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Roberto Trenca es el músico italiano con quien cantante y autora está terminando en estos días el disco que lanzará este año:
Continuidad. Y es un conocedor de la Nueva Canción Chilena tanto como de la tradición italiana. "Para mí es una experiencia totalmente nueva porque es la primera vez que vengo al estudio no a tocar: a escuchar. Roberto toca todos los instrumentos", dice Isabel Parra.
David Ponce
Isabel Parra y Roberto Trenca en Santiago de Chile. "He crecido con las canciones de Víctor Jara, de Isabel Parra, de Quilapayún y, claramente como italiano, más de Inti-Illimani", dice él (fotos: Jaime Bascur, El Mercurio). |
El nuevo disco en que está trabajando la cantante Isabel Parra representa una continuación personal y musical, desde sus motivaciones más recientes hasta la herencia del movimiento de la Nueva Canción Chilena del que es parte. Pero no fue ella quien le puso ese título:
Continuación.
"Es un título que le puso el Roberto", explica, y se refiere a Roberto Trenca, el músico italiano que, además de acuñar el nombre, comparte con la artista chilena la autoría de letras y música en las canciones, incorpora raíces tradicionales de su país, toca los instrumentos y termina en estos días de grabar el álbum con la cantante en Santiago.
Continuación es un disco de a dos, de Isabel Parra y Roberto Trenca.
"Para mí es una experiencia totalmente nueva porque es la primera vez que vengo al estudio no a tocar: a escuchar. Roberto toca todos los instrumentos, tiple, guitarra, cuatro, charango, percusión, imagínate", dice Isabel Parra, hija y heredera de Violeta Parra. "Tiene que ver con que la Nueva Canción Chilena en un momento de la historia llegó a Europa y se instaló en una generación antigua y una reciente. Y eso significa que éste es un hombre joven y ha escuchado a la Violeta Parra desde ¿cuántos años, Roberto?".
"Como desde los cinco, o cuatro años", responde él. Roberto Trenca nació en 1977 en Nápoles, tiene 29 años y es un conocedor de la Nueva Canción sobre todo a partir del exilio que durante la dictadura chilena vivieron muchos de los músicos de ese movimiento, entre ellos la misma Isabel Parra en Francia e Inti-Illimani en la propia Italia. "Puede parecer extraño pero para mí no lo es, porque crecí con este tipo de canciones", explica Trenca. "Comenzó todo por una razón política, el exilio de los Inti-Illimani y la Nueva Canción Chilena como denuncia de todo lo que ocurría antes después del Golpe (de 1973), pero continuó luego con una pasión primero cultural y después poética".
–¿Cómo entraste en contacto con esa comunidad de chilenos en Italia?
"Mis padres iban a conciertos de Inti-Illimani. Conocía la canción de Violeta Parra, para ser sincero, algo antes del Golpe. Porque la Viola vino a Europa, como se sabe, en los años 60. Después del 73 el fenómeno comenzó a ser un poco más grande, y es inútil negar que hemos crecido con las canciones de Víctor Jara, de Isabel Parra, de Quilapayún y, claramente como italiano, más de Inti-Illimani".
"Esto aportó algo de conocimiento de los ritmos de América Latina y hacer un circuito de búsqueda personal de ellos sin dejar mis tradicioes", agrega. "Ahora puedo mezclar los dos: lo que he escuchado y lo que me gustaba de pequeño, casi como un niño chileno. Pensamos en un Chile imaginario, sin Golpe, donde en año setenta y tanto se puede cantar libremente todo lo que fue grabado afuera. Inventamos este niño imaginario".
Quién era este hombre
A los diecinueve años Roberto Trenca empezó a interesarse en esas tradiciones musicales italianas, recuerda. "Y particularmente del sur de Italia, donde vivo, en Nápoles. Y eso es lo que fascinó a Isabel", dice.
–¿Cómo se conocieron?
"En el
Canto para una semilla", explica, a propósito de la presentación que la cantante y los propios Inti-Illimani hicieron de ese histórico disco en Italia, en octubre de 2005. "Yo estaba con Inti-Illimani porque los conozco personalmente dese hace mucho tiempo, y en el camarín naturalmente fui presentado a Isabel. Ella trabajaba en Francia, no en Italia. Entonces para mí era una oportunidad verla en esta ocasión".
–¿Tampoco la habías visto tocar en un escenario?
"No. Siempre en imágenes de documentales, pero nunca en vivo. Entonces nació una amistad y por supuesto un interés cultural y musical", dice. "Cuando volví de este viaje con los Inti-Illimani había conversado un poquito con Roberto y me gustó su forma de referirse a la música chilena", recuerda la cantante, "de hablar de la Violeta (Parra), de Víctor (Jara) como si fueran personas que él conocía".
"Eso me impactó mucho, porque en todo el tiempo que estuvimos afuera (en el exilio) conocimos a gente que ha seguido este camino, que en Chile es muchísimo menos importante", agrega Isabel Parra. "Yo averigüé con los Inti quién era este hombre y me puse las pilas inmediatamente. No sólo estaba interesado en la música chilena, sino también en la historia política de Chile, en los acontecimientos antes del Golpe y durante la dictadura, y pertenece a un grupo de gente que todavía en Europa se preocupa de nuestra historia".
Isabel Parra volvió a fines de 2006 a Nápoles a trabajar con Trenca, y entonces determinaron hacer un disco. "Y me pareció natural que viniera a Chile", explica ella. "Porque estar toda la vida escuchando esta música y esta historia (sin conocer el país) me parecía terrible. Y naturalmente pensé en tocar con él y en agarrar este contingente de cariño, solidaridad e interés por nosotros y le propuse que hiciéramos un disco".
La guitarra de Roberto
Continuidad será el primer disco con canciones nuevas de Isabel Parra luego de su álbum
Colores (2000), que fue seguido por la antología de canciones del exilio que puso en
Ni toda la tierra entera (2003). Luego de dar un concierto este martes 29 de mayo a las 19.30 como parte del ciclo "Música y compromiso" en el Centro Cultural de España, ambos lo presentarán en julio en Italia y esperan publicarlo antes de fin de año.
"Nos hemos acercado en la música", define la cantante. "Me interesa mucho mezclar elementos, personas, ritmos y la cultura de otros lugares con este híbrido que yo hago. Siempre le digo a Roberto que mis canciones tratan de no ser como todas las de la Nueva Canción Chilena, siempre de ir contra la corriente. Y en eso estamos, haciendo una integración. Él no ha venido a Chile a acompañar en la guitarra. Guitarristas hay en todas partes del mundo. Él ha venido a poner su toque como europeo y a tocar su guitarra".
La guitarra de Trenca además es singular. "Es una guitarra milenaria, que tiene un sonido extraordinario. Yo estoy enamorada de esa guitarra", confiesa Isabel Parra, mientras él pulsa el instrumento, más chico que una guitarra convencional, con una afinación similar, cinco órdenes de cuerdas y un sonido metálico afín al tiple.
–¿Es una guitarra, técnicamente?
"Se llama guitarra battente", informa él (
chitarra battente, en italiano). "Pertenece a la familia de los
liuti pizzicati, no es la familia de la guitarra común. Se toca mucho en el sur de Italia, en el campo. Puedes encontrarla en la música popular y también renacentista y barroca".
–¿Les sugiere el sonido de instrumentos de cuerda americanos, como el tiple, el cuatro?
"Sí, tiene que ver", dice ella. "Claramente en la madera y las cuerdas se pueden encontrar (coincidencias)", coincide él. "Esta guitarra battente podría parecer un tiple más ligero, con un sonido más suave. El instrumento tiene su carácter, pero al tocar otra música respetando ese carácter se puede jugar mucho".
Contra el miedo y contra la corriente
Canciones de ambos autores, música instrumental de Italia, solos de guitarra battente o una canción tradicional napolitana habrá en el disco, grabado con la cellista Ángela Acuña y los cantantes Tita Parra y Antar como invitados, y con canciones inéditas que la autora compuso en gran parte en 2006, mientras afrontaba una enfermedad.
"Estaba muy asustada, y me salvó del miedo hacer canciones, versos, poesías", recuerda. "Roberto se tuvo que enfrentar a esta persona que estaba doliente y ser muy buen amigo en ese momento. Después de que me mejoré seguí haciendo los textos. Se llama
Continuación porque es eso: es la continuidad de la vida, sobreponerse a la muerte y seguir en el oficio de cantar, componer y escribir letritas que se convierten en canciones. Es la huella de la vida que sigue a pesar de cualquier cosa".
–¿En todas las canciones hay cosas de ambos, en esa canción napolitana, por ejemplo?
"Yo tengo la intención por lo menos de hacerle una segunda voz. A mí me fascina esa tradición del renacimiento, y no había trabajado con alguien directamente involucrado en este mundo. El hecho de que Roberto sea compatriota de los genios del mundo es muy fuerte. Es una maravilla que esto antiguo venga representado en un hombre que no tiene ni treinta años".
–¿Por qué defines tus canciones como "contra la corriente" de la Nueva Canción Chilena?
"Contra la corriente en el sentido de que me doy cuenta, a medida de que pasa el tiempo, de que cuando intento hacer una música, una letra, ya no quiero repetir, estoy saturada de mí misma y también de mucha música chilena o latinoamericana, por razones evidentes: imagínate estar toda la vida en este cuento. Al final sientes que todo está hecho, que nada es original, y es terrible sobre todo para una persona como yo, que tiene un mundo musical restringido, que no puedo hacer arreglos ni tocar con una orquesta sinfónica, ser solista en el piano ni ninguna de esas cuestiones", se ríe. "Apenas tomar el cuatro y rasguear un poquito la guitarra".
–¿Tal vez por eso no tocas instrumentos en este disco?
"Sí… no toco, porque ¿para qué voy a tocar yo si el Roberto toca estupendo?".
–Ya que hablamos de instrumentos, la voz de Isabel Parra es también su instrumento. ¿Cómo fue (para Roberto) grabar con esa voz después de haberla escuchado a la distancia?
"Siempre digo lo mismo, pero es lo que he pensado siempre y continúo pensándolo", dice él: "Cuando cierro los ojos siento la misma voz de la Peña de los Parra o de
Canto para una semilla. No veo el tiempo que pasa".