SANTIAGO.- El proceso de publicación de fotos como las de Cecilia Bolocco en un medio como el chileno, bien podría resumirse de la siguiente forma: Si a alguien con su notoriedad la registran semidesnuda con un sujeto que no es su marido, lo más probable es que despierte la cuota de curiosidad y morbo que, en mayor o menor medida, todos tenemos.
A sabiendas de ello, un medio de comunicación en que la ecuación de dinero y escrúpulos sea inversamente proporcional (mucho de lo primero y poco de lo segundo), comprará las fotos y las publicará.
Luego, la opinología en pleno se dará un festín (como hasta ahora) y copará varios días de su no muy nutrida agenda desmenuzando hasta la menor de las implicaciones que el tema pueda tener.
Hasta aquí, nada nuevo. Sin embargo, en el "Caso Bolocco-Marocchino" (o "Caso Topless", más su arista "Bolocco-Mora") es posible que un botón distinto se haya presionado, ya que las famosas fotos parecen haber hiperventilado a la sociedad completa, y a nadie le faltan opiniones ni propuestas. Revisemos los diferentes estilos y formatos vistos hasta ahora, y a los que siempre se pueden sumar más:
Rechazo público. Cual si se habláramos del Transantiago o el superávit estructural, el miércoles el presidente del PPD, Sergio Bitar, difundió un comunicado de prensa en el que, a nombre de su partido, rechaza la publicación de las fotos de la ex reina de belleza. El ex ministro dijo que "hurgar con morbosidad en la vida privada de las personas traspasa el límite aceptable. Cecilia Bolocco tiene derecho, como toda chilena o chileno, a una vida privada". Bitar agregó que "nada justifica que se irrumpa en su privacidad, transformándola en un espectáculo público".
Teórico. La pregunta sobre la vida privada de los personajes públicos y los derechos vulnerados de Bolocco se instaló como problema nacional. Allí, fueron diversos los personajes que opinaron, aunque no todos con una postura clara. La diputada (PPD) Carolina Tohá concluyó que al haberse mostrado las fotos "sí se pasa el límite", por parte del fotógrafo y de los medios de comunicación. El abogado Juan Pablo Hermosilla, en tanto, defendió que "el límite se traspasa cuando captas desde un lugar privado escenas de la vida privada, sin autorización del dueño". O sea, lo de Ángel Mora habría estado en la legalidad. Al contrario, la experta en ética y directora de la Escuela de Periodismo de la UC, María Elena Gronemeyer, cree que lo de Bolocco fue derechamente "un atentado a la vida privada" y que "es antiético registrar de cualquier manera a alguien en un espacio que razonablemente se reconoce como privado", si no hay consentimiento ni relevancia social en la imagen. ¿Y usted? ¿Qué cree?
Recurso de protección. El estudiante de derecho Richard Aguilar no conoce a Cecilia Bolocco y, en rigor, tampoco la quiere defender. A quien sí quiere defender es nada menos que "a la sociedad en su conjunto, a la dignidad de las mujeres en este país" (qué tal). Por eso presentó este recurso el martes, ya que la publicación de las imágenes de la ex Miss Universo besando al italiano "viola gravemente lo que la Constitución establece, que es la inviolabilidad de la vida privada". Con ello persigue que cese la exhibición de las fotografías, para "que no se desacredite más a una mujer que es madre" y que "le dio un histórico triunfo a este país".
Proyecto de ley. El diputado Maximiano Errázuriz anunció que pronto pondrá a la Cámara a discutir en torno a su idea de "terminar definitivamente" con el paparazzeo. Su objetivo es que la calidad de persona non grata para estos fotógrafos quede estampada en una Ley de la República. "Lo que busco es terminar con los abusos. Lo único que persiguen los paparazzi es dinero y fama a costa del desprestigio de los demás", dice.