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La soledad le sienta bien

28 de Mayo de 2007 | 00:00 |
¿Por qué un consagrado como Gustavo Cerati debe permanentemente demostrar que no necesita socios? ¿Por qué insistimos en no perdonarle el éxito sin Zeta ni Charly? En una nueva jornada de potencia y presente, el sábado 26 de mayo, Cerati dejó en claro que el de Soda Stereo sería un regreso que "no quita ni pone".

Sebastián Cerda


Ahí voy: Cerati en la soledad del solo de guitarra (foto: Mario Muñoz, El Mercurio).
Si nos ciñéramos al estereotipo de Gustavo Cerati que nos han presentado en el último tiempo, tendríamos aquí al verdadero camaleón sudamericano. Un hombre que transita por estilos y soportes como quien se cambia de camisa, todo siempre dentro de un marco referencial: totalmente solo, con algún socio ocasional o con Soda Stereo.

Se supone que lo que venía a hacer el argentino el sábado en la Arena Santiago era poner el punto final a la página que hoy escribe, ubicada en el archicomentado capítulo del regreso a las guitarras en su carrera en solitario, gracias a su aún vigente disco Ahí vamos (2006). Esto, antes de sumergirse en un nuevo proyecto que, de acuerdo con el ruido ambiente, no se sabe si lo tendrá solo o de vuelta con Charly Alberti y Zeta Bosio, sus ex socios en Soda Stereo. Mucho menos si la sonoridad de lo siguiente lo llevará a nuevos lugares o a revisitar los ya transitados.

En cualquiera de los casos, el ritual del sábado asoma, por ahora, como necesario. Con él, Cerati cierra la promoción de uno de sus discos en solitario más exitosos, el mismo que lo tuvo largos meses dando vueltas por el mundo y que lo trajo tres veces a Chile en menos de un año, para ofrecer cinco presentaciones (una de ellas vista por todo el país en directo, a través de la televisión).

Lo mismo ocasiona que el show luzca pulcro, potente, con buenas terminaciones y que, a fin de cuentas, resulte satisfactorio. Pero también provoca que resulte algo frío, automatizado, carente de las sorpresas que ni siquiera la tradicional curiosidad por las viejas canciones que elegirá para la ocasión pudo brindar.

El ex líder de Soda Stereo abrió los fuegos con una potenciada "Artefacto", bien condimentada con batería eléctrica y con cuanta base quiso utilizar, demostrando de inmediato que hay mucho de mito alrededor del músico. Cerati no parece ser el fundamentalista que, en algún momento, muchos han querido retratar. Que haya más cuerdas o más secunciadores es algo que aparenta importarle mucho más a la crítica que a él mismo.

El argentino no tiene problemas en encender y apagar aparatos según sienta que lo requiera, como hizo al interrumpir la revisión de Ahí vamos con "Vuelta por el universo" (de su colaboración con Daniel Melero Colores Santos), ahora en una sorprendente versión rhythm & blues, despojada de sus clásicos arreglos electrónicos. Un poco menos desnuda, pero igualmente irreconocible, llegaría más tarde "Pulsar", uno de sus grandes éxitos de Amor amarillo (1994).

Eran los momentos en que Cerati se revisitaba a sí mismo, antes de hacer lo propio con su antigua banda, a través de "Té para tres", "Nuestra fe" y una muy coreada "Juego de seducción". El último y reciente single de Ahí Vamos, "Lago en el cielo" (definido previamente por el músico como "la joya del disco"), bajaría por primera vez la cortina, antes de traer a Cerati sombrero en ristre para cantar el gran éxito del disco, "Crimen".

Así mismo se quedaría para cerrar con "Paseo inmoral", en un collage con "Jean Genie", de David Bowie; una versión de "Prófugos" que bien pudo estar a cargo de Creedence Clearwater Revival, con el público diciéndole "gracias por venir" en "Puente", y con el riff de "Estoy azulado" asomando travieso, en el cierre definitivo con "Jugo de luna".

Es el fin de una nueva jornada exitosa para Cerati en su reascendente carrera ("cada vez somos más", dijo mirando a la repleta Arena Santiago al inicio del show). Es el fin de otra etapa provechosa del argentino en su fase solitaria. La misma a la que algunas sonoras voces, que ni el propio Cerati ha querido aclarar, insisten en poner punto final, a través de una nueva sociedad con Zeta Bosio y Charly Alberti. Los mismos que todos recordamos gratamente, pero que esta noche nadie extrañó.


Las canciones

1. Artefacto.
2. La excepción.
3. Bomba de tiempo.
4. Caravana.
5. Vuelta por el universo.
6. Uno entre 1.000.
7. Adiós.
8. Pulsar.
9. Médium.
10. Karaoke.
11. Juego de seducción.
12. Nuestra fe.
13. Me quedo aquí.
14. Té para tres.
15. Sudestada.
16. Bajan.
17. Cosas imposibles.
18. Lago en el cielo.
19. Crimen.
20. Paseo inmoral.
21. Prófugos.
22. Puente.
23. Jugo de luna.
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