Audrey Tautou aparece en Chile como la inesperada asistente al show de Adanowsky

SANTIAGO.- Sería la primera presentación en Santiago de Adán Jodorowsky, el hijo del escritor Alejandro Jodorowsky, que daba el puntapié inicial a su inserción como músico en el país de sus raíces, bajo el nombre de Adanowsky.

Pero una asistente que nadie esperaba logró llevar hacia sí gran parte de la atención que debía captar el encendido show del multifacético músico: la actriz francesa Audrey Tautou, que a la orilla de la barra del Centro de Eventos Cerro Bellavista bailaba como la fan número uno de la banda.

La actriz que inmortalizó al personaje de Amélie Poulain, en la película "Amélie" de Jean Pierre Jeunet, estaría de vacaciones en Chile, y a la presentación de Adanowsky llegó junto a su novio, el músico francés Mathieu Chedid, conocido en su país simplemente como "M".

Chedid acompañó esta noche a Adanowsky en dos temas, en los que, claro está, Tautou alentó como la fanática principal.

Eso hasta que la presencia de un fotógrafo, a algunos de los cuales la actriz ya había solicitado que no la captaran e incluso borrar alguna imagen, terminó por llevar a la francesa definitivamente tras bambalinas.

Pasta de rockstar

Pero la presencia de la también protagonista de "El código Da Vinci" no debería ser lo que quede en los archivos de esta noche de miércoles. Adanowsky brindó un show en el mejor sentido de la expresión: dirigido al público, encendido, dinámico y siempre en alto.

Sobre el escenario de la ex Oz, Jodorowsky, acompañado de una banda de cuatro músicos, interpretó algunos clásicos de la canción francesa y temas propios, como "El ídolo", que ya ha sonado en radios locales. En varios de ellos demostró su agudeza a la hora de escribir letras —virtud que podría decirse heredada, pese a que se desligó abiertamente del padre adviertiendo que haría "magia" y no "psicomagia", antes de comenzar un verdadero ritual—, y su destreza en bajo, teclados y, sobre todo, la guitarra.

Una visita que podría (y tendría que) empezar a hacerse recurrente en nuestros escenarios.