NUEVA YORK.- El cine de principios del siglo XX tuvo una clara influencia en la formación del cubismo desarrollado por Pablo Picasso y George Braque entre 1907 y 1914, según desvela una inédita exhibición de una galería en Nueva York.
Presentada por la galería PaceWildenstein como una instalación museística, “Picasso, Braque y el Cine Antiguo en el Cubismo” es la primera muestra que explora el papel de la cinematografía en uno de los movimientos artísticos más radicales de la era moderna.
La exposición reúne hasta finales de junio 19 pinturas de Picasso y Braque prestadas por importantes colecciones, como el Metropolitan Museum of Art y el Museo de Arte Moderno (MoMA), en Nueva York, la Tate Modern de Londres y el Centro Georges Pompidou, en París.
El montaje se complementa con nueve obras en papel, 14 grabados, dos libros, una colección de fotografías, cámaras y proyectores antiguos y las películas que habrían visto los artistas en su época, seleccionadas por la historiadora de cine Jennifer Wild.
Se trata, así, de la exposición de obras maestras del Cubismo más importante que se haya realizado en Nueva York desde 1989, cuando el MOMA presentó “Picasso y Braque: Pioneros del Cubismo,” y la más ambiciosa sobre Picasso que haya montado la PaceWildenstein en los más de 25 años que lleva representado el legado del maestro español.
Organizada por la directora de la galería y anterior comisaria de Dibujos del MoMA, Bernice Rose, la exhibición tenía 20 años dándole vueltas en la cabeza al fundador de PaceWildenstein, Arne Glimcher, quien además es productor de cine.
Glimcher tenía la intuición de que las múltiples perspectivas e imágenes fragmentadas del Cubismo le debían mucho a las películas que ambos artistas vieron en París, la ciudad de los hermanos Lumiére y donde nació la experiencia moderna de "ir al cine".
Si bien el Cubismo no representa la primera vez que la pintura se ocupa de la reproducción mecánica, si es la primera vez que un movimiento artístico aborda la imagen en movimiento, según explica Rose en un ensayo del catálogo que acompaña a la exposición.
La teoría es novedosa y desafiante desde el punto de vista histórico, ya que si bien el cubismo suele ser asociado con Cézanne, el absenta, las máquinas y la velocidad de la modernidad, nunca antes se había estudiado a fondo su vinculación con el cine.
Incluso la vida íntima de Picasso y Braque -desde quiénes eran sus amigos, amantes y pasatiempos favoritos- ha ocupado mucho más a historiadores y académicos que la fascinación de ambos artistas por las primeras películas del cine mudo.
Las evidencias con las que Rose partió su investigación eran escasas, ya que no existe documentación -sea correspondencia, ensayos o críticas- que revelen que Picasso y Braque hablaban de cine o que en efecto el cine había influido en su obra.
Rose, con todo, encontró algunos datos biográficos, entre éstos que Picasso vio su primera película en 1896 en Barcelona, y que en 1907, en París, Braque era ya parte de la cultura cinematográfica de la ciudad.
La muestra desvela que el cine debe ser visto no como un punto de referencia expresado en símbolos en las pinturas cubistas, sino más bien como una fuente adicional de inspiración tal y como lo fueron Cézanne y el arte tribal africano.
De acuerdo con la comisaria, el Cubismo adoptó la imagen proyectada tanto como forma como concepto y proceso.
Así, los cortometrajes sobre aeroplanos en construcción, la fabricación de un violín -un instrumento musical recurrente en las pinturas de Braque- o los músicos que tocaban en las salas de cine se habrían filtrado como sujetos en los cuadros de ambos artistas.
En cuanto al proceso, se podría afirmar que los ángulos de la cámara, la iluminación, las sombras proyectadas en los escenarios, las disoluciones de escenas y las técnicas de edición del cine se hacen evidentes en las imágenes segmentadas del Cubismo.
Incluso la paleta austera de grises y ocres y la pincelada fragmentada estarían influidas por las técnicas del cine antiguo.
Como predecesor del Futurismo, el Cubismo registró la velocidad y la imagen en movimiento a través de planos contrapuestos en distintos ángulos y una composición “prismática” o “desmembrada” que el espectador, como una cámara de cine, debía recomponer en el ojo.
Si para Picasso y Braque el cine era una ilusión del espacio que sólo existe en el tiempo, el Cubismo era una ilusión del tiempo que sólo existe en el espacio físico del plano pictórico.