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SANTIAGO.- Este jueves se estrena en Chile la exitosa adaptación cinematográfica de “300”, la novela gráfica de Frank Miller basada en la historia de la Batalla de las Termópilas, ocurrida el año 480 AC.
En Estados Unidos está película debutó en el primer lugar de la taquilla y se mantuvo en esa posición por dos semanas hasta que fue derrotada por la nueva producción de las Tortugas Ninja.
La película y el cómic le deben su nombre al número de espartanos que, comandados por el rey Leonidas, se enfrenta con un ejército Persa dirigido por el emperador Jerjes. Un dato que fue acomodado por la imaginación creativa de Miller, porque la realidad histórica indica que aproximadamente fueron siete mil griegos y espartanos los que combatieron contra 250 mil persas.
La rigurosidad histórica nunca fue el objetivo de los realizadores de la película, quienes sólo se plantearon el objetivo habitual de ofrecer una experiencia diferente.
El punto fuerte de “300” está en los efectos especiales que se usaron para recrear el trabajo de Miller en la pantalla grande. La mayoría de los escenarios del largometraje fueron creados digitalmente, lo que obligó a los actores a trabajar con telones verdes de fondo para incluir luego el trabajo hecho en los computadores.
El resultado es destacable, porque los actores “reales” logran confundirse con los escenarios en los que se mueven, la tonalidad de su maquillaje y la usada en el trabajo digital presenta una cuidada armonía.
Esta película representa un avance en el camino de trasladar la estética del cómic a la pantalla grande, respecto a lo que se había intentado, por ejemplo, con “Sin City”, una historia que también le pertenece a Miller.
El supervisor de los efectos especiales de la película fue Chris Watts: “En está película hay fácilmente 1.300 tomas con efectos visuales, y sin duda eso significa muchas situaciones técnicas a resolver, pero el desafío número uno en “300” era la creatividad. Todas las tomas con efectos visuales debían ser construidas de manera que en todo lo posible reflejaran el estilo y la estética de los cómics”.
La fotografía también fue un complemento para lograr escenarios más reales. “Mi propósito era maximizar las sensaciones, el drama y el ambiente, y al mismo tiempo hacer feliz a los artistas del departamento de efectos visuales, dándoles fondos de escenarios virtuales limpios, y buena exposición de los detalles”, ha dicho el director de fotografía de la película Larry Fong.
Fascinación infantil
Miller ha reconocido que su fascinación por esta batalla comenzó desde niño, cuando vio en el cine “Los 300 espartanos”: “Me conmovió y me inspiró a la vez, porque me enseñó que los héroes no necesariamente son las personas que reciben una medalla al final de la historia. A través de los años, siempre quise tener la oportunidad de volver a contar esta historia, porque es la mejor que jamás escuché”.
“Los espartanos son un misterio para todo el mundo. Tal vez sean uno de los pocos pueblos que tenían una cultura guerrera, absolutamente dedicada a pelear”, agrega Miller.
El dibujante también se involucró como productor ejecutivo del largometraje y asesoró al director Zack Snyder en la realización del guión.
Snyder ha declarado en algunas entrevistas que: “Lo bello del libro y del trabajo de Frank, es el texto que va en los dibujos de la historieta, porque deja de ser ilustración para transformarse en poesía. En la película, yo quería lograr una manera de conservar y honrar esa prosa, y también las imágenes”.
A Leonidas lo interpreta Gerard Butler (“Tomb Raider 2”, “El Fantasma de la ópera”), a quien tampoco lo dejó indiferente el mundo espartano: “A lo largo de su vida lo único que aprendían los espartanos era dolor y sufrimiento, para que se volvieran duros y aprendieran a resistir, para que no le tuvieran miedo a nada, y para que nunca tuviesen piedad para con sus enemigos”.
Este dibujante es uno de los referentes del cómic actual, un sitial que se ganó por sus trabajos con personajes como “Batman” y “Daredevil” y obras gráficas como “Sin City”, que también fue llevada al cine.
Al Hombre Murciélago le dio un segundo aire en 1986, cuando creo “Batman: El regreso del señor de la noche”, una historia en que el héroe de Ciudad Gótica decide regresar a su labor de vigilante nocturno luego de varios años reirado.
El éxito que consiguió con esta revista le permitió volver a los orígenes del personaje y redefinirlos en “Batman: Año Uno”.
En el desarrollo de “Daredevil” también fue trascendental su aporte, porque creó a “Elektra”.
Otro de sus trabajos gráfico que será llevado al cine es “Ronin”, que narra la historia de una samurai que vuelve a la vida en el siglo XXi reencarnado en un ser cibernético.