Cristina Gallardo-Domas, una de las soprano más importantes de nuestro país.
Álex Valdés, El Mercurio.SANTIAGO.- Cristina Gallardo-Domas dictó cátedra. Antes del concierto que dará el viernes 30 en el Parque de las Esculturas, con motivo del centésimo décimo aniversario de la comuna de Providencia, una de las sopranos más importantes de nuestro país dio una clase magistral a seis alumnos de canto en el Instituto Cultural de esa Municipalidad.
La audición que seleccionó a los jóvenes fue el viernes pasado, donde un grupo de cuatro jurados eligieron a los mejores entre 18, para que canten y sean corregidos por Gallardo-Domas.
La clase comenzó con la entrega de la medalla al Mérito Musical para la soprano, quien vivió y estudió en la comuna antes de irse al extranjero a hacer su carrera. Tras subir al escenario, Gallardo-Domas se colgó el premio en su cuello y recibió un ramo de flores agradeciendo al público que estaba ahí.
"Quiero dedicar esto a todos ustedes", dijo bastante emocionada, para luego presentar a tres mujeres que "son las culpables de este producto". Eran su maestra, su madre y Mary Rose McGill, la que "movió cielo, mar y tierra para que me fuera del país. A ese gran futuro que se abría ante mí", dijo.
Y terminó: "Ahora sí tenemos completo el ramillete para comenzar la clase, vamos a escuchar lo que nos proponen".
Los seis alumnos subieron al escenario. Pasó uno por uno, mientras la soprano daba las indicaciones. Se paró en frente de ellos, les movía los brazos, levantaba sus caras y los hacía bailar. Todo para que la voz "fluyera mejor", dijo.
La soprano cantaba las partituras de los jóvenes para que ellos intentaran repetir con su técnica. En una de esas intervenciones, cantó tan agudo sobre el micrófono que lo acopló por completo y rompió los parlantes, lo que provocó las risas de toda la sala y sus disculpas.
Clase para el público
En medio de la cátedra, el periodista Juan Antonio Muñoz, de El Mercurio, le hizo algunas preguntas sobre el escenario, sentados alrededor de una mesa.
En esa conversación reconoció que los sellos tienen un "banco de agudos", es decir, voces altas grabadas para los cantantes que no alcanzan el tono. "En las grabaciones que he hecho en estudios yo veía cómo manipulaban para arreglar el sonido hasta que saliera bien. Yo no lo he usado, pero se podría decir que tengo un depósito a plazo. Para que vean hasta qué punto las grabaciones son viables", explicó.
Además, a modo de consejo, señaló que "el talento es un elemento más. No es el elemento. Por eso hay que ser sencillo y no creerse divo. Hay otros factores que te hacen cantante. El divismo sólo crea amargura y una soledad enorme", dijo la soprano.