Felipe Vásquez
El lado francés del rock. Tiersen conmovió al mundo con su acordeón parisino para la melodía de Amélie Poulanc, pero esta noche se revistió de capas de guitarras eléctricas de "noise rock". (Foto: Cristián Soto L.) |
Con su guitarra eléctrica a la altura de la rodilla, ensimismado en sus enérgicos impulsos, Yann Tiersen y su cabeza gacha fueron la postal de una noche donde el músico francés dejó en claro que es mucho más que las melodías popularizadas por “Amélie”, en la única presentación que realizó en el país en el Cerro Bellavista.
Con casa llena y expectación por ver el anunciado lado rockero del galo, la presentación no se quedó corta en nada. Luego de una entusiasta presentación del grupo nacional Perrosky, que con siete canciones y media hora en el escenario avivó al público, a eso de las 22:30 salió Tiersen y sus cuatro acompañantes sobre la tarima.
Con “La Terrasse” como primer tema, Tiersen dejó claro que la noche estaría rodando sobre sus últimos dos discos (la grabación en vivo de
On Tour y el de estudio
Les Retrouvialles). No sólo la energía desplegada sobre el escenario cautivó a la audiencia, sino también la novedosa forma en que los músicos se entregaban a sus instrumentos. “Le Perceuse” implicó el uso de una especie de taladro para tocar la guitarra y más adelante Marc Sens, brazo derecho de Tiersen en las guitarras, también tocaría con una vara o jugaría con los amplificadores para crear envolventes distorsiones. Stéphane Bouvier
giró su bajo eléctrico como si fuese violonchelo, mientras Ludovic Morillon se deshacía en la intachable percusión.
Hubo momentos para también comprobar las dotes versátiles y virtuosas de Tiersen, quien tomó su violín amplificado en temas como “Le Quartier”, “Sur le fil”, “La Crise” y en la pegajosa “Le Train” con impresionante entrega. Tampoco olvidó el acordeón para una remozada versión de “Le Banquet” e incluso se sentó en el piso para tocar el “toy piano” en un arreglo del “Vals de Amélie” que, tras un inocente inicio, derivó en una brutal reinvención eléctrica que deleitó a los presentes.
Al contrario de sus ediciones discográficas, donde importantes invitados como Dominique A o Liz Fraser entregan su voz, en vivo es el propio Tiersen quien con su entonación tímida recitó los versos de algunos de sus mayores éxitos como “Bagatelle”, “Les Bras de Mer” y especialmente “Monochrome”, quizás la única canción que el público coreó masivamente.
No fue el Tiersen de sus inicios académicos de conservatorio, fue el Tiersen influido en su adolescencia por grupos como Joy Division, sumándole su rango instrumental más amplio para entregar un resultado de lujo. La excelente interpretación de Christine Ott en el ondes martenot, uno de los precursores instrumentos eléctricos que data de 1928, también fue un punto alto en una jornada donde ni siquiera unos breves problemas de amplificación durante “Bagatelle” empañaron el entusiasmo.
“State of Shock” fue dedicada a la “revolución” por el propio Tiersen, que siempre después de cada tema se preocupó de agradecer a los presentes con un españolizado “gracias”. Después de una hora y media de intensidad, el público quiso más y obligó a los músicos a retornar a escena para cerrar el concierto con “Western”, “All We Ever Wanted Was Everything” (un cover de Bauhaus), “A Ceux Qui Sont Malades Per Mer Calme” y “Fuck Me”.
Un lado algo desconocido de Tiersen en Chile, más acostumbrados a sus bellas melodías, solos de piano y coloridos arreglos. Quizás algún día, en un escenario más grande, el francés podrá mostrar también esa faceta acústica tan admirada.
Lista de temas:
1. La Terrasse
2. Bagatelle
3. A Secret Place
4. La Perceuse
5. La Boulange
6. Le Quartier
7. Monochrome
8. Les Bras de Mer
9. Macro Boules
10. Sur le Fil
11. Irish Summers
12. La Rade
13. Kala (versión instrumental)
14. La Crise
15. State of Shock
16. La Valse de Amélie
17. Le Banquet
18. Le Train
19. Western
20. All We Ever Wanted Was Everything (Bauhaus)
21. A Ceux Qui Sont Malades Par Mer Calme
22. Fuck Me