SANTIAGO.- Cuenta la historia que en 1968 Mick Jagger y Keith Richards tenían la idea de hacer un programa de televisión. Sería una edición única, que giraría en torno a los Rolling Stones, pero que tendría muchas particularidades. El resultado fue una bizarra mezcla de música y circo, en la que participaron ilustres nombres como Eric Clapton y John Lennon.
La lista de invitados también la integraban otros nombres menos conocidos. Entre ellos un grupo "indie", formado ese mismo año, y liderado por un sujeto extravagante e inquieto.
"Sí, es verdad. Los Stones querían una nueva banda que apareciera en un programa de televisión. Charlie Watts y Bill Wyman pensaron en nosotros, y lo sugirieron a Keith y Mick. Y estuvo bien... Fue una participación muy pequeña en un show de televisión muy extraño, que hoy es un documento muy interesante sobre finales de los 60".
Así recuerda hoy ese sujeto extravagante e inquieto su paso por lo que recién décadas más tarde se estrenaría como "The Rolling Stones Rock and Roll Circus". ¿Mencionamos ya que el nombre del sujeto es Ian Anderson y que ese grupo "indie" se llamaba Jethro Tull?
Claro, el mismo que hoy, casi 40 años después, es la segunda banda en actividad más antigua, precisamente tras los Rolling Stones, y que se convirtieron en una verdadera leyenda para los amantes del rock progresivo. Sin embargo, Anderson prefiere no ubicarse en esa categoría.
"Los Rolling Stones son una gran leyenda de la música rock y pop, como The Beatles, tal vez Elton John. Después tienes leyendas medianas como Genesis, U2, Coldplay. Y hay pequeñas leyendas, como Deep Purple o Jethro Tull. Creo que estamos en una categoría de leyenda muy pequeña", dice.
Anderson —virtuoso multiinstrumentista que dice haber aprendido a tocar todo solo, y que nunca pasó por sinfónica alguna, como muchos creen— habla a pocos días de presentarse en Chile (miércoles 18), en lo que será el inicio de las celebraciones por el próximo aniversario redondo de Jethro Tull: nada menos que cuatro décadas, que cumplirán el próximo año.
-Recientemente, músicos como Asia y Roger Waters tocaron aquí con gran éxito. ¿Por qué crees que, después de tantos años, la música progresiva sigue gozando de buena salud?
-Pienso que fue importante en la historia personal de mucha gente que era adolescente o universitaria cuando el rock estaba creciendo, a fines de los 60 o principios de los 70. Y la gente que vino después pudo tener curiosidad por saber qué era la música progresiva, y entender la música de la generación de sus padres. Es parte de la gran fotografía de la música contemporánea, en los comienzos del estéreo. A principios de los 60 el estéreo estaba en el aire, y a fines de los 60 era la norma. Entonces el desarrollo de la tecnología en la música influyó en los estilos. Eran tiempos muy movidos, excitantes. Ya sea de rock, pop, jazz o clásico, eran buenos tiempos para ser músico.
-¿Qué proyectos tienes para Jethro Tull hoy?
-Hemos estado en el estudio las últimas tres semanas. Estamos grabando ocho piezas de música, y luego estaremos girando hasta el verano. Editaremos un nuevo álbum de estudio en marzo de 2008. Siempre estamos ocupados, dando conciertos en alguna parte del mundo o trabajando en el estudio.
-Y en una banda con tantos años y con proyectos en marcha, ¿en qué momento ves el final?
-Siempre es fácil tratar de poner una fecha. Depende de la salud física. Yo estoy bien en estos momentos, pero en otro puede que tenga que permanecer en cama, no sé. Realmente trato de no ponerme un límite, aunque habrá un tiempo en que no podré seguir haciendo música. Pero si tuviera que decir algo, tal vez en diez años más.
-Tú calculaste las canciones de Jethro Tull en más de 250, ¿cómo las eliges para los shows?
-Siempre reviso los set list, lo que hemos tocado en las últimas ciudades o países, y trato de que el 50% sea diferente. A veces el 80%. A veces son canciones que tocamos casi siempre, y otras que no tocamos casi nunca. Todo puede cambiar. De más de veinte canciones de un show, entre tres y seis las volvemos a tocar en la siguiente ocasión.
-¿Y qué podremos ver en el show de la próxima semana en Chile?
-Es difícil de predecir porque estamos trabajando ese set list y todavía faltan algunos días, en los que las cosas podrían cambiar. Allá comenzaremos el tour. Tratamos de ser flexibles.
No sólo de música ha vivido Ian Anderson. La industria del salmón y las causas ecológicas también han ocupado gran parte de sus preocupaciones, por fuera de Jethro Tull.
-¿Sigues en la industria del salmón todavía?
-No, estuve en ella hasta hace cinco años. Estoy muy interesado en la acuicultura. Hay mucha gente en ella, muchos países que tienen normas ambientales. Es importante, pero debe tener un límite. Cuando comencé, la acuicultura se desarrollaba de una forma más tradicional.
-¿Y conoces los salmones chilenos?
-Bueno, la captura del salmón en Chile no es tan dañina como en el norte. Hay muchas cosas que no son correctas en el cultivo del salmón atlántico, específicamente. No es realmente lo mejor para el planeta. Hay ciertas formas de cultivo de salmón que están prohibidas en mi país, y que si las realizo podría ir a la cárcel. El cultivo del salmón del atlántico está siendo finalmente riesgoso, va en dirección contraria al mundo, de millones de años de historia. Yo estoy un poco nervioso con todo esto.