SANTIAGO.- El Daily Camera lo dijo primero: “…todo gesto de DeRusha habla de su sólida formación musical. Sin rasgos de showman, comunica su manera de involucrarse en la música a la audiencia y a los integrantes de la orquesta”.
Es la descripción al paso del director norteamericano que prepara su entrada al podio desde donde conducirá a la Orquesta Sinfónica de Chile mañana y el sábado 2 de junio.
Su amplia trayectoria es reconocida ampliamente en Estados Unidos, Canadá, Europa, Asia, y Sudamérica, donde dirige habitualmente. El primer programa bajo su dirección será ofrecido este fin de semana e incluye la obra “Imobuse” del compositor chileno Alejandro Guarello, el "Concierto para violín y orquesta" de Ludwig van Beethoven, con el virtuoso solista Giora Schmidt y la "Sinfonía N° 9" de Dimitri Shostakovich.
El segundo concierto a su cargo será los días viernes 8 y sábado 9 de junio, será un “Homenaje a Johannes Brahms” en conmemoración de los 110 años de su muerte. Se interpretarán tres obras emblemáticas del repertorio de este gran autor alemán: "Obertura Trágica Op. 81", "Doble Concierto para violín y cello" con los solistas Alvaro Parra (violín) y Emmanuel López (cello) y "Sinfonía N° 4". Ambas presentaciones se realizarán a las 19:30 horas, en el Teatro Universidad de Chile.
"Para mí es un honor tener la oportunidad de dirigir a la Orquesta Sinfónica de Chile. Tiene una excelente reputación y la programación demuestra un recorrido impresionante dentro del repertorio musical. Me impresiona igualmente la calidad de los solistas y directores invitados durante los últimos años. La Orquesta Sinfónica de Chile es una Institución musical en este país y seguirá teniendo una gran influencia en la vida musical de Chile", declaró desde Estados Unidos el director.
Acerca del primer programa a su cargo, DeRusha lo definió como "una combinación de obras diversas que le proporcionarán nuevas experiencias al público". Y sobre el exigente concierto para violín y su solista escogido (Giora Schmidt), declaró no conocerlo personalmente, pero sí "su reputación y profundidad musical", dice.
"Es muy difícil describir el concierto para violín y orquesta de Beethoven con palabras, porque la expresión esta hecha en lenguaje musical como cualquier obra de música. Realmente no hay palabras apropiadas para expresar claramente sus intenciones emocionales. Toda la música para mi tiene un sentido romántico porque es el resultado de una expresión personal y única del compositor. Este concierto requiere de la virtuosidad del solista para poder transmitir los sentimientos del compositor al público. El verdadero arte es que todos podamos comunicarnos con el público ¡esta experiencia es el razón para asistir a un concierto clásico!", señaló.