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Uno que ha sido baterista

10 de Mayo de 2007 | 00:00 |
En otra vida, no hace mucho, golpeó con fuerza las baterías de grupos como EntreKlles y Pettinellis. Pero en su nueva vida Nicolás Torres es el cantante, guitarrista, compositor y líder de Silvestre, su propio grupo, con el que ahora lanza su segundo álbum, Me están buscando, y con el que apunta a todo lo que va entre Raphael de España y cumbias a la mexicana.

David Ponce


Vida silvestre: Nicolás Torres (voz y guitarra), Sebastián Aracena (guitarra, mandolina, acordeón y teclados), Miguel Navarro (bajo) y Giovanni Colecchio (batería) estrenan su nueva canción, "No te quiero más" (fotos: Andrés Cortínez).
Nicolás Torres puede creer en la reencarnación. Durante años fue baterista de bandas rockeras como EntreKlles y Proyecto Aceituna en los ‘90 y de los célebres Pettinellis con Álvaro Henríquez después, pero hace dos años dio un paso crucial. O unos cuantos: caminó desde la batería en el fondo hasta el frente del escenario para tomar la guitarra y debutar como cantante al frente de su propio grupo, Silvestre.

Tras estrenar Silvestre (2005), su disco debut, esta semana el grupo lanzará el segundo, Me están buscando (2007), con invitados de Los Bunkers, Chancho en Piedra e Inti-Illimani Histórico, y en él Nicolás Torres corrobora su nueva vida como autor y cantor. "Estas canciones son más lumínicas, más brillantes, aunque esté tratando un tema muy oscuro o muy interno no me da vergüenza, no tengo temor de hablarlo", define.

En dos años hubo otros cambios, y el más aparente es un cambio en el equipo. Ahora Silvestre es un cuarteto con Torres (voz y guitarra), Sebastián Aracena (guitarra, mandolina, acordeón y teclados), Miguel Navarro (bajo y coros) y Giovanni Colecchio (batería y guitarra), tras la partida del tecladista Paulo Sapiaín en 2006, quien se concentró en su propio grupo, la banda de hip-hop y soul Mestizo. "Perdimos un tecladista y subimos el volumen a las guitarras", concluye el cantante. "Quedó todo más concentrado. Ahora Sebastián toca acordeón y ha habido varios unplugged donde toca piano".

"No te quiero ver más" es la primera canción destacada de Me están buscando, y en él hay también dos nuevas versiones de melodías del primer disco, una de las cuales es la instrumental "Burrito". "Hicimos un pacto de grabarla en todos los discos que hagamos", explica el cantante. "Es un compromiso".

–¿Y por qué "Burrito" y no otra?
"Porque abarca el término Silvestre. Porque algo silvestre también es algo terco, que no se deja tomar fácilmente. Esa canción es súper fácil de mutar. No está supeditada a un estilo".

–De hecho en el primer disco tiene acordeones, suena medio balcánica.
"Sí, y sobre todo medio Tom Waits".

–¿Y ahora?
"Ahora quedó absolutamente Dick Dale", explica: Dick Dale es el guitarrista de frenético estilo surf californiano que el cineasta Quentin Tarantino hizo famoso en la banda sonora de Pulp fiction (1994).

–¿Por qué quisieron regrabaron algunas canciones del primer disco?
"Porque lo grabamos teniendo cuatro meses de vida, éramos muy chicos todavía, no nos conocíamos tanto, fue medio rápido ese trabajo. Aquí trabajamos cinco meses antes, en producción, hicimos tres tipos de maquetas, grabaromos 25 temas y tuvimos que echar once para afuera, tristemente".

–¿Entonces el primero ya no te satisface tanto?
"Raramente me satisface caleta, es un disco más personal. Ahora hicimos más arreglos, tuvimos percusión sinfónica, grande, como yo estudié (percusión) me manejo en el asunto. Pero los nuevos arreglos no significan estructurarse. Antes era pac, pac, tocar a la pata. Ahora el público nos empezó a pedir un tipo de sonido distinto. Empezó a pachanguearse más, se fue tirando para el lado cumbia, de Celso Piña", dice: Celso Piña es el bigotudo músico de cumbias mexicano conocido como El Rebelde del Acordeón o El Cacique del Vallenato. "La música se fue para otros lados".

–¿A qué otros lados?
"Tenemos como cuatro estilos de música más o menos enfocados".

–¿A ver?
"Finales de los ‘50: Elvis, comienzos de los Beatles, Shadows", enumera: The Shadows son el elegante conjunto instrumental inglés de los ‘60 que se hizo famoso acompañando a Cliff Richard. "Tenemos también el lado latino: como viví en Venezuela tengo un poco de sabó, chico, además uno siempre escuchaba al Inti-Illimani, cueca, se añoraba más la tierra. Ese lado latino viene siendo la cumbia. Hicimos una cueca cumbia, también, que yo cantaba hace tiempo ("Chirimoya triste"), y otra se llama ‘Todo va a cambiar’, que es una cueca-tonada-Pink-Floyd que tiene un solo de (órgano) Hammond bastante delirante".

"Después está el rock más definitivo. Justamente los temas más rockeros son los más existenciales: ‘La víctima’ es entre Morphine y Faith No More", combina: Faith No More es el grupo de rock alternativo que revolucionó el Festival de Viña en 1991 y Morphine es el sugerente trío estadounidense de saxo, batería y bajo de dos cuerdas que lideró el bajista Mark Sandman hasta el triste día en que murió mientras tocaba en vivo en Italia en 1999. "El tema que lleva el nombre del disco, ‘Me están buscando’, ése es medio Rolling (Stones) con Faith No More, y ‘Era mi lugar’ es como Radiohead. Y hay un estilo que es más (Paul) McCartney, que es como los ‘70 de McCartney. El rock es el estilo herido, y el estilo McCartney es el estilo sano, en cuanto a música y letras".

–Ustedes en los conciertos hacen un cover de Raphael, también.
"‘Digan lo que digan’".

–¿Ése no es otro de los estilos del disco?
"Sí, está presente en la forma de cantar, también, de agarrar personajes. Porque Raphael como que se adueña de la letra. Es que yo tengo un disco de él que creo que es el que me hizo cantar. Yo sé que el que compone es (el productor español) Manuel Alejandro, pero Raphael tiene una pasión única".

–Acaba de tocar en Chile. ¿Lo fuiste a ver?
"No. Ese día tocaba con Silvestre en el Sofá. Pero no fui sólo por razones profesionales. Hasta me peleé con un amigo por ir a ver a Raphael la vez anterior. Pero es mi mejor amigo. Ahora cada vez que nos tomamos una piscola cantamos Raphael".

Entres los invitados del disco figuran el saxofonista Ricardo Álvarez, Francisco Durán, de Los Bunkers, en "Estabas tú"; Camilo Salinas, de Inti-Illimani Histórico, en "Todo va a cambiar"; y Pablo Ilabaca, o KVZón, de Chancho en Piedra, en "Chirimoya triste". "En esa canción tengo un personaje: soy un chocopandero y le cuento a mi amigo, KVZón, que es otro chocopandero. Y canto como Mario Catalán, el clásico cuequero", apunta, al cierre: Mario Catalán es el autor de las cuecas inmortales "Arremángate el vestido" y "Aló aló".

Dedicado por entero a Silvestre, Nicolás Torres acaba de alejarse hace cinco meses de los reformados EntreKlles, con quienes grabó el disco Santiago se quema (2005). Pero sí sigue en Jaco Sánchez, el grupo del propio Pablo Ialabaca, con quien también grabó Jaco Sánchez y los Jaco (2005). "El grupo sigue", asegura, "y me permitió volver a tocar batería, que lo amo".

www.sonidosilvestre.cl

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