Lee aquí un comentario de su nuevo disco
"El público norteamericano angloparlante tiene menos prejuicios sobre nosotros, los cantantes hispanos, que los que tenemos nosotros mismos sobre nosotros", dice el músico que en 2005 ganó el Oscar por su canción para la película "Diarios de motocicleta" (2004), y que ahora llega tras lanzar su disco
12 segundos de oscuridad (2006).
David Ponce
Drexler en movimiento: "El hecho de viajar te da mucha perspectiva del mundo pero también te descentra mucho de ti mismo", dice el cantante, que vuelve por segunda vez a Chile (foto: EFE). |
Para muchos Jorge Drexler es el hombre que en 2005 ganó el Oscar a la mejor canción de película con "Al otro lado del río", tema central del filme "Diarios de motocicleta" (2004, de Walter Salles), aunque esa vez quienes cantaron la canción fueron Antonio Banderas y un descontextualizado Carlos Santana en el número "latino" que fueron capaces de idear los organizadores. Los que lo conocen mejor saben que Drexler es uno de los autores más importantes de la canción en español actual, con una carrera transitada entre su natal Uruguay, su España adoptiva y los diversos países que ha visitado.
Chile es el próximo. Drexler actuará este martes 24 de abril en el Teatro Caupolicán de la capitalina calle San Diego, como parte de la gira iniciada tras la edición del más reciente de sus ocho discos:
La luz que sabe robar (1992),
Radar (1994),
Vaivén (1996),
Llueve (1998),
Frontera (1999),
Sea (2001),
Eco (2004) y
12 segundos de oscuridad (2006). Este último fue hecho luego de una estada de Drexler en Cabo Polonio, solitario paraje uruguayo desprovisto hasta de corriente eléctrica que sirvió de retiro creativo para el músico.
"Vamos con el show completo", anuncia ahora por larga distancia antes de su llegada. "El mismo que hemos hecho en todas las ciudades de España y que vamos a hacer en Argentina y Uruguay. Aparte de eso, en otro formato más chico he tocado en otros lados, pero el que llevo a Chile es el show completo".
–¿Cómo ha evolucionado el disco desde ese precario pueblo en Uruguay hasta este concierto que va por distintos países? ¿Cómo se han transformado las canciones?
"Con mucha alegría he visto cómo al partir de una idea se va formando un concepto, y luego trabajando con otras personas se va dando forma a un planteamiento escénico y musical, y después cómo por suerte eso ha tenido aceptación en otros ámbitos, y puedes andar por ahí por el mundo haciendo lo que más te gusta, que es cantar y tocar en vivo".
–¿Hay un contraste entre ese origen íntimo y retirado y la dimensión que adquieren después las canciones?
"Sí. Una cosa muy diferente es el tipo de lugar en el que uno compone un disco y la situación en que lo presenta en directo. Son casi dos hechos opuestos, digamos. La composición es un acto de introspección y el show en vivo es un acto de extroversión. Es un acto de comunicación con la gente, y la composición es un acto de comunicación con uno mismo. En ese sentido, para poder entrar adentro de mí sin distraerme, porque soy una persona que se distrae mucho con lo que la rodea, fui al Cabo Polonio, y ahí, sin cobertura celular, sin electricidad, sin luz eléctrica, me fue mucho más fácil meterme y buscar el disco y encontrarlo. Le debo mucho al Cabo Polonio. Y ahora para presentarlo en vivo es lo opuesto: te abres, vas a lugares, te comunicas no sólo con el público sino con tus músicos".
–Éste ha sido descrito como uno de los discos más introspectivos tuyos. ¿Eso aumenta el contraste, cómo vives ese proceso de mostrarlo en público?
"Es ciertamente un disco muy introspectivo, es quizás el más introspectivo que haya hecho. Mira mucho hacia adentro y se concentra mucho en los momentos de duda e incertidumbre. Es un disco escrito en momentos de crisis, de preguntas interiores de una persona. Y luego eso en un show en vivo a veces puede ser muy pesado de plantear, ¿no? La pregunta es muy válida porque también me la hice yo cuando empezamos a probar las canciones en vivo. Entre un disco y el momento en que lo presentas en vivo pasa un año o dos a veces, entonces ya estás con la cabeza en otro lado. El show es menos melancólico que el disco: eso te lo puedo decir. Porque el show refleja otros discos. Y es más un resumen de muchos años y muchas canciones de otros discos. Estoy muy orgulloso de haber hecho este disco en su momento. Ahora mi obligación cuando voy en vivo es establecer una comunicación".
Radiohead en versión milonga
Drexler el 29 de marzo último, cuando su disco 12 segundos de oscuridad recibió el galardón al mejor álbum en los españoles Premios de la Música entregados en Córdoba (foto: EFE). |
–Las canciones están escritas en distintos lugares geográficos y quisiste registrar cada uno de esos lugares. ¿Fue para llevar una especie de bitácora de viaje?
"Yo quería que el movimiento interior del disco se viera reflejado en paralelo con el movimiento geográfico y exterior. Porque yo creo que tiene que ver: el hecho de haber viajado tanto, haber ido para arriba, para abajo, ¿no?, como se ve cuando lees los lugares de las canciones, te da mucha perspectiva del mundo pero también te descentra mucho de ti mismo. Por eso tuve que encerrarme en un lugar, para poder quitarme todo eso de la cabeza y empezar a escribir. Pero quería que eso estuviera reflejado, porque un montón de ideas se generaron en movimiento".
–A propósito de movimientos, ¿cuál es tu relación con Uruguay ahora? En esta gira vas a tocar en Montevideo: ¿es un regreso o estás yendo todo el tiempo?
"Estoy yendo todo el tiempo a Uruguay, el año pasado fui cinco veces. No siempre a tocar, muchas veces por razones personales o porque me he encargado mucho de mantener un vínculo con mi país, no sólo con el público, con el lugar. Yo me siento muy montevideano, gran parte de mi familia y mis amigos siguen ahí. Siempre es una alegría volver".
–En Estados Unidos este disco salió el 6 de febrero e hiciste una gira por ahí. ¿Qué prejuicios puede tener el público estadounidense con un cantante sudamericano como tú?
"Mi sensación es que el público norteamericano angloparlante tiene menos prejuicios sobre nosotros, los cantantes hispanos, que los que tenemos nosotros mismos sobre nosotros. Nos hemos creído ese estereotipo. Siempre es muy fácil echarle la culpa a otro, decir: ‘claro, nos arrinconan con esa idea del latino cerrada’, esa idea del latino más parecida al maravilloso mundo del Caribe. Pero ni Chile ni Uruguay ni Argentina respondemos a ese estereotipo. Nos gustaría, pero no", se ríe.
"La alegría no es sólo brasilera, escribió Charly García, pero Drexler tiene otra idea al respecto. "No tenemos esa alegría en el cuerpo", continúa, "somos regiones muy melancólicas, mira la música de Violeta Parra: tiene alegría pero también tiene reflexión. O la de Víctor Jara. Mira la música de (Atahualpa) Yupanqui. Puedes decir que es cualquier cosa menos divertida y bailable. Entonces ese estereotipo… nosotros mismos, tratando de abrirnos un camino como colectividad hispana y latina en Estados Unidos, hemos tirado mucho de la cuerdita hasta que se rompió. Aburrió. Cansa el estereotipo. No por el hecho de que no me guste bailar ni me guste la diversión: me parece genial. Pero cualquier persona metida en un estereotipo se ve limitada. Yo celebro enormemente que el cine de autores hispanos esté rompiendo ese molde. Por ejemplo las tres películas mexicanas nominadas a los Oscar este año son de directores que no responden a ese esterotipo. Tenemos mucho que aprender en el mundo de la música del mundo del cine".
–¿Qué tipo de público fue a esos conciertos en Estados Unidos, qué referencias tienen de ti?
"Más de la mitad del público que me iba a ver era angloparlante. Y me quedé muy sorprendido por la concurrencia de gente: fueron dos mil personas en Los Angeles, mil cien en Washington, ochocientos y pico en Miami… quedé realmente muy sorprendido. Me encantó".
–O sea, no era gente que esperara que en algún minuto saliera a tocar contigo Carlos Santana, como en el Oscar.
"Espero que no esperaran eso", sonríe, "porque se iban a sentir muy defraudados. Hombre, tampoco alimenté esa expectativa. En ningún momento tuve ninguna relación con Carlos Santana. Hubiera sido más fácil que saliera Antonio a cantar, Antonio Banderas, con quien sí tengo una relación personal, es alguien a quién respeto mucho y se portó muy bien conmigo en el momento ése. También depende de las expectativas que tú crees".
–¿Tal vez lo que dices de la melancolía es la razón por la cual estás incluyendo un cover de Radiohead en el concierto? ¿Vas a tocar "High and dry" acá?
"En el concierto y en el disco: es primera vez que grabo un tema en inglés en un disco".
–Elegiste una canción bien melancólica.
"Sí. También es una canción que entra en el mundo de la melancolía del disco. Me gustó mucho relacionar la melancolía de Oxford (la ciudad natal de Radiohead, en Inglaterra) con la melancolía de Montevideo. Con la milonga, digamos. Hice una versión por milonga de Radiohead.
–¿Y era compatible?
"Todo es incompatible y todo es compatible. Depende de cómo lo hagas. A mí me resultó compatible. Es la canción que disfruté más de cantar en todo el disco".
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