SANTIAGO.- "Sé que a algunos durmieron aquí hoy ", dijo con gratitud y humildad Plácido Domingo en su saludo a una repleta Plaza de Armas de Santaiago. El carismático tenor español consiguió imponer con su sola aparición un ambiente de genuina devoción.
Esta atmósfera de recogimiento resultó perfecta para el inicio de su recital donde el maestro escogió partir con una romanza de "El Cid" , dedicando a los presentes esta plegaria al santo patrón de España y de la capital de Chile. Luego de impecable interpretación el público le retribuyó con atronadores aplausos.
Cantando páginas de "La forza del destino" de Giuseppi Verdi, subió al escenario la no menos famosa soprano chilena Verónica Villarroel, quien arrancó ovaciones de los presentes y recibió la felicitación del maestro Eugene Kohn, quien dirige a la filarmónica de Santiago esta noche.
La plaza de Armas está abosultamente repleta sobrepasando en varios miles la asistencia prevista. Las nueve mil sillas disponibles se llenaron desde temprano y hay público de pie hasta las tres equinas que enfrentan el gigantesco escenario.