LONDRES.- Sonriente y trajeado, el ex Beatle Paul McCartney asistió hoy en el Tribunal Superior de Londres a una vista preliminar sobre su divorcio de la ex modelo Heather Mills, quien también se personó, algo más seria, en ese juzgado.
McCartney, de 64 años, saludó a los periodistas con un "¡Buenos días!" y accedió a la sala 47 del Queen's Building, un edificio reservado para casos familiares.
El optimismo y la amabilidad del músico contrastó con el talante más áspero de Mills, de 39 años, quien, ataviada con un vestido de lana beige y un chaquetón gris, se presentó en el tribunal con rostro grave e ignoró completamente a la prensa.
El ex Beatle y su esposa asistieron a una vista estrictamente privada y, por consiguiente, celebrada a puerta cerrada.
Al término de la sesión, los abogados de la pareja emitieron un comunicado conjunto en el que pidieron a la prensa "respeto para su intimidad y confidencialidad en el proceso", mientras las partes tratan de solucionar los "asuntos pendientes de su divorcio".
McCartney y Mills, que se conocieron en 2000 y se casaron dos años más tarde, anunciaron en mayo del año pasado su separación y atribuyeron el fracaso de su relación a la intromisión de la prensa.
El cantante y la ex modelo, que son padres de una hija, Beatrice, de 3 años, contrataron cada uno por su lado a prestigiosos abogados para preparar un proceso de divorcio que se presenta como una larga batalla legal.
McCartney está representado por Fiona Schackleton, que defendió en 1996 al príncipe Carlos, heredero al trono británico, en su divorcio de Diana de Gales, mientras que el que fuera representante legal de Lady Di, Anthony Julius, defiende ahora a Mills.
Según la prensa británica, McCartney, cuya fortuna personal asciende a más de 1.200 millones de euros (1.500 millones de dólares), podría llegar a pagarle a su mujer más de 170 millones de euros (más de 220 millones de dólares) en caso de llegar a un acuerdo de divorcio.