LONDRES.- Casi un año después de su separación, Paul McCartney y Heather Mills acordaron un "cese del fuego" en su guerra por el divorcio, informaron hoy diarios británicos.
La mediadora al parecer fue, indirectamente, la pequeña Bea, hija de ambos. La preocupación por los sufrimientos que la niña de tres años podría padecer si continuaban su amargo enfrentamiento llevó a los padres a buscar una tregua, comentó el "News of the World".
Paparazzi fotografiaron a McCartney, de 64 años, y a Mills, de 39, hace poco en Londres, cuando Paul tomaba a su hija de brazos de su madre en un local. Todos estaban de excelente humor.
En las fotos, Heather y Bea, en brazos de su padre, se saludan con la mano, sonrientes. Hasta ahora, habían sido las niñeras las encargadas de traspasar a la pequeña de un padre a otro.
Según el periódico, McCartney y Mills incluso acordaron que el próximo mes harán una armónica celebración con Bea del 65 cumpleaños del músico el 18 de junio.
"Ambos reflexionaron sobre su comportamiento y decidieron llevarse bien por Bea", cita el diario una fuente del círculo de amigos.
Al parecer, McCartney prometió que pronto arreglará el pago que le corresponde a Mills, con el objetivo de no seguir bloqueando el divorcio.
Parece ser que la ex modelo recibirá en principio un millón de libras (casi dos millones de dólares). Mills, por su parte, habría aceptado no trasladarse a Estados Unidos con Bea.
Según estiman expertos del "Times", a McCartney el divorcio le costará en total unas cien millones de libras, lo que sin embargo no convertirá al ex Beatle en un hombre pobre, ya que, según los cálculos del diario, seguirá disponiendo de otros 600 millones de libras.