nuestro deber para que nuestros invitados se sienten seguros y que (la ceremonia) constituya una experiencia agradable para ellos", indicó a la AFP el jefe de comunicaciones de los Oscar, John Pavlik.
Vernon enfatiza que nunca se ha producido un problema en las 79 veces que se han entregado los Oscar. "Pero estamos preparados para reaccionar frente a cualquier incidente, cualquiera sea su amplitud", afirmó.
Randolph Hall, especialista en seguridad pública y profesor de la Universidad de California del Sur (USC) en Los Angeles, subraya que los casos de atentados terroristas contra grandes eventos como los Oscar son raros; la única excepción ha sido la toma de rehenes de los juegos olímpicos de Munich en 1972.
Pero agrega a la AFP: "La razón por la cual la seguridad es verdaderamente importante en un evento como éste es porque lo medios están ahí para cubrirlo".
Subraya también que más que el terrorismo, los organizadores piensan en "las personas que no tienen entradas, las personas que atraídas por las estrellas (...) como los paparazzi y los cazadores de autógrafos. Si no hubiese seguridad, las estrellas serían acosadas".
Los Oscar "tienen la característica de todo aquello que podría ser un blanco terrorista, pero eso no quiere decir que lo será. Es un evento conocido y seguido en el mundo entero (pero) no es un blanco muy natural, porque no simboliza al gobierno estadounidense como el Pentágono", afirmó el académico.
Pero todo este dispositivo tiene sus detractores. El editorialista del diario especializado Variety, Peter Bart, denunció recientemente a los "soldados de la seguridad" cuyos procedimientos toman tanto tiempo y provocan tanto desagrado.
"¿No será el momento parar con la intimidación de nuestros propios soldados de la seguridad e imponer límites razonables a su autoridad?", cuestionó.